El presidente de Cruz Roja Española, Javier Senent, ha charlado con Andrés Rodríguez, presidente y editor de Forbes España, en un nuevo #ForbesLive sobre el papel que está jugando la organización en esta emergencia sanitaria provocada por el coronavirus.
¿Cómo estás y cómo están los tuyos?
Bien, estamos muy ocupados, pero francamente bien. Estamos en la mayor operación que hemos hecho en Cruz Roja Española a nivel nacional. Estamos contentos con como está resultando el llamamiento que hemos hecho y el apoyo que tenemos de la sociedad en general que es la mayor aspiración que puede tener una organización como la nuestra.
¿En qué momento tuvisteis conciencia de que esto podía suceder?
Cruz Roja Española pertenece a un movimiento internacional de la Cruz Roja y de la media Luna Roja. Cuando aparece algún tipo de complicación en algún lugar del mundo, a través de nuestras salas de redes estamos en contacto permanente. Además, represento a Cruz Roja Española en la Federación Internacional en la Junta de Gobierno en la que también está el presidente de la Cruz Roja China, con lo cual enseguida entramos en contacto y empezamos a prepararnos.
Bien es cierto que nosotros tenemos una participación y una relevancia importante a nivel mundial en las últimas diez emergencias más importantes que ha habido en el mundo, Cruz Roja Española ha participado en todas. A lo largo de sus 156 años hemos vivido situaciones de emergencia más o menos importantes y de cada una de ellas hemos ido aprendiendo y mejorando todas nuestras capacidades, preparando a los equipos.
Para las emergencias contamos con el orden de 120-130 unidades de respuesta inmediata, por lo que seríamos capaces de montar un hospital, un centro de salud básico, en cualquier lugar del mundo posiblemente en 48 horas.
Hemos tenido experiencia en el huracán Mitch en el que tuvimos una participación importante o en el tema del virus del Ébola. En este caso, la Cruz Roja Española montó el primer hospital en Sierra Leona y mandamos personal. En esas emergencias sí tenemos la experiencia, pero evidentemente la explosión, la relevancia que tiene en cantidad esta crisis nunca la habíamos vivido.
¿Qué aprendisteis de la crisis del ébola?
Tenemos que estar preparados para cualquier tipo de emergencia. De cada una en la que vamos participando nosotros procuramos aprender. Por ejemplo, cuando se produce el virus del Ébola, las personas y los profesionales sanitarios que se desplazan tenían que llegar allí y empezar a hacer el ejercicio de poder vestirse y desvestirse de una manera muy especial y siempre con alguien delante, porque es fácil que nos equivoquemos y estemos tocando lo que no debemos. Allí se actuaba con unos EPIs (Equipos de Protección Individual) que pudieran aguantarse entre hora y media y dos horas como mucho y luego había que respirar. Nos dimos cuenta de que se mandaban profesionales que tenían que empezar de cero y pasar allí un periodo de dos semanas o tres semanas aprendiendo un poco, porque quienes les enseñaban eran los mismos sanitarios que tenían que atender las operaciones.
Montamos una réplica del hospital que había en Sierra Leona en El Plantío en unas instalaciones de Cruz Roja, con lo cual las personas que iban a desplazarse allí a trabajar llevaban ya aprendido y ensayado como me visto y mi me desvisto. Estábamos evitando un posible contagio y facilitando la labor a los sanitarios y médicos que estaban allí que podían dedicarse a enseñarles como expertos lo que es el tratamiento en sí y no el me visto y me desvisto. Quiero decir que al final vamos aprendiendo de todo ello.
Los contenedores que utilizamos están calculados para ir con un tipo de avión para que entre la máxima capacidad de todos los materiales que desplazarnos porque los fletes son carísimos. Si bien es cierto, contamos con la colaboración de empresas como Airbus o Iberia y con el ejército del Ministerio de Defensa que nos facilitan trasvasar ese material.
Se trata de ir mejorando los procedimientos, de ir preparando a los equipos. Una cosa que está clarísima es que no se puede improvisar absolutamente nada. Tenemos preparado y estamos entrenados para ser capaces de poner una unidad de depuración de agua en cualquier lugar del mundo inmediatamente. Muchas veces no nos damos cuenta de que se producen muchas más víctimas por contaminación del agua en una catástrofe que por la catástrofe en sí. Si somos capaces de anticipar esa ayuda y ponerla sobre el terreno en el menor tiempo posible estamos salvando vidas con toda seguridad y nuestra labor será más fácil y mas eficaz.
¿Vuestros colegas de China os dieron consejos directos?
Los procedimientos que utilizamos dentro del movimiento son los mismos para todos. De hecho, podemos montar el hospital en Sierra Leona y automáticamente médicos y personal sanitario de China, Francia o Alemania pueden incorporarse allí a trabajar. Los procedimientos suelen ser los mismos, los compartimos plenamente.
Todas las operaciones que estamos llevando a cabo aquí ahora mismo con esta pandemia cuentan con información que nos han pasado de China, nuestra experiencia y el material que estamos elaborando de sensibilización y de formación básica de actuación en general, y de nuestro voluntariado en particular. Estamos mandando material a la Federación para que llegue a todas las demás sociedades del mundo.
Ahora mismo estamos trabajando muy directamente con las sociedades nacionales de América Latina con los mismos procedimientos, por lo que mantenemos un contacto permanente. De hecho, el verano pasado organizamos un encuentro de formación de voluntariado donde estuvieron 60 de las sociedades nacionales de la Cruz Roja y de la media Luna Roja.
¿En qué territorio está la urgencia en este momento?
Según la información que tenemos, los países de América Latina no tienen la presión que tenemos nosotros, pero les estamos ayudando para lograr que tengan las herramientas y los conocimientos para atajarlo lo más rápidamente posible.
No cuento con datos exactos de los países, pero sí me suena que Argentina y México tienen una presión importante. Honduras nos ha pedido ayuda. Hemos colaborado mandando material y aportando a cada una de las sociedades nacionales 15.000 euros para esas primeras actividades que tengan que realizar.
Es fundamental no especular nada. Tenemos que estar ahí rápidamente porque cada hora que nos adelantemos estamos evitando una tragedia. Hemos visto ahora el desbordamiento de los EPIs, del material de seguridad. Tenemos grandes almacenes instalados en Madrid, en varios puntos en España, tenemos un almacén de material para socorro y emergencias también en Las Palmas, que lo compartimos con la Federación y que atendemos parte de África. Pero, lógicamente, las reservas que podamos tener no nos han cubierto estas necesidades. Hemos aprendido y sabemos que tenemos que tener más material, aunque muchas veces es complicado tener grandes stocks porque hay material que caduca.
También estamos aprendiendo qué tipo de material tenemos que tener más en reserva y es muy importante que el material que empleemos lo empleemos sabiamente. No es lo mismo nuestro voluntariado que está haciendo un transporte sanitario con enfermos directos, que el material que puedan llevar las personas de la organización como alimentos o medicamentos. Todo eso hay que controlarlo.
Quiero hacer un inciso y poner en valor que el día 14 de marzo teníamos 4.000 personas voluntarias vinculadas al día, hoy tenemos 40.000, de las cuales 32.000 o 33.000 son personas voluntarias y el resto son personal laboral de Cruz Roja Española. Lo digo porque para el movimiento en general somos una organización de voluntarias y voluntarios, esa es nuestra fortaleza. Cruz Roja Española cuenta con 200.000 personas que son voluntarias. También poner en valor que se nos ha apoyado con materiales, económicamente, desde empresas, la sociedad en general, los medios de comunicación… Hemos tenido 20.000 solicitudes de nuevo voluntariado en un mes.
¿Cómo hacerse voluntario? ¿Cruz Roja Española puede asumir esos recursos?
De las 20.000 solicitudes, 15.000 las hemos incorporado ya. Hoy el voluntariado es muy específico, con lo cual hay que tener una formación, no solamente institucional, que es fundamental. Por otro lado, tenemos que ser eficaces y pragmáticos. Hay voluntariado que se puede incorporar en cualquier instante porque no se necesita una formación específica. El modelo que tenemos es que el voluntario o voluntaria acompañe a un veterano que ya conoce la organización. Lógicamente, los profesionales que sean médicos, enfermeros y psicólogos, si tienen la formación, se pueden incorporar directamente.
Somos una organización con unos niveles de gestión de voluntariado importantes. Podemos gestionar cualquier voluntariado. Tenemos empresas que ofrecen voluntariado corporativo y se incorporan directamente con nosotros. De hecho, tenemos una app a través de la cual cualquier persona, voluntaria o no, puede hacer voluntariado. Ahora mismo, cualquiera de esas 40.000 personas están trabajando con Cruz Roja. Tanto el voluntario como la organización puede saber las horas de voluntariado que ha hecho, en qué momento, de qué manera.
Tenemos que ser capaces de acoger la solidaridad de esas personas garantizando su seguridad y, lógicamente, teniéndolas aseguradas como tenemos al personal.
¿La ayuda prestada por el organismo en esta pandemia ha sido de todo tipo?
La filosofía de Cruz Roja es que donde no llegue nadie nosotros tenemos que estar. Tenemos una capilaridad importante a nivel nacional, con unos 1.500 puntos en todo el territorio. Somos la única organización que trabajamos con cualquier tipo de vulnerabilidad: en prisiones, con mujeres víctimas de violencia de género, con jóvenes, infancia y personas mayores. No hay ningún tipo de vulnerabilidad que no trabaje, en mayor o menor medida, Cruz Roja.
Sabemos que uno de los problemas que tenemos en la actualidad son esas personas mayores que tienen que estar en sus casas y que, seguramente, no manejen una tablet ni redes sociales, y que necesitan alimentos, medicinas, hacer una gestión en el banco. Por ello, hemos creado un teléfono (Cruz Roja Responde) y propiciamos que nos llamen si tienen algún tipo de problema. Contamos con un voluntariado muy comprometido de 1,3 millones de socios.
¿Qué tal nos coloca esa cifra en el ranking internacional?
Hay que ver cómo lo cuenta cada país. Para nosotros, una persona es voluntaria en el instante en que firma con nosotros un compromiso del tiempo que sea: puede ser para dar una o dos conferencias al año, para hacer un voluntariado de 20 horas al mes o todos los días. Estamos abiertos a que haya un compromiso con nuestra organización. Cruz Roja Española habla de 200.000 voluntarios registrados con nombre, apellido y DNI y con una relación que existe.
Como anécdota, en la Federación se habla de unos 16-18 millones de voluntarios en el mundo. En una reunión a la que vinieron de Cruz Roja de China me llamó la atención que hablando con la vicepresidenta de la bruja China dijera que tenían 22 millones… Hay que tener en cuenta que hacer voluntariado en España no es lo mismo que hacerlo en Suecia, depende de las limitaciones que cada uno tiene. En África, por ejemplo, hay veces en las que hay que compensar a una persona que está de voluntaria.
Es cierto que somos la organización con más voluntariado en el mundo, eso lo tenemos clarísimo.
¿La institución vive el ‘síndrome’ de no llegar a todo lo que le gustaría?
Claro que sí, muchas veces. A todos nos llega que exista una persona que está pasando dificultades, hambre, que no tiene los recursos básicos… A eso no se llega siempre. Nunca es suficiente está clarísimo, pero tampoco nosotros podemos resolver todo.
A nivel nacional, atendemos a casi cuatro millones de personas –con las que de una manera u otra tenemos relación–, de las que unas 600.000-700.000 que no tienen nada (toda la familia está en paro, no tienen recursos para pagar el agua, la luz, la comida).
A nivel internacional, trabajamos con otros 6 millones y, en la ultima memoria, hablamos de 11 millones de ciudadanos con los que de una manera u otra han tenido relación con Cruz Roja y se les ha apoyado.
Llegamos a donde podamos llegar y también es cierto que, dentro de nuestros propios principios fundamentales. Además, hablamos de que tenemos que actuar en función de una mayor vulnerabilidad, ya que dentro de las vulnerabilidades hay quién es más vulnerable con lo que tenemos que empezar por esas personas y seguir ese criterio.
¿Cruz Roja Española se gestiona como una empresa?
Si, hay una parte que funciona como una empresa. El presupuesto de este año es de 700 millones de euros. Históricamente siempre hemos sido muy cuidados y muy prudentes. Un tercio proviene de los socios, donantes (1.350.000 socios), sorteos, rifas, loterías nacionales (unos 15 millones de euros al año). Otro tercio procede de prestación de servicios, nos presentamos a concursos públicos, y el último tercio subvenciones finalistas (como el dinero que se gestiona del IRPF).
Procuramos mantener un equilibrio. Dependiendo de la época del año, nos movemos entre 11.000 y 14.000 personas vinculadas laboralmente con la organización. El ratio que tenemos es cada 20 voluntarios aproximadamente, una persona remunerada, porque lógicamente hay que mantener unas estructuras que son importantes.
Desde el punto de vista financiero estamos bien. Normalmente, cerramos el año con un ligero superávit que nos permite hacer luego las inversiones que tengamos que hacer. Esto también nos ha permitido durante la fuerte crisis económica no sufrir y mantener el empleo plenamente. En ese sentido, somos una organización solvente, tenemos nuestras cuentas auditadas, tanto interna como externamente.
Además, Cruz Roja existe en los diferentes países porque los gobiernos en su momento firmaron los convenios de Ginebra y nos auditan a través del consejo de protección del ejecutivo, rendimos cuentas de la gestión económica y de la actividad. Todos los años hacemos reuniones.
Por otro lado, nuestras cuentas son públicas. Cualquier persona entra en la página web y puede ver nuestros presupuestos, nuestras cuentas, verlas, porque para nosotros las transparencia es fundamental. Es importante que se confíe en nosotros porque, de verdad, todas las cuentas están ahí. Lo gestionamos con la máxima claridad y estirando al máximo el presupuesto, porque al final también nosotros tenemos que dar beneficios sociales. Medimos a cuántas personas hemos atendido y a qué nivel les hemos podido atender.
Quiero agradecer y poner en valor la labor de tantos cientos de personas voluntarias y a nuestros socios y empresas que colaboran con nosotros, a los medios de comunicación que nos dais la oportunidad de poder expresarnos. Esa ayuda es muy necesaria.
Asimismo, tenemos un canal externo de denuncias. Ponemos todos los medios que pueda haber. Si alguien tiene algún tipo de duda que se ponga en contacto con todos nosotros y se la aclaramos, para que no tengan duda de lo que hacemos. Me siento súper orgulloso, y la organización también, de cómo estamos cerrando filas en la sociedad en general, las personas q han ido aportando medios, las administraciones.
Hemos puesto en marcha junto con la dirección general de protección civil una campaña para que los vecinos en un bloque de viviendas estemos pendientes unos de otros, algo que en las áreas rurales es algo cotidiano. Si estamos en un bloque de viviendas y sabemos que existe una persona mayor que puede tener algún tipo de dificultad pues que la apoyemos. Cuando hablamos de voluntariado no hay que hacer grandes operaciones es en el día a día. Hay veces que a una persona muy mayor o con algún tipo de discapacidad se le funde la lámpara del salón y para él es una tragedia. Que haya alguien que en dos minutos se la cambie es un acto de solidaridad y generosidad y no nos ha costado prácticamente nada.
Muchas veces parece que somos como muy duros con nosotros mismos, hablo en España en general. España es un país súper solidario y lo podemos atestiguar y decir. Estamos viendo ahora como se vuelca todo el mundo, contactan con con nosotros para apoyarnos. Esto no es muy común en otros países, no nos engañemos. Estamos a un nivel altísimo en cuanto a las administraciones en general hablo e históricamente los gobiernos, cuando hablamos de la independencia de la organización y dependencia total y apoyo total, también.
Reconozcamos que tenemos una sanidad que es extraordinaria. Yo que he visitado países y he visto lo que pasaba… Aquí tenemos centros de salud que son mejores que hospitales universitarios en algunos países.
Creemos también que somos un país acogedor y generoso y en estos momentos formamos parte de una sociedad civil potente que es lo que yo creo que define más un país.
¿Cómo una persona que entra en el voluntariado de Cruz Roja acaba de presidente de la compañía?
Pues no lo sé. Son circunstancias. Lo digo lo digo de corazón de verdad y el que me conoce lo sabe, en ningún momento me plantee a donde quería llegar o no. Se presenta un momento de agotamiento y ya dices bueno pues lo dejo. Luego son las circunstancias que han venido. Y de verdad me siento súper orgulloso de que la organización haya confiando en mí, me parece un honor y un lujo contar con ese grado de compromiso y humanidad.
La Cruz Roja es una organización que al final engancha. Tenemos un contacto muy directo con las personas y cuando oímos testimonios de alguien diciendo “sois mi familia” o que alguien te diga “me ha cambiado la vida al entrar en contacto con Cruz Roja” o “es que yo creía que no valía para esto y me han dicho que no valgo y de repente llego aquí y ahora me siento con ganas y se que puedo llegar a cualquier cosa”… Pienso que eso engancha y al final nos damos cuenta de la rentabilidad social que tenemos.
Andrés Rodríguez se despedida de nuestro invitado asegurando: “La verdad que no sé si lo que voy a decir es un poco atrevido, pero transmite una sensación de buena gente que me imagino que es la que proyecta toda la organización. Gracias en mi nombre y en la de mi editorial. Vamos a estar cerca echando una mano en todo lo que podamos en este proyecto. Haremos lo que sabemos hacer que es comunicar, conectar gente y conectar empresas. Te agradezco mucho la conversación y espero que cuando esto pase podemos hacer un café un día y darnos un abrazo”.
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