Joven, rico y famoso, así es como la gente percibe a los futbolistas. Y en algunos casos es cierto. En el ranking The World’s highest-paid athletes 2021 de FORBES de los tres deportistas mejor pagados del mundo, dos son futbolistas: el argentino Leo Messi, exjugador del Barça, el segundo deportista que mejor cotiza con 130 millones de dólares (112,2 millones de euros) al año, y, justo por debajo, el portugués Cristiano Ronaldo, exjugador del Real Madrid, con 120 millones de dólares (103,6 millones de euros) al año. En torno al 60% de estas cantidades corresponde a su salario como profesionales del deporte y, el resto, a ingresos por publicidad e imagen.
Pero ninguno de los dos llega a los niveles del deportista de moda: Conor McGregor, luchador de artes marciales mixtas, que ingresó este año 180 millones de dólares (155,3 millones de euros).
Los diez deportistas mejor pagados del mundo han facturado unos ingresos brutos antes de impuestos de 1.050 millones de dólares (906 millones de euros) durante los últimos 12 meses –un 28% más que en el ejercicio anterior–, una cifra cercana al récord de 1.060 millones de dólares (914,6 millones de euros) registrados en 2018 cuando el boxeador Floyd Mayweather ganó 285 millones de dólares, casi todos de su enfrentamiento con Conor McGregor. Ironías de la vida, este año es precisamente McGregor el que por primera vez lidera esta clasificación.
Cabe destacar que, de los 50 deportistas que más ganan en el mundo, ocho son jugadores de fútbol y, de estos, sólo uno es español: Andrés Iniesta, exjugador del Barça y actualmente en el Vissel Kobe de Japón, que ingresa 35 millones de dólares al año (32,9 millones de euros). De estos, unos 30 millones (25,9 millones de euros) es su salario y en torno a cinco millones (4,3 millones de euros) son ingresos por imagen.
Los españoles pierden lustre
Pero, salvo Iniesta, los deportistas españoles no están entre los internacionales más ricos y tres han sido desplazados del ranking. El tenista Rafa Nadal ocupó el vigésimo séptimo puesto en 2020 con ingresos de 40 millones de dólares (34,5 millones de euros), pero este año ha saltado más allá del quincuagésimo puesto.
A sus 33 años Nadal se ha postulado no solo como uno de los mejores deportistas del país, sino del mundo entero. No es para menos. El balear ha levantado un trofeo cada año desde que estrenó su palmarés en 2004, con su último Godó ya suma 87. El mallorquín ha acumulado sólo en premios oficiales más de 121 millones de dólares (104,4 millones de euros).
El piloto de Fórmula 1 Fernando Alonso fue el trigésimo noveno en 2018, con 32 millones de dólares ( millones de euros), pero ya en 2019 quedó fuera. En 2021, se posicionó como el tercer piloto mejor pagado del mundo, con 25 millones de euros (21,25 millones de euros), después de anunciar su vuelta a la competición.
Por su parte, Pau Gasol, que en 2014 ocupaba la posición 57 con 21,8 millones de dólares ( millones de euros), saltó del ranking en 2015. El ya exjugador de baloncesto –se despidió el pasado mes de octubre– continuará ligado a este deporte y mantendrá viva su visión empresarial.
Ahora, los grandes deportistas españoles juegan en una liga económica un poco inferior, aunque su juego sigue siendo productivo. David de Gea, el futbolista más prometedor de España, renovó con el Manchester United en 2020 por más de 21 millones de libras anuales (unos 25 millones de euros). En total, entre 2014, cuando fue cedido al United Robtest, y las siete temporadas siguientes con el Manchester, De Gea ha cobrado unos 116 millones de euros. Y esto sin contar los ingresos por imagen. Por el momento, el guardameta se sitúa entre los más ricos de Reino Unido menores de 30 años.
Los negocios de Piqué y de Ramos
Gerard Piqué, con sólo 34 años, ha amasado una fortuna que puede estimarse en unos 100 millones, la mayor parte por los ingresos derivados del fútbol. Pero ya se acerca al final de su carrera y este año ha recortado su salario en el Barça a la mitad, 6,3 millones de euros, por los problemas económicos del club.
Hace años que Piqué se está labrando un futuro como empresario y construir una carrera parecida a su abuelo, Amador Bernabéu, promotor inmobiliario y directivo del Barça con José Luis Núñez (también promotor) y Joan Gaspart (expropietario del grupo hotelero Husa). En 2015, Piqué trabó amistad con Hiroshi Mikitani, presidente del Rakuten, y con Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, entre otros. Estas relaciones han dado frutos y Piqué intermedió en el contrato de patrocinio de 55 millones anuales del Rakuten al Barça.
También ha constituido un grupo de empresas relacionadas con el deporte y los juegos. Su holding Kosmos ha conseguido el contrato para gestionar la nueva Copa Davis y es también accionista del Andorra FC con un porcentaje estimado en el 56%. En el Andorra, Piqué tiene como socios a los jugadores Messi y Cesc Fàbregas. Sumados los tres, su participación puede alcanzar el 80%.
Asimismo, a través de Kerad Games, filial del grupo Kerad, Piqué invirtió en videojuegos. Pero esta última apuesta arrojó pérdidas de 671.389 euros en 2015 y cerró. Piqué ha sufrido más de un contratiempo. Su holding Kosmos Global Media perdió 34.633 euros en 2019, una pérdida que prácticamente se ha comido una aportación extraordinaria de 39.000 euros que había hecho Piqué anteriormente.
Sergio Ramos ha sufrido algo parecido. También es empresario, aunque del sector inmobiliario. Su holding Sermos 32 controla el 49,99% de Desarrollos Inmobiliarios Los Berrocales (DILB), pero su control llega al 51% si suma el 1,01% de su padre, José María Ramos. Los Ramos invirtieron en Los Berrocales, un barrio madrileño con un plan de expansión inmobiliario, pero los proyectos se han retrasado dos décadas y los costes financieros se están comiendo el patrimonio. DILB acumuló una deuda de 42 millones, que saldó con el traspaso de 360.000 metros cuadrados de suelo al fondo a Blackstone y con una nueva inyección de capital. Se calcula que los socios tienen ahora una bolsa de 100.000 metros cuadrados de suelo en Los Berrocales con un valor de casi nueve millones, aunque puede ser mayor en el futuro.
Además, tiene debilidad por el mundo equino y el arte. En 2004 fundó Yeguada SR4, una marca de Sermos 32 ubicada en La Alegría, una finca de 44 hectáreas en Bollullos de la Mitación (un municipio de la provincia de Sevilla) que dirige Carlos Muela, el marido de su hermana, Myriam Ramos. Este es uno de sus negocios más fructíferos: cerró 2019 con unos activos de 70 millones, frente a los 62 millones registrados un año antes, y su cifra de negocios fue de 3,2 millones, en comparación a los 2,9 millones de 2018.
Los grandes clubes, ¿en quiebra?
Las limitaciones de aforo por el covid en los estadios de fútbol y la gestión financiera de los grandes clubes están pasando factura. En agosto pasado, Joan Laporta, actual presidente de FC Barcelona, soltó la bomba: el Barça perdió 482 millones en 2020, tiene una deuda de 1.350 millones y su patrimonio neto es negativo en 451 millones. Laporta calificó la situación de “dramática”, pero se quedó corto. Cualquier sociedad anónima, que no sea un club deportivo, debería o ampliar capital para cubrir las pérdidas o disolverse. De hecho, Laporta fue incapaz de retener a su jugador estrella, Leo Messi, que en verano fichó por el Paris Saint-Germain (PSG) por unos 40 millones de euros netos al año. El presidente culpó a LaLiga de la salida del argentino.
La situación del Real Madrid parece mejor, aunque tampoco es para tirar cohetes. Florentino Pérez lideró la operación de los grandes clubes europeos para lanzar una Superliga frente a la Champions League que gestiona la UEFA. Su argumento principal es que el fútbol está en un momento crítico y así generarían más fondos. Un proyecto fallido. ¿Afecta este momento crítico al Madrid?
Aunque el club blanco está mejor que el Barcelona, tampoco pasa por su mejor racha. De hecho, no retuvo a Sergio Ramos –que también fichó por el club parisino por 12 millones netos al año–, un jugador mítico que entró en el equipo con la llegada de Florentino a la presidencia. Tampoco fue capaz de contrarrestar la salida de Ramos con el fichaje de Kylian Mbappé al PSG, donde juega con un salario de unos 25 millones brutos al año, derechos de imagen aparte. Florentino Pérez presentó una oferta de 200 millones al equipo francés para fichar a Mbappé, pero el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaïfi, la rechazó. Al-Khelaïfi es un exjugador de tenis multimillonario que lleva la estrategia del club, aunque el propietario es el emir de Catar, Tamim ben Hamad Al Zani.
Ahora se da la paradoja de que dos mitos, Ramos y Messi, de dos clubes enfrentados, Real Madrid y Barça, son colegas de equipo. Real Madrid y Barça, con 4.000 millones de euros cada uno, son los dos clubes más valiosos del mundo. Por detrás están Manchester, PSG y otros como el Atlético de Madrid (850 millones). Pero los ingresos, rentabilidad y, por tanto, valoración dependen mucho de los resultados deportivos. ¿Mantendrán Real Madrid y Barça su primacía el próximo año?