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Así afecta el brexit a las grandes fortunas

Ilustración: De La Fita

De 2.200 millones de dólares a 1.700 millones en solo 365 días o, lo que es lo mismo, 500 millones de dólares o un 22,7% menos de patrimonio. La fortuna de Maté se ha desplomado en 455 millones de euros en un solo año. Dicho de otra manera: 1,2 millones menos por día. Esta es la ficha de Daniel Maté, el tercer mayor accionista de la multinacional anglo-suiza Glencore con algo más del 3% del capital, lo que le convierte en uno de los españoles milmillonarios de Forbes.

Daniel Maté entró en el club de los ricos en 2011 con la salida a bolsa de Glencore, la empresa en la que trabajaba. En ese momento tenía un 6% de capital, que se valoró en 1.800 millones. Desde entonces, la cotización de la multinacional ha sufrido varios altibajos y Maté ha diluido su participación, pero ha mantenido su apuesta por la empresa y en 2015 acudió a una ampliación de capital.

En la valoración de la riqueza de Maté influye no solo sus acciones de Glencore, sino su participación en otras empresas personales, sus inversiones inmobiliarias o la liquidez personal, pero la cotización de Glencore es un factor clave. ¿Es Maté un efecto colateral del brexit? O, dicho de otra manera, ¿es Maté ahora menos rico por el brexit?

Aparentemente sí y le ha perjudicado la evolución de la libra, pero posiblemente no tanto como para perder ese dinero. La moneda británica ha reaccionado mal ante el brexit, aunque en los últimos meses se ha recuperado. De hecho, la libra alcanzó su pico álgido el 13 de julio de 2015, en que se cambió a 1,43 euros, pero entró en barrena en noviembre de ese año. Salvo repuntes puntuales, la caída fue continua hasta el 5 de agosto pasado, en que se cambió a 1,06 euros: prácticamente la paridad. Pero posteriormente ha repuntado.

Desplome bursátil

Pero en este periodo, la cotización de Glencore se ha desplomado de 331,95 libras por acción a 244,75 libras, un 26% menos, y eso sí ha afectado a la riqueza de Maté. Parece que la multinacional ha dado la vuelta a la tortilla y ahora vuelve a estar mal. No es la primera vez que Glencore baja. En diciembre de 2015 cayó al mínimo histórico, pero remontó en los dos años siguientes gracias al aumento de la demanda de metales básicos para la industria. Entre sus puntos fuertes destacan ser una de las multinacionales del sector con más diversificación de productos y mercados. Pero en la actualidad esto no sirve. China, el país que está tirando más de la demanda, no pasa por su mejor momento: “El débil crecimiento del PIB chino y el final del modelo económico basado en la inversión presagian una tibia demanda y precios más bajos para la mayoría de los productos industriales de Glencore”, apunta un informe de Morningstar.

Además, otro informe de Hargreaves Lansdown añade que el precio de los metales básicos, como el cobalto, es ahora más bajo y esto, junto con algunos problemas en las minas de cobre en África, afecta al resultado operativo ebit de la compañía.

Los problemas de Cosmen

Los hermanos Cosmen lo tienen parecido. La riqueza de la familia se valora en 600 millones y, aunque en los últimos años han diversificado en sectores relacionados con el turismo y servicios, la parte mollar de su patrimonio es el 13,5% del capital del grupo británico National Express Group (NEX), uno de los más importantes del mundo en transporte por carretera.

A ellos les afecta el cambio de la libra por dos razones: sus acciones cotizan en libras, que ahora valen menos y, al cambio, reciben menos euros por sus dividendos en libras. Hasta ahora, esto no ha afectado a su riqueza, fundamentalmente porque la cotización de NEX no ha dejado de mejorar desde 2014. Ese año, sus acciones valían 237 libras y ahora cotiza a 433 libras.

Una buena noticia para los hermanos Cosmen, que administran su grupo a través de Cofinex. De este holding penden dos sociedades británicas que administran sus acciones en NEX: Northern Express Enterprises Limited y su filial European Express Enterprises Limited (EEE). El último año no les ha ido especialmente bien. European Express ha reducido su beneficio de 22,9 millones de libras a 2,7 millones, entre 2017 y 2018, mientras los fondos propios han bajado de 184 millones de libras a 175 millones. Por su parte, su matriz Northern Express no lo ha pasado mejor: su beneficio ha caído de 1,8 millones de libras a 964.537 libras, un 50% menos.

Además, los Cosmen tienen pendiente un préstamo de 24 millones de libras con CaixaBank, que vence el próximo año y está garantizado con la pignoración de 26 millones de acciones de NEX, casi el 37% de su participación. Y es que la relación entre los Cosmen y NEX es estrecha desde hace años. Arrancó en 2008 con la venta del grupo de autobuses Alsa a NEX a cambio del 20% de este grupo aunque en los siguientes años redujeron su participación. Por otra parte, Jorge Cosmen es uno de los directivos clave del grupo británico.

Después de la guerra, el brexit

La historia de los hermanos Juan Carlos, Elvira, Emilio, Marta y Pablo Álvarez Mezquiriz (70 millones de valoración, cada uno) es una batalla continua. Primero se enfrentaron a su padre, David Álvarez, expresidente ya fallecido de Eulen, y a la hermana de ellos, María José Álvarez Mezquiriz, por el control del grupo. Y una vez resuelto el conflicto en los tribunales y repartida la herencia, la incertidumbre del brexit puede afectar a su holding familiar: Mezqual Limited. Esta sociedad, radicada en Londres, en la que los cinco hermanos tienen un 20% cada uno, es la accionista de El Enebro, filial que controla las bodegas Vega Sicilia (79,4%) y la húngara Tokaj Oremus (79,4%), entre otras participaciones. Además, Mezqual tiene un 39% de Eulen.

Entre los dos bandos de los hermanos Álvarez hay una auténtica madeja de intereses. María José Álvarez conserva la mayoría de Eulen y la gestión, mientras los cinco hermanos controlan El Enebro a través de Mezqual, y tienen una participación minoritaria en Eulen. Pero hay más actores con intereses en el mapa societario: en 2013, los hermanos Mezquiriz compraron 152.620 acciones de Eulen por 81,3 millones de euros y aplazaron el pago poniendo como garantía sus acciones de Vega Sicilia. Además, tienen un crédito sindicado de 30 millones con Banco Santander y tres entidades más, que deberán devolver en octubre del próximo año. El crédito está garantizado con 29.831 acciones de Enebro y todavía quedan por pagar 15,4 millones.

La guerra familiar llegó a su cénit en 2016, tras el fallecimiento del padre, David Álvarez, y el reparto de la herencia. Ya acumulaban siete años de guerra, en los que el expresidente construyó un entramado societario que permitió transmitir la mayoría de Eulen a María José Álvarez en detrimento de los cinco hijos. En esta guerra hubo incluso un séptimo hijo en discordia, David Álvarez Mezquiriz, que abandonó la batalla vendiendo su parte a sus hermanos por 33 millones. Esta venta permitió al grupo encabezado por Juan Carlos Álvarez reforzar su posición frente a su hermana, aunque finalmente la guerra quedó en tablas.

*Datos hasta noviembre de 2019

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