A sus 37 años, Pau Gasol puede presumir de un palmarés repleto de títulos y reconocimientos. Entre otros, fue el segundo español en jugar en la NBA; junto a Marc, han sido los primeros hermanos en ser titulares en un All-Star Game; con la Selección Española junior conquistó varios campeonatos. Además, suma once medallas –entre ellas el oro en el Mundial de Japón 2006– con la Selección absoluta desde su debut en 2001, de la que es su máximo anotador histórico.
¿Qué más le queda por hacer en este deporte? ¿Qué título le gustaría (volver a) ganar? ¿Cuál le hizo más ilusión y significó más para usted?
Para mí, no es una cuestión de los títulos que me quedan por conseguir, o qué me queda por hacer. Quiero seguir haciendo lo que me gusta, con la dedicación y la ilusión con la que lo hago, y dar lo mejor de mí hasta que decida, por la razón que sea, finalizar esta etapa para empezar la siguiente. De momento, lo único que está en mi cabeza es disfrutar de cada día, de cada momento; trabajar con todas mis fuerzas para seguir compitiendo en este deporte tan exigente, y si viene algún título o éxito más, ya sea en la NBA o con la selección, bienvenido sea. No es que tenga pendiente conseguir algo más o me desviva por alcanzar otro título. Al final, haciendo las cosas bien y poniendo todo el ímpetu en ello, los resultados acaban llegando. Por supuesto, me gustaría volver a ganar otro anillo en la NBA o unos juegos olímpicos. No obstante, son cosas que no dependen puramente de mí. Por eso, creo que es importante seguir luchando y dar todo lo mejor de uno mismo para poder estar en posiciones de éxito colectivo, y poder ganar títulos. El título en si no es lo que me mueve sino seguir jugando a un nivel alto o muy alto en la etapa de mi carrera en la que me encuentro. Todos los títulos son importantes, todos son especiales y significativos; todos ellos suman en el global. Los títulos que ganamos siendo juniors, los títulos que gané con el Barcelona, los que he ganado con nuestra selección, los que he conseguido en la NBA…. Todo ello forma parte de mi carrera en conjunto que es lo que es realmente es especial. La suma de éxitos, derrotas, crecimiento personal, etc. Y poder hacerlo durante tanto tiempo es lo que es realmente excepcional. Está claro que los títulos son importantes y definen tu trayectoria, pero el recorrido, el aprendizaje, el crecimiento… Es lo que la hace especial.
¿Cuál ha sido su mejor momento en el baloncesto? ¿Y el peor? ¿Alguna vez pensó en ‘tirar la toalla’?
El mejor momento es simplemente jugar al deporte que adoro, que me apasiona y que me ha dado tanto. Desde que era un niño, cuando veía jugar a mis padres, y yo daba mis primeros pasos en ese deporte en el patio del colegio; hasta que debuté en la mejor liga del mundo. Estos son los mejores momentos y, por eso, sigo trabajando para seguir mi día a día en una cancha de baloncesto, en la que disfruto de lo que hago. Ganar títulos son momentos dulces. Pero, creo que es importante ir un poco más allá y, al final, el mejor momento es cuando saltas a la pista a hacer lo que te gusta junto a tus compañeros. Tengo la suerte de que el baloncesto es un deporte de equipo, donde el éxito y la derrota se vive conjuntamente, no es algo individual. Así pues, se crean unas conexiones, un sentimiento colectivo… Estos son, también, momentos bonitos. Lo peor, sin duda, son las lesiones porque son lo que te impide hacer lo que te apasiona. Aunque, a la vez, son momentos útiles, de reflexión, para recordarte tu ‘fragilidad’ y enseñarte a valorar aspectos que normalmente das por sentado. Las derrotas son, también, muy duras: algunas más que otras. Por ejemplo, la derrota que sufrimos con los Lakers en las finales de 2008 fue muy dolorosa; pero también fue una oportunidad de crecimiento y, sin duda, un baño de humildad. Las derrotas son inyecciones de fuerza para trabajar aún más duro y tener una determinación enorme para poder ganar el siguiente título, o el siguiente campeonato. Nunca he pensado en tirar la toalla, ni tampoco soy una persona que se arrepienta de las decisiones que toma. Eso sí: aprendo de mis errores para evitar equivocarme de nuevo. Creo que es importante entender el fracaso como una oportunidad para aprender y crecer.
Ha renovado con los San Antonio Spurs hasta los 40 años, ¿después seguirá jugando al baloncesto? Cuando se retire, ¿qué piensa hacer? ¿Seguirá unido a este deporte?
Por ahora no pienso en ello. Mi intención es ir paso a paso. Estoy muy contento con la renovación y estar en una franquicia que es un modelo a seguir para el resto. Mi intención es cumplir con el contrato y, a partir de ahí, ver cómo me encuentro, en qué nivel estoy compitiendo y en qué dirección quiero que continúe mi vida. Afortunadamente, ya estoy trabajando en proyectos para cuando termine mi carrera como deportista de élite. En este sentido, estoy trabajando en tres direcciones: deporte, empoderamiento de la gente joven y puente España-EE UU. Por un lado, voy a seguir vinculado al mundo del deporte (no sólo el baloncesto) porque creo en su poder transformador y la importancia que tiene para la sociedad. Por otro lado, desde siempre he tenido especial interés y preocupación por las nuevas generaciones. Los jóvenes determinan el futuro de un país y, para que el progreso sea posible, necesitamos dotarlos de un entorno de oportunidades que les permita desarrollar su potencial. Por eso, estoy trabajando en proyectos que tengan un impacto positivo en la sociedad y que permitan empoderar a los jóvenes para que sean capaces de desarrollar su potencial plenamente. A través de la Gasol Foundation, trabajamos con niños y jóvenes para que sean capaces de desarrollarse en un entorno saludable; en proyectos como ‘Dream Big Challenge’, nos centramos en el fomento del espíritu emprendedor entre los más jóvenes para mejorar sus oportunidades de crecimiento y empleo (o autoempleo) futuro. Por último, estoy empezando a estudiar proyectos empresariales que me permitan crear puentes entre España y EE UU, (y viceversa). Por ejemplo, tenemos un acuerdo con MediaPro Exhibitions, el segundo grupo de medios más importante de Europa, para ayudar a la creación de experiencias museísticas en EE UU, sobre todo museos deportivos.
¿Qué necesidades ha encontrado en el mercado español que le han llevado a lanzar ‘Dream Big Challenge’?
En general, creo que es un problema de mentalidad. En España, se emprende más por necesidad que por oportunidad. La tasa de actividad emprendedora está por debajo de la media europea, y de la de países como EE UU. El fracaso o el error se concibe como algo negativo de lo que avergonzarse, y no como una oportunidad para aprender y crecer. Esta mentalidad explica en gran medida la situación actual. Con ‘Dream Big Challenge’, pretendemos revertir esta tendencia, fomentando el espíritu emprendedor entre la gente joven. A través de eventos masivos que se desarrollan en pabellones de baloncesto, los jóvenes trabajan retos de empresas reales y exponen soluciones con potencial para ser implementadas. Sin duda, una forma de conectar a los jóvenes con las empresas y eliminar las barreras tradicionales que existían entre estos dos colectivos.
Junto a Marc, creó una fundación para reducir las tasas de obesidad infantil a través de la actividad física, la alimentación, el descanso y el bienestar emocional…
El enfoque de la Gasol Foundation es promocionar los cuatro pilares de hábitos saludables que mencionas involucrando no sólo a los niños y niñas, sino también a sus familias. Creemos que debe ser el mismo núcleo familiar el que, con las herramientas adecuadas, pueda generar un impacto positivo en la salud de todos y cada uno de sus miembros. Para facilitarlo al máximo, todos nuestros programas y actividades promueven que los hábitos saludables pueden ser sencillos y divertidos, además de la excusa perfecta para reforzar lazos familiares. La mayoría de los recuerdos que Marc y yo tenemos de nuestra infancia son aquellos en los que nos divertíamos con nuestra familia en excursiones, jugando juntos en el parque o compartiendo ratos en la cocina preparando las comidas. Lo que ambos queremos es poder dar la misma oportunidad a otras familias.
La Gasol Foundation se centra en familias con pocos recursos, que son las que se ven más afectadas por la epidemia de obesidad infantil, pero no son las únicas. No hay que olvidar que no es un problema ajeno: en España uno de cada cuatro niños de distintas capas sociales la padecen y los estudios avisan que, si no ponemos remedio, las cifras no van a parar de crecer. Esa es la razón por la que fomentamos desde la Gasol Foundation una intervención multidisciplinar y multisectorial que implique a todos los agentes que están ligados a la educación de los menores.
¿Qué les diría a los jóvenes que quieren seguir sus pasos?
Les diría que descubran su sueño, su visión, su ilusión… Y que la persigan: que trabajen y se vuelquen en su consecución. Es muy importante no ponerse límites sino ver hasta dónde pueden llegar, desarrollar su máximo potencial. En definitiva, les animaría a identificar su pasión e ir a por todas; dedicarse en cuerpo y alma a conseguir ese sueño, sin marcarse límites. Lógicamente, ese sueño evolucionará para volverse más ambicioso. En mi caso, mi ilusión era convertirme en jugador profesional; luego poder llegar a la NBA; luego ganarme mi posición en mi equipo NBA; luego ser uno de los jugadores referentes o importantes; luego ganar un título…. Los sueños y los objetivos irán evolucionando de acuerdo con los resultados conseguidos, pero nunca debemos dejar de disfrutar del camino.
¿Cree que en España se potencia debidamente el deporte?
En España se realiza un buen trabajo a nivel deportivo. Somos una nación admirada por nuestros éxitos deportivos en distintas disciplinas, a pesar de ser un país relativamente pequeño. Pero también soy de los que piensa que siempre se puede mejorar y creo que es importante preguntarse cómo podemos hacerlo mejor, y siempre estar en constante crecimiento.
Usted es referente en el mundo del deporte, ¿quién es el suyo?
Ahora mismo mis referentes son Valentí Fuster y Plácido Domingo. Son referentes dentro de su campo a nivel mundial (Valentí en el campo de la medicina, específicamente cardiología; y Plácido, en el ámbito operístico). Además, ambos son grandes personas, con grandes corazones, a los que aprecio y respeto profundamente.
La situación política en España pasa por un delicado momento…
Sin duda, es una situación compleja que sigo con atención y preocupación. Creo que es importante recuperar la empatía, la capacidad de ponerse en la piel del otro, el diálogo… para llegar a soluciones y acuerdos en los que todos se sientan representados