Miley Cyrus sabe cómo dar titulares. Mientras descansa en una alfombra de pelo largo en su sótano de Los Ángeles durante una entrevista con FORBES, la estrella de 29 años reflexiona sobre una carrera que la ha llevado de ser la Hannah Montana de Disney a los 13 a convertirse en una de las mejores artistas de su generación. «Una cosa de la que estoy muy orgullosa es haber empezado en este negocio antes de tener la regla», dice Cyrus. «Y ahora, he actuado en el Carnegie Hall, en el Madison Square Garden y di el discurso de Joan Jett en su incorporación al Rock and Roll Hall of Fame… todo teniendo la regla. Nunca me ha impedido ser una mujer de negocios».

Cuando la mayoría de las estrellas hablan de los hitos de su carrera, no suelen indicar cuáles coincidieron con su ciclo menstrual. Pero no son Miley Cyrus. Los fans acérrimos ya conocerán la historia de Cyrus sobre cómo tuvo su primer periodo hace casi 15 años mientras actuaba con pantalones blancos en el set de Hannah Montana. Ella compartió aquel momentazo con sus seguidores –tiene más de 150 millones sólo en Instagram–, sin despeinarse. ¿Qué podría ser más emblemático de crecer a la vista del público?

Aquella serie le permitió a Cyrus a ganar 134 millones de dólares cuando cumplió los 18, según estimaciones de FORBES. Pero tampoco la encasilló, ya que desde entonces ha lanzado ocho álbumes de estudio que van desde rock psicodélico hasta el country o el hip-hop.

portada revista FORBES MIley Cyrus Under 30

Los negocios de Miley

Cyrus ahora está empeñada en controlar más su carrera artística. En mayo, llegó a un acuerdo de unos 40 millones de dólares con NBCUniversal que la devuelve a la televisión con tres especiales, así como otros proyectos y por primera vez interviene en los contenidos de Hopetown Entertainment, la productora que gestiona con su madre, Tish Cyrus.

También forma parte del accionariado de una compañía de telesalud, Hims & Hers, asumiendo tareas creativas en la línea de cuidado de la piel Hers. Y a todo esto se suma, además, una serie de acuerdos de patrocinio con marcas como Gucci, su papel de business angel en nuevos proyectos de entretenimiento o el relanzamiento de su página web, MileyWorld, con el que pretende mejorar la experiencia de sus fans.

El valor del riesgo

Al igual que Madonna, a quien considera uno de sus ídolos, Cyrus sabe cómo aprovechar su talento en bruto, su capacidad de asumir riesgos y su figura pública para mantener contentos a los fans, la prensa y los ejecutivos de la industria. Para muchos millennials, la imagen de Cyrus balanceándose desnuda en su vídeo Wrecking Ball en 2013 o restregándose contra la cantante Robin Thicke en ropa interior de látex en los Video Music Awards de aquel año están tan integrados en sus recuerdos como los pantalones de campana, los teléfonos plegables o sintonizar Disney Channel para ver a Cyrus como Hannah Montana.

El escándalo también le ayudó a llamar la atención sobre su álbum Bangerz, que fue triple platino y le valió a Cyrus una nominación al Grammy, así como un lugar en la lista FORBES 2014 30 Under 30 en la categoría de música.

Después de ganar millones con Bangerz, Cyrus eludió a su sello discográfico y lanzó Miley Cyrus & Her Dead Petz. En colaboración con el líder de Flaming Lips, Wayne Coyne, publicó este álbum psicodélico directamente en SoundCloud para que los fans lo escucharan gratis. En lugar de seguir apostando por una fórmula ganadora, quería cambiarla.

«Si sé que habrá una mayor recompensa al asumir un mayor riesgo, por lo general lo haré». dice Cyrus, pasando sus dedos por su cabello rubio decolorado. «Hago eso con todo: mi negocio, mis relaciones, el amor o la vida».

La música, por encima de todo

Pero lo que verdaderamente la motiva es su amor por la música. Hija de la estrella de la música country Billy Ray Cyrus y la productora Tish Cyrus en Nashville –y con Dolly Parton como madrina–, Cyrus creció inmersa en la industria de la música. Aunque algunos críticos definen a Cyrus más como una buscadora de publicidad más que cantante o compositora, el productor Mark Ronson la considera un talento poco común que está en la misma liga que otros cantantes con los que ha trabajado, desde Amy Winehouse hasta Lady Gaga.

Ronson coescribió y cointerpretó la que se convirtió en la canción de triple platino Nothing Breaks Like a Heart junto a Cyrus. «Es tan brutal y descaradamente sincera sobre su vida que, combinando eso con su voz, es lo que hace que tenga a más de 150 millones de personas adorándola», dice Ronson. «Todos los grandes, especialmente los realmente grandes, muestran su dolor para que el mundo lo vea».

Honestidad brutal

Ciertamente, Cyrus comparte su dolor. Ha hablado de sentirse explotada a veces y no se corta a la hora de hablar sobre sus luchas con la ansiedad, la depresión, el consumo de alcohol o las drogas. Perdió su casa en Malibú en un incendio en 2018 y su matrimonio con Liam Hemsworth se rompió apenas un año después. A los pocos días de anunciar su ruptura, fue fotografiada besando a la actriz Kaitlynn Carter. Más tarde, Cyrus se declaró pansexual y confesaba sentirse atraída por las personas independientemente de su sexo o identidad de género.

En estos días, Cyrus presenta una versión más introspectiva y tranquila de sí misma, experimentando más con la música y la filantropía en lugar de con las drogas y la fiesta. Las causas queer, las migraciones y su enorme plataforma la inspiraron a crear Happy Hippie Foundation en 2015 para brindar educación, empleo y servicios de apoyo a jóvenes LGBTQ + sin hogar y en riesgo de exclusión. «La gente va a hablar de mí: ¿de qué puedo hacer que hablen que realmente marque la diferencia?», pregunta Cyrus. «Mucha gente que critica que me disfracé de osito de peluche y movía el culo no hace nada. Comenzar con Happy Hippie, y seguir con ello seis años después, es lo que más me enorgullece de mi carrera».

Un nuevo giro

La pandemia también la devolvió al mundo de la televisión. En marzo de 2020, comenzó la serie de directos en Instagram Bright Minded, en los que charló con invitados como Elton John o la senadora Elizabeth Warren mientras hablaba de mascotas, hacía tutoriales de maquillaje o ponía el foco en causas sociales.

El pasado mes de junio, tras su acuerdo con NBCUniversal, lanzó el primero de sus programas especiales: un concierto virtual para celebrar el Mes del Orgullo Gay emitido en la plataforma NBC Peacock para promover la causa LGBTQ +, en el que Cyrus interpretó una versión del Believe de Cher con un traje de lentejuelas y flanqueada por drag queens. Todo esto le ha permitido ganar a Cyrus un lugar en el Salón de la Fama de FORBES Under 30.

Del ‘twerking’ al empoderamiento

Aunque Cyrus no es precisamente tímida, últimamente sus seguidores la ven más mostrando su piel impecable en anuncios de la compañía de telesalud Hims & Hers –como parte de un acuerdo que le otorga un papel creativo en la línea de cuidado de la piel Hers– que haciendo twerking. Esto se suma a una serie de inversiones en empresas como Fanmade, una agencia cofundada por su directora de marketing (y también en la Lista FORBES 30 Under 30) Olivia Rudensky.

Otra de los planes de Cyrus es controlar su página web con el objetivo de evitar trolls y que los multimillonarios de la tecnología se beneficien de sus seguidores. Eso significa invertir en MileyWorld, el sitio de fans que su madre comenzó durante sus días en Disney para crear un espacio seguro para que Cyrus interactuase con su audiencia. Las ideas de contenido van desde agregar consejos de meditación guiada por Miley hasta vídeos exclusivos de sus actuaciones. «Quiero ser dueña de mi territorio», dice Cyrus. «Quiero que la gente sepa que son ellos quienes tienen el poder es estas plataformas; las plataformas no. Vamos a recuperar el poder».

Territorio creativo

Para Cyrus, el territorio más importante en estos días es el de su jardín, que alberga una caravana Airstream donde graba su música. Si el sótano enmoquetado es donde se enfoca en construir la marca, el remolque es donde alimenta su alma, creando y grabando nueva música, incluido su álbum de rock de 2020 Plastic Hearts. Es un lugar al que va cada día y que guarda para sí misma.

Cuando se le pregunta qué género musical está explorando en este momento, Cyrus sólo dice: «Me encanta el lado suave del rock que es más vulnerable». Si eso dará como resultado una música que se aleje más de su territorio o de sus instintos rockeros, por supuesto, depende de ella. Ella creará en su propio tiempo y en sus propios términos. «Estoy feliz de ser todo lo que la gente necesita que sea», dice Cyrus. «Siempre que sea todo lo que necesito ser».

Con información de Lisette Voytko y Abigail Freeman.