«¡Venid pronto, estoy bebiendo las estrellas!». Según cuenta la leyenda, eso es lo que gritó Dom Pierre Pérignon, un monje benedictino del siglo XVII, cuando paladeó las burbujas de uno de los vinos de la bodega de la abadía de Hautvillers, en Francia. Así que, que 300 años después, la marca de champagne se haya aliado con una de las estrellas más rutilantes de la música, Lady Gaga, cierra un círculo virtuoso.

Esta polifacética cantante compositora, actriz, empresaria y filántropa este año tiene motivos más que suficientes para brindar con champagne: ha rodado el biopic House of Gucci; publicará Love for Sale, la continuación de su álbum de clásicos de jazz junto a Tony Bennett, y calienta motores para su regreso en directo a los escenarios. Y, puesta a hacerlo, sospechamos que lo hará con Dom Pérignon. 

Lady Gaga y el mítico champagne francés se han asociado para lanzar una campaña radical, Queendom, en la que comparten arte, energía y entusiasmo en un proyecto que desborda creatividad. Y, también, en un motivo filantrópico. Para ello, Lady Gaga ha rubricado dos ediciones exclusivas de Dom Pérignon Vintage 2010 y Rosé Vintage 2006, que ya están a la venta, además de una escultura diseñada por ella y Nicola Formichetti y de la que solo se existen 110 piezas. Las ganancias de las ventas de esta última se destinarán a la Fundación Born This Way, creada por Gaga y su madre, Cynthia Germanotta, en 2011.

Digamos que hacer una entrevista de una sola pregunta, a 10.000 kilómetros y vía Zoom sin imagen, no es el entorno ideal para descorchar una botella, pero la diva se ha conectado para tener un encuentro con periodistas de medio mundo para hablar de su colaboración con la marca de champán:

La primera vez que Lady Gaga bebió Dom Pérignon, cuenta, fue justo después de que lanzó su primer álbum. «Yo era muy joven, y alguien pidió champagne para celebrar un logro mío. Recuerdo sentirme muy honrada y emocionada, porque nunca antes había tenido dinero para comprar champán de esa calidad. Y lo compartí con todos en la mesa», recuerda.

Desde entonces, reconoce, se ha convertido en una aficionada a este exquisito espumoso («Creo que es audaz y diferente»), así que cuando viajó a la bodega y comenzó a familiarizarse con la historia de la marca, descubrió las profundidades de su legado. Gaga trabajó en estrecha colaboración con Vincent Chaperon, el chef de cave de Dom Pérignon, quien le sirvió de guía en su aprendizaje sobre el champagne. «Lo que más me llamó la atención fue ese proceso intenso y meticuloso. Para mí, hay una verdadera forma de arte detrás, y eso me inspiró mucho«.

Asimismo alaba la búsqueda incesante de un champán en función del clima o las estaciones y la fascinación que le produce cómo cada vino es distinto en función de los elementos y que se realice de una manera tan metódica y reflexiva. «Creo que no es muy diferente a la forma en que se crea la música. Cada artista también es diferente. Yo, cuando hago música, puedo hacerlo de muchas formas diferentes. A veces lo hago al piano, otras veces escribo música de baile o empiezo con la producción. Otras comienzo con la poesía. O con una visión de lo algo en la naturaleza. O con un pensamiento que me viene a la cabeza, con lo que dice alguien o con un presentimiento. Y creo que todas esas cosas también guardan cierta relación con cómo Dom Pérignon crea el champagne«.

De toda esa inspiración surgió la imagen de la campaña, Queendom, sobre la que Lady Gaga hace una clara reivindicación feminista: «Dom Pérignon era el champagne de los reyes. Así que dije: Bueno, el año que viene será el champagne de las ‘reinas’ [Queens]«, aclara divertida. En el explosivo vídeo, dirigido por el fotógrafo de moda británico Nick Knight y en colaboración con el equipo creativo Haus of Gaga, rinde homenaje al claim de la marca, «Creative freedom is power» («La libertad creativa es poder»).

Pero la pieza más emblemática de esta colaboración es una escultura creada por Lady Gaga en colaboración con el estilista y director artístico Nicola Formichetti que funciona como un velo y envuelve un majestuoso jeroboam de Dom Pérignon Rosé Vintage 2005. Cada una de las 110 piezas exclusivas, estará disponible a través de ventas privadas (ronda unos 50.000 dólares) y se exhibirá en ubicaciones emblemáticas de Dom Pérignon.

Los beneficios de esta iniciativa, que serán destinados a Born This Way, enorgullece a Lady Gaga: «Desde que la fundé con mi madre en 2011, trabajamos con los jóvenes para crear un mundo más amable y valiente. La donación de esta edición limitada ayudará a apoyar la creación de programas y campañas que aumentan el acceso a los recursos, impulsan la acción y construyen una comunidad. Creo que la energía del amor y de la libertad creativa, nos dan impulso para seguir adelante», concluye.

Y, como decía del monje benedictino, lo de beberse las estrellas tiene su gancho