Iker Barricat suma más de veinte años a sus espaldas en The Adecco Group, los últimos cuatro como director general en España en los que ha tenido que lidiar con el parón laboral por la pandemia y los cambios que ha traído en el mercado del empleo. Ahora en plena recuperación del trabajo, Barricat repasa el efecto de la reforma laboral y los retos para mejorar las cifras de paro juvenil, entre otras cosa.
PREGUNTA. Las ETT sufrieron con la pandemia. ¿Cómo ha sido el ejercicio?
RESPUESTA. Ha sido un año de recuperación tras un durísimo 2020. Esta recuperación nos ha permitido desarrollar iniciativas desde Adecco, como por ejemplo “Movilización por el Empleo”.
Año de recuperación que esperemos se consolide en 2022.
P. El año promete estar marcado por la reforma laboral. ¿En qué acierta y qué echa de menos?
R. Sólo por el hecho de que sea fruto de un consenso, ya merece una valoración positiva.
Con respecto a los contenidos, se acierta al validar un modelo de subcontratación que apuesta por el valor añadido, la especialización y el conocimiento frente a prácticas de dumping. También con un modelo de contratación temporal que permita reducir las tasas de temporalidad sin topar la flexibilidad que las empresas necesitan.
En el tintero queda una modernización real del modelo y de la negociación colectiva.
P. ¿Cuál es el papel de las ETT en este escenario?
R. La reforma permitirá poder desempeñar un papel protagonista. Los modelos de flexibilidad laboral requieren ahora de un análisis más profundo y de un mayor rigor en su gestión y eso debería provocar, como sucede en la UE, un mayor grado de penetración de este tipo de empresas especializadas y con experiencia.
P. ¿Existe una desconexión entre lo que se estudia y las habilidades que exigen las empresas?
R. Tenemos una de las generaciones mejor preparadas que convive con bolsas de colectivos con escasa cualificación. Lo que está fallando es que hay una enorme brecha entre la oferta formativa y las demandas de profesionales.
Vivimos en un mundo cambiante y donde cada vez es más difícil predecir lo que va a ocurrir. Es por ello que necesitamos desarrollar una rápida capacidad de adaptación.
La oferta de ciclos universitarios debería ser más ágil en la respuesta en lo que demandan las empresa, empleadores y los alumnos.
Asimismo, hay que ampliar la oferta formativa para que la FP siga alineada con las demandas del mercado.
P. ¿Se puede hablar también de una falta de enfoque al elegir estudios?
R. La FP ha desbancado a la universidad como la formación más requerida en las ofertas de empleo. Sin embargo, España está por encima de la media de la UE en titulados universitarios y con estudios primarios, pero por debajo en formación secundaria y formación profesional.
La FP es imprescindible para dar respuesta a las demandas de profesionales en muchos sectores y también en competencias digitales, donde es más versátil que los ciclos universitarios.
P. ¿Qué perfiles van a ser los más demandados en 2022?
R. Principalmente del sector tecnológico y de las telecomunicaciones. Hay sectores muy reforzados tras la pandemia con dificultades de cobertura, como el sanitario. En el sector de la energía, el del marketing digital y el ecommerce también existe escasez de profesionales.
Lo sorprendente es que hay sectores tradicionales con mayor volumen de ocupaciones sin cubrir. Hablamos de perfiles clásicos de la industria, como soldadores o fresadores, igual que en construcción, hostelería y agricultura.
P. ¿Cuál es la mayor ventaja competitiva para encontrar un trabajo?
R. Sin duda, la capacidad de aprendizaje permanente. Un tercio de nuestras competencias quedan obsoletas cada tres años, por lo que es necesario construir modelos que nos permitan actualizarnos.
Debemos apostar por la formación y capacitación de las personas, por el upskilling y el reskilling. Ahora bien, es una responsabilidad compartida por gobiernos, empresas y los propios individuos. Para ello es clave revisar el modelo de formación actual, huyendo de titulaciones y certificaciones no alineadas con
las necesidades de las empresas y desarrollando formaciones ágiles y dinámicas que se completen con la experiencia en el puesto de trabajo.
P. Puestos a elegir, ¿soft skills o hard skills?
R. Ambas son importantes. Nos debemos formar en tecnología, porque los empleos están cada vez más unidos a ella, y en soft skills como creatividad, empatía y emociones… Habilidades que no tienen fecha de caducidad. Todas aquellas que nos distinguen de los robots y que los algoritmos no pueden llevar a cabo. Estos valores harán destacar a unos trabajadores por encima de otros
en un futuro próximo.
P. ¿Qué podemos esperar del mercado laboral en 2022?
R. Esperamos que el cierre de 2021 pueda servir como punto de partida para una recuperación sostenida. Las perspectivas –dentro de la moderación– son de creación de empleo neto muy por encima de 2021.
P. ¿Cuáles van a ser las grandes tendencias del mercado?
R. Por un lado, la transformación digital. Por otro lado, el trabajo híbrido y todo lo que tiene que ver con la flexibilidad y conciliación, que está relacionado con la salud mental y el bienestar de los trabajadores.
Según la OCDE, más de 1.000 millones de puestos de trabajo serán transformados por la tecnología en la próxima década. Es necesario formarse en determinadas competencias para adaptarse a la digitalización. En ese sentido, el Grupo Adecco está comprometido a volver a capacitar a cinco millones de personas para 2030.