La tierra se está moviendo, indudablemente, bajo los pies de los grandes jugadores tradicionales del renting. Y esto solo parece un anticipo de lo que va a suceder a medio plazo y a lomos de la velocidad y la capacidad de las redes 5G, que facilitarán la interconectividad de todo y la llegada del coche sin conductor. Pero antes de eso, el mercado del alquiler de vehículos ya ha empezado a encarar en España los comienzos de las primeras transformaciones en profundidad, lideradas unas veces por la agilidad de nuevas startups especializadas en renting, otras por grandes operadores tradicionales de renting que se arriesgan a innovar y otras veces más por los gigantes de la automoción.
El ejemplo más obvio de esto último lo tenemos en la explosión del carsharing. Renault y Ferrovial se han unido para gestionar Zity, PSA domina Emov, Kia y Repsol están detrás de WiBLE y, por fin, BMW y Mercedes fusionaron el año pasado sus marcas Car2go y DriveNow para crear el gigante ShareNow. La expansión de este tipo de servicios, especialmente poderosa desde 2016, permitió que el año pasado estuvieran disponibles en más de 3.000 ciudades de 59 países.
Compartir coche, y que éste sea normalmente eléctrico, tiene cada vez más sentido en los relativamente cortos desplazamientos que imponen los grandes núcleos urbanos. Los principales argumentos son los cambios de hábitos de consumo de la población joven, que a veces prefiere compartir a tener un vehículo en propiedad, la restricción a la entrada en las coronas metropolitanas por los protocolos anticontaminación y los duros requisitos de reducción de emisiones previstos para 2030 por la Unión Europea. A pesar de eso, en muchas ciudades, como Madrid, queda todavía por definir un modelo que asegure la viabilidad financiera de los operadores de carsharing.
Ald Automotive, del grupo Société Générale, es uno de los grandes operadores tradicionales de renting que se arriesgan a innovar con nuevas fórmulas como el carsharing, la transformación digital de la gestión de flotas y el desarrollo del comercio electrónico.
Ald Automotive lanzó en noviembre un servicio de carsharing corporativo en el que el usuario reserva el vehículo o llamando por teléfono o mediante una aplicación móvil, accede al coche en su lugar de trabajo, realiza su trayecto y, al finalizar, lo devuelve al mismo punto de partida o a otro definido previamente. El profesional debe decir si el trayecto es personal o laboral. La empresa, por su parte, puede decidir si este uso privado tendrá coste o no y podrá consultar los datos de todos los viajes, controlar qué vehículos están reservados y por cuánto tiempo, modificar los espacios de tiempo dedicados a trayectos profesionales y privados o deshabilitar a un conductor.
Flotas
Sonsoles Martín-Garea, directora de marketing y comunicación de Ald Automotive, explica que la transformación digital de la gestión de flotas pasa por iniciativas como ProFleet, “que permite, de forma telemática, administrar datos de consumo, kilometraje, localización o conductas al volante, e incluso facilitamos a los usuarios los trámites y gestiones derivados del uso vehículo a través de aplicaciones móviles como MyALD”.
El comercio electrónico ayuda, entre otras cosas, a que las empresas de renting ofrezcan un servicio más ágil y dirigido a las necesidades de clientes, muchas veces particulares o autónomos, pero casi siempre jóvenes.
La multinacional del grupo Société Générale se asoció en junio con Amazon en una plataforma, Amazon Motors, donde la multinacional de Seattle se ocupa de la comercialización y Ald Automotive aporta sus servicios de renting. Así, advierte Martín-Garea, “Amazon Motors, que ofrece el alquiler de vehículos a largo plazo, con una experiencia 100% online, viene a demostrar que este servicio es, en cierta forma, un modelo de suscripción en el que el cliente se abona por 3 o 4 años y puede disfrutar de un coche por ese tiempo con todos los gastos de mantenimiento, seguro, etc., incluidos”.
Las startups de renting españolas, igual que Ald Automotive con Amazon Motors, también están apostando por el comercio electrónico. Eduardo Clavijo y David Eguizabal, cofundadores de Idoneo.com, han diseñado una plataforma para que los usuarios accedan a servicios de renting de distintas marcas y seleccionen el que más les convenga. Según ellos, con su portal “es posible contratar hoy un renting 100% online en cinco minutos empleando tan solo un smartphone“. La alternativa analógica es, siguen, “ir a un concesionario con tu nómina, tu IRPF, carné de conducir y carné de identidad, entregarlo y esperar días o semanas a que la entidad financiera apruebe la operación”.
El próximo movimiento de Idoneo.com será la suscripción. Según ellos, “en el renting tradicional te comprometes, de media, a un contrato de permanencia de tres años”, mientras que en Idoneo están a punto de lanzar contratos con los que se puede cambiar de coche casa seis meses. Esto permitirá, según ellos, “tener un descapotable para el verano y un todo terreno para el invierno. O cambiar de coche a uno más grande si la familia crece”.
Justamente, en las suscripciones de vehículos Idoneo.com tendrá que enfrentarse con Bipi, la startup que han fundado Hans Christ y Alejandro Vergara. Bipi ofrece, a cambio de un único pago mensual que lo incluye todo (seguro, mantenimiento y asistencia en carretera), la oportunidad de escoger un coche y cambiarlo cuando quiera el cliente de forma fácil, flexible, económica. Además, se puede elegir el lugar de entrega y de devolución.
A finales de febrero, la startup lanzó al mercado el ‘cheque coche’, con el que las compañías pueden beneficiar a sus empleados dándoles la opción de tener un vehículo para uso personal (no de empresa) a través de una cuota mensual, que formaría parte de su retribución en especie. Esa cuota incluiría gastos como mantenimiento, seguro, neumáticos, ITV o impuestos.
Swipcar y Vamos
Si en el frente de las suscripciones a Idoneo.com le espera Bipi, en el del marketplace de renting tendrá que pugnar con Swipcar y Vamos. Julio Ribes, CEO de Swipcar, asegura que su compañía “es el marketplace online de referencia en España tanto por la amplitud del catálogo (marcas y modelos) como por volumen de operaciones. No tenemos ninguna duda”. Además, sigue, “es muy probable que estemos en el top 3 en el ámbito del renting general para particulares —tanto online como offline—”.
Para Ribes, su “propuesta diferencial se basa en que simplificamos al máximo la interacción con el cliente para facilitar que le sea fácil elegir y tomar decisiones: filtramos las mejores ofertas de renting del momento —contamos con más de 70 modelos entre turismos y furgonetas y con más de 20 marcas—; somos proactivos en lo comercial y resolvemos con rapidez cualquier trámite hasta conseguir que pase menos de un mes desde la primera llamada del cliente hasta que, firmamos y entregamos el coche”.
Los siguientes pasos para Swipcar, apunta su CEO, son “poder replicar el modelo internacionalmente y, en España, seguir creciendo y consolidando nuestra marca. También trabajamos para dar más servicio a las empresas con productos adicionales”.
Vamos, la startup de Mario Carranza, su CEO, se incorporó el verano pasado como rival de Swipcar e Idoneo.com. A diferencia de estas dos últimas, sus servicios, al menos por ahora, ponen más el énfasis en las empresas de renting que en los usuarios que los consumen. Así, Carranza subraya que su modelo de marketplace “permite a nuestros partners subir vehículos a nuestra plataforma para comercializarlos de manera cómoda y segura”.
De este modo, aclara Carranza, “conectamos coches con clientes facilitando a la industria acceder a un nuevo tipo de cliente en un entorno 100% digital, añadiendo una fuente de ingresos adicional sin tener que realizar ningún tipo de inversión y permitiéndoles flexibilizar su estructura de costes ya que solo cobramos una comisión una vez que se ha realizado la transacción en nuestra plataforma”. El CEO de Vamos asegura que, desde julio hasta principios de marzo, “el balance de nuestros primeros meses es muy positivo, habiendo superado la barrera de los 1.000 clientes formalizados antes de lo previsto”.
Alberto Bajjali, CEO de la startup Amovens, con un millón y medio de usuarios y controlada por la multinacional danesa GoMore, ofrece en su plataforma viajes compartidos (parecidos, para entendernos, a Blablacar), alquiler de coches entre particulares (Bajjali estima en 10.000 los vehículos que se usan para eso con Amovens) y servicios de renting. Estos últimos, advierte el directivo, los proporcionan con su “valor único”, que consiste en que “los coches pueden ser subalquilados en nuestra plataforma y así pueden recuperar total o parcialmente la cuota”.
Alquiber refleja bien la situación de los operadores medianos aunque no es, propiamente, una startup. Ni es un proyecto reciente (nació en el año 2000) ni es un negocio relativamente pequeño (de hecho, desde 2018, cotiza en Mercado Alternativo Bursátil y en ese ejercicio facturó unos 40 millones de euros).
Frente a los rivales digitales, Alquiber juega la baza de sus 20 delegaciones físicas en España y sus 3.500 talleres propios o concertados. Frente a los gigantes tradicionales del sector, se defiende con su especialización en renting flexible, con la posibilidad de adaptar los vehículos a las necesidades de sus clientes (algo importante para las empresas de reparto) y con una atención y asesoramientos más personalizados.
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