La compro. No la compro. La compro. No la compro… Y así durante meses. Las idas y venidas del interés de Elon Musk en Twitter tienen a la compañía en el punto de mira de los mercados.

El fundador y consejero delegado de Tesla compraba de forma indirecta a principios del pasado mes de abril una participación del 9,2% –73,5 millones de acciones– de Twitter. En concreto, la red social indicaba que el fideicomiso ‘Elon Musk Revocable Trust’, del que el empresario es el único beneficiario, era el comprador de los títulos, lo que hizo que el multimillonario se convirtiera en dueño indirecto de la totalidad de la participación.

Unos días después de la adquisición, Musk declinaba formar parte del consejo de administración de la compañía y anunciaba un bombazo: lanzaba una oferta pública de adquisición (OPA) sobre Twitter que valoraba la multinacional en unos 40.000 millones de euros.

La oferta presentada por el empresario, que unos pocos días antes se convertía en el primer accionista de la red social, fue totalmente en efectivo. Musk ofreció 54,20 dólares por cada acción de Twitter, lo que suponía una prima del 54% con respecto al 28 de enero, cuando Musk comenzó a comprar títulos de la compañía, así como del 38% con respecto al uno de abril, cuando reveló su posición en la compañía.

«Invertí en Twitter porque creo en el potencial de ser la plataforma para la libertad de expresión en todo el mundo y creo que la libertad de expresión es un imperativo social para una democracia funcional. Sin embargo, desde que hice mi inversión me he dado cuenta de que la empresa no prosperará ni servirá para este imperativo social en su forma actual. Twitter necesita transformarse en una empresa no cotizada», aseguraba Musk.

Después, las acciones de la red social subían, el empresario presentaba un plan para financiar la compra y Twitter aceptaba la oferta.

Compra paralizada

A mediados del pasado mes de mayo, Musk decidió suspender temporalmente la compra de Twitter, tan solo siete días después de informar a la Comisión del Mercado de Valores (SEC) de Estados Unidos que un grupo de 19 inversores (entre ellos Larry Ellison, el principe Alwaleed y Qatar Holding) aportaría unos 6.730 millones de euros a la transacción. ¿Por qué?

«Acuerdo de Twitter suspendido temporalmente a la espera de detalles que respalden el cálculo de que las cuentas falsas/spam representan menos del 5% de los usuarios«, indicaba el multimillonario, recogiendo un artículo de Reuters sobre la estimación de la compañía de la proporción de cuentas falsas entre los usuarios activos de Twitter.

Musk solicitaba así pruebas del número de cuentas falsas de Twitter como condición a seguir adelante con su oferta. En un nuevo mensaje publicado en la red social, subrayaba que el consejero delegado de Twitter se negaba a mostrar pruebas de que las cuentas falsas son menos del 5%. «El acuerdo no puede seguir adelante hasta que lo haga», subrayó Musk.

En este sentido, el nueve de junio The Washington Post publicaba que el consejo de administración de Twitter estudiaba satisfacer las demandas de información planteadas por Musk para seguir adelante con la compra de la compañía.

A pesar de que días después la junta directiva de Twitter expresaba su respaldo unánime al acuerdo alcanzado a finales de abril para la venta de la compañía a Musk y recomendaba a los accionistas de la empresa que votasen a favor de la operación, el fundador de Tesla trasladaba el nueve de julio a Twitter su intención de rescindir el contrato de compra.

Las acciones de Twitter caían y la compañía aseguraba que el intento del empresario de retirarse de la compra de la red social era «inválido y le demandaba por romper el acuerdo de compra de la red social, lo que apoyó la jueza dictaminando que el juicio se llevaría a cabo este mes de octubre.

Por su parte, el empresario indicaba que las denuncias por parte de Peiter Zatko, exjefe de seguridad de Twitter, sobre las malas prácticas de la red social vendrían a corroborar el incumplimiento de la empresa de lo dispuesto en el acuerdo de compra alcanzado con el multimillonario. Un hecho que Twitter tachó de «inválido e ilícito» el nuevo intento de Musk por evitar la compra de la red social a finales de agosto.

Tan solo trece días antes de que se lleve a cabo el juicio, las acciones de Twitter repuntaban cerca de un 12% en bolsa tras unas informaciones que aseguran que el Musk podría aceptar hacerse con la empresa en los términos acordados inicialmente. ¿Entonces?

Por el momento no ha habido nuevas informaciones que confirmen o desmientan las últimas noticias. Sin embargo, Musk, como acostumbra, ha utilizado una vez más su cuenta personal de Twitter para arrojar luz al asunto.

X, el nuevo Twitter

Después de poco más de un mes sin noticias sobre si la operación continuaba adelante o no y a falta de algo menos de dos semanas para que se celebre el juicio, Musk escribía: «La compra de Twitter es un acelerador para crear X, la aplicación para todo«, unas palabras que, además de confirman su intención de comprar la compañía, aportaron nuevas informaciones a los accionistas sobre sus planes inmediatos.

Esta «aplicación para todo» podría parecerse a la china WeChat, que empezó como red social y mensajería de texto y voz, y después creció como plataforma de videojuegos y medio de pago online, además de sus funciones de vigilancia y espionaje al servicio del Gobierno de Xi Jiping, apuntan desde El Economista.