Tras la intervención del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, en el Congreso de los Diputados ayer, Porcelanosa no tardó en hacer público un comunicado para responder a sus alegaciones sobre que el Grupo permanece haciendo negocios en Rusia. La empresa azulejera con sede en Villarreal asegura que desde que Putin invadiera Ucrania —el pasado 24 de febrero— «tomó la decisión de paralizar cualquier actividad económica en Rusia donde no existe una red de distribución propia».
La compañía asegura estar «comprometida con la protección de los derechos humanos, la democracia y la convivencia pacífica» y estar participando «de forma activa en el envío de material sanitario, alimentación y ropa para ayudar de forma solidaria y convencida al pueblo de Ucrania«. A través de su cuenta de Twitter también ha dicho que seguirá «brindando ayuda, apoyo y amparo a ciudadanos ucranianos que no pueden regresar a su país y que se encuentran actualmente aquí».
Actualmente, la única acción comercial del grupo en Rusia, según afirma, es aquella que «responde al mínimo de los contratos fijados con los distribuidores multimarca antes de la guerra, que en el mes de marzo representó solo el 0,009% de las ventas de la compañía. El total de ventas en este país y durante ese ejercicio, computó a 197.000 euros».
El Grupo Porcelanosa, con sus ocho marcas y casi 50 años de historia, está presente en un total de 150 países, en los que cuenta con en torno a 1.000 puntos de venta y 50 centros logísticos. Entre estos países en los que hace negocios se encuentran Estados Unidos, Italia o Francia.