Ya lo dijo Darth Vader: “Entrégate al lado oscuro. Es la única manera en la que podrás salvar a tus amigos”. Y, sí. Es cierto. Lo que ocurrió en Wall Street con Reddit y el caso GameStop en enero no fue ficción, pero es una gran guerra con una moraleja clara: los grises existen y el fin del imperio alcista amenaza con explotar.
Cuando el pasado 27 de enero las acciones de la tienda de videojuegos GameStop (GME) cerraron en más de 347 dólares nadie daba crédito. La compañía, que apenas unos meses atrás cotizaba en mínimos de 3,5 dólares, llegó a subir en Bolsa un 2.000%. El frenesí se sucedió durante quince días gracias a la acción coordinada de apuestas al alza de una legión de miles de foreros liderados por un extravagante inversor youtuber, autodenominado DeepFuckingValue en el subreditt WallStreetBets. De película.
Tres semanas después, él, Keith Gill (o Roaring Kitty si se le busca en la plataforma de videos), testificaba junto al director ejecutivo de Reddit, el fundador de Melvin Capital Management, el director ejecutivo de Robinhood y el fundador de Citadel Securities, ante la Comisión de Asuntos Financieros del Congreso de los EEUU. ¿El objetivo de la Cámara de Representantes? Tratar de discernir quién tuvo la culpa de la locura de los mercados del mes de enero y qué ha llevado a grandes fondos de alto riesgo a perder miles de millones de dólares.
Como es una saga, vayamos por episodios.
Episodio I: La venganza
¿Cómo consiguieron los foreros acabar con el especulador? Especulando. “Para hacer eso es necesario un profundo conocimiento del mercado. Lo hicieron mediante la compra de opciones call, a futuro”, explica el analista de bolsa Roberto Moro. En vez de comprar al contado, para lo que sería necesario disponer de mucho dinero, la apuesta se hace a través de un ‘market maker’ o creador de mercado, que está obligado por ley a ofrecer la contrapartida y, por lo tanto, necesita cubrirse ante el riesgo.
“Al principio, cuando acudieron solicitando opciones call de GameStop no se les tomó en serio. Las compraron muy baratas, muy ‘out of money”, añade. Sin embargo, el volumen de solicitudes comenzó a ser tal que estos operadores empezaron a temer no poder hacer frente a la contrapartida y procedieron a cubrirse. “¿Y cómo se cubre un ‘market maker’? Comprando él mismo las acciones”, para poder ofrecerlas en caso de que suban más y no puedan afrontar el intercambio.
De esta manera “los foreros justicieros consiguieron, no solo que este tipo de operadores empezasen a emitir también órdenes de compra, sino que los fondos se viesen obligados a cerrar sus posiciones a corto a medida que subía la acción, disparando los títulos más todavía”, explica Moro. El analista recuerda que aquí en España hubo un intento similar para impulsar las acciones de Tubacex”, pero en España eso no es posible. En EEUU sí, por la cantidad de liquidez que tiene su mercado de opciones”.
Así que, más que la capacidad democratizadora de internet, lo que para los expertos manifiesta el caso GameStop es el peligroso abuso de las operaciones a margen en el sistema actual y el cuestionable modus operandi de algunos agentes que lo respaldan. Entre ellos el operador Robinhood, que suspendió en plena vorágine la negociación de los títulos de GME y AMC, y su socio Citadel Securities, el ‘market maker’ que mientras recibía los datos de las operaciones que los minoristas más inexpertos hacían a Robinhood, rescató con cerca de 2000 millones de dólares a Melvin Capital, arruinado por tener que cerrar sus posiciones a corto.
Episodio II: La llegada de los traders.com
Según Bloomberg, el comercio minorista en el mercado de valores estadounidense aumentó un 200% en el primer trimestre de 2020, en comparación a un año antes, impulsado por la falta de apuestas deportivas y las órdenes de confinamiento. ¿El resultado? Según muestran los datos del Banco de Inversión Piper Sandler, este incremento repercutió directamente en los volúmenes de pedidos de todos los ‘market makers’, incluido Citadel Securities.
“Aunque es una empresa privada y no divulga sus datos financieros, las cifras de Virtu muestran un salto de 267% en los beneficios en comparación con el año anterior. Datos similares pueden concluirse para Citadel Securities que es el responsable de 40 de cada 100 acciones negociadas en América”, concluye un reciente informe del Bocconi Students Investment Club.
“La tecnología ha facilitado el acceso a la inversión y la difusión de algunos perfiles de éxito que, desde mi punto de vista, es algo muy esporádico. La gente saca la falsa sensación de que esto es Jauja”, asegura el profesor de Economía y Finanzas de la Universidad Rey Juan Carlos, Raúl Gómez Martínez.
Sin embargo, para Fernández Vidal la razón principal es mucho más compleja: “Soy firme defensor de que los máximos culpables son La Reserva Federal y los bancos centrales en general, porque llevan muchos años inyectando barbaridades de dinero en el sistema, llevando al 70% de la deuda a rendimientos negativos”. Según su análisis, los inversores están obligados a coger más riesgo: “Y como la bolsa está muy cara se apalancan u operan con productos que llevan apalancamiento. Los contratos de derivados son más viejos que la bolsa. No son peligrosos en sí mismos, si sabes lo que estás haciendo con ellos”.
“Por las inyecciones de los bancos centrales los inversores están obligados a coger más riesgo. Y como la bolsa está muy cara se apalancan”
Los datos históricos avalan que la mayoría de ‘traders’ particulares pierde dinero. Ya en 1999 The North American Securities Administrators Association (NASSA) publicó un informe que afirmaba que el 70% de ellos perdía toda su inversión. Recientemente, un estudio de eToro concluía que el 80% de los ‘traders’ que operan en el mismo día pierden un 36% del dinero invertido de media al año y que el 75% del total deja de operar a los 2 años. Los expertos apuntan a que esto suele manifestarse en los mercados muy alcistas, como el actual.
¿Quién gana con ese ‘dinero tonto’?
Episodio III: La Fuerza del ‘market maker’
La figura del creador de mercado o ‘market maker’ no es nueva y, como intermediario capacitado para garantizar una contrapartida, dota de liquidez al sistema al facilitar que cada vendedor encuentre un comprador para su orden y viceversa. Se trata de una práctica de mercado legal, sólo si los diferenciales de mercado que ofrecen son mejores o, al menos, igualan a los de las bolsas.
Pero ¿cómo pueden ofrecer diferenciales más competitivos entre oferta y demanda sin dejar de ser rentables y pagando por el flujo de órdenes? ¿Qué obtienen a cambio del acceso a los datos del flujo de pedidos? La respuesta está en la forma en que gestionan el riesgo de selección adversa. “A este tipo de creadores de mercado, como Citadel Securities o Virtu, les conviene operar contra inversores ruidosos, desinformados y con liquidez, ya que son menos sofisticados a la hora de fijar los precios de los productos. Esto incluye, naturalmente a la mayoría de minoristas”, concluye el informe publicado el pasado mes de septiembre del Bocconi Students Investment Club (BSIC).
De esta manera, este tipo de ‘market maker’ encuentra en el pago por flujo de órdenes (PFOF) su gran ventaja competitiva, ya que conoce de primera mano las preferencias y tendencias de los inversores y, gracias al comercio de alta frecuencia (HFT), pueden realizar operaciones en microsegundos. Según el mismo informe, “con el auge de esta tecnología el impacto en los mercados en cuanto a la alteración de la dinámica y el aumento de la volatilidad es incuestionable”.
En concreto, los creadores de mercado utilizan diferentes tipos de tecnología según su objetivo. “Hay que destacar las tecnologías basadas en hardware, que permiten conexiones desde puntos remotos a los centros de información de las bolsas para ejecuciones casi instantáneas, de forma que los sistemas de alta frecuencia pueden vencer a su competencia al obtener información del mercado nanosegundos antes que el resto”, explica Daniel Ferrer, presidente y fundador de New Horizon Technologies y uno de los mayores expertos en inteligencia artificial de España.
Pero hay más. De media, empresas como Citadel Securities pagan a Robinhood 17 céntimos de dólar por cada 100 acciones, según los datos de Bloomberg. Esto es un 19% más que la media de otros bróker online, como Charles Schawab o E-trade. ¿Qué hace a los datos de Robinhood más valiosos que los del resto? Según el ánalisis del BSIC, el hecho de que las órdenes de los operadores bien informados, que saben valorar correctamente una acción, proporcionan menos dinero a compañías de ‘high frecuency trading’ (HTF) como Citadel Securities. Y, al parecer los clientes jóvenes y poco informados son el punto fuerte de Robinhood.
De esta manera, la popular plataforma de negociación de acciones sin comisiones lleva tiempo suscitando críticas por permitir a los inversores sin experiencia el acceso a herramientas apalancadas como la negociación de opciones. Y más allá de la reciente audiencia en el Congreso sobre su actuación en el caso GameStop, ya ha tenido que pagar varios millones de dólares a la SEC, en 2019 y 2020.
Según el director en España de Admiral Markets, Juan Enrique Cadiñanos, “antes los ‘market makers’ eran cámaras de compensación y reguladores que creaban el mercado para ponerlo a disposición de los inversores, como en el caso de los futuros. Ahora hay más protagonistas, más productos financieros y, por tanto, más creadores de mercado, por desgracia. Ya que, para la mayoría de ellos, su beneficio depende de las pérdidas de los inversores”.
Episodio IV: Una nueva esperanza
El pasado 24 de febrero el director financiero de GME, Jim Bell, anunció que dimitiría el próximo 26 de marzo, disparando una vez más los títulos de la empresa en lo que parece otro cambio de gestión provocado por el terremoto bursátil de enero.
Y es que, en primera instancia, el caso GameStop reabrió el clásico enfrentamiento entre quienes apuestan por el potencial valor de una empresa y quienes utilizan el mercado para enriquecerse especulando. Podríamos decir que ambos perfiles acuden al mismo supermercado, pero con intenciones bien diferentes.
GameStop venía sufriendo una crisis de adaptación al modelo digital agravada por la caída de las ventas minoristas, propia de la llegada a las calles del covid-19. Para algunos grandes fondos de cobertura, la agonía de la empresa se había convertido en una oportunidad de oro para ganar apostando por su extinción. Cuanto más cayese más ganarían, así que las posiciones en corto sobre el título aumentaron exponencialmente durante 2020, llegando a tener el diciembre pasado 69 millones de acciones en circulación totales y 71 millones en corto, según los datos de Wall Street Journal. En otras palabras, si todos los cortos hubiesen querido cerrar sus posiciones no habrían podido. Sin embargo, la empresa había conseguido pasar de cotizar intradía poco más de 2 dólares, en abril de 2020, a terminar el año rozando los 20.
El principal impulsor del cambio, y que afianzó las teorías de quienes creían que la cadena de tiendas de videojuegos tenía mucho más que ofrecer en el siglo XXI, fue Ryan Cohen. El antiguo cofundador y consejero delegado de la firma de venta online de mascotas Chewy Inc, a la que consiguió revivir en un mundo digital y batir a Amazon, quería hacer lo mismo con GameStop.
A principios de enero, la compañía dijo que había llegado a un acuerdo con el brazo inversor de Cohen, RC Ventures, en virtud del cual añadía tres nuevos directores -incluido Cohen- a su consejo. Después, anunció un trío de impresionantes contrataciones: Matt Francis, hasta ahora líder de ingeniería en Amazon Web Services, como director de tecnología; Kelli Durkin, antigua ejecutiva de Chewy, como vicepresidenta senior de atención al cliente; y Josh Krueger, que ya había ocupado puestos de responsabilidad en Amazon y Walmart Inc., como vicepresidente.
De esta manera, el potencial de GameStop Corp. de convertirse en un monstruo del comercio electrónico de juegos, hardware de PC y electrónica de consumo crecía. Sin embargo, las apuestas en la bolsa por su descalabro seguían por las nubes. ¿Por qué no lo reflejaba el mercado?
El asunto no era nuevo. Desde hace más de dos años este fue uno de los temas de análisis en Seeking Alpha, un prestigioso foro de internet en el que inversores particulares y gestores de todo el mundo intercambian sus estudios sobre el mercado. Entre ellos estaba el profesor de finanzas en el ISBIF y banquero de inversión en Liceo Capital Advisor, Edgar Fernández Vidal.
Por esos tiempos, Edgar trabajaba para otra gestora en Paris a la que se esforzó por convencer del valor de GameStop. Estaba tan seguro de que, en junio de 2021 al presentar resultados, la compañía resurgiría de sus cenizas como ave fénix que invirtió el 100% de su capital privado en la cotizada estadounidense. Las fuertes ganancias se le adelantaron.
“No me sorprendió que esto ocurriese. Se venía hablando en el foro mucho tiempo atrás. No es cuestión de demonizar a las posiciones en corto per se, puesto que cumplen una función importante de equilibrio en el mercado. Sin embargo, en este caso, podrían haberse retirado mucho antes, pero no lo hicieron. No querían ajustar el precio sino hundirlo. Querían ganar más y más”, señala el profesor, muy crítico con quienes han hablado últimamente de la compañía “sin conocerla”. “Hay mucha calidad en los análisis que se compartían en la red. Mucha más, en mi opinión, que en los de Citron Research (uno de los que estaba apostando a la baja). Estos hicieron un video cuando la acción estaba a 40 dólares, afirmando que se iba a ir a 20 en seguida. Lo dijeron con chulería. Como diciendo, yo tengo todo el poder que quiera para hacer que la acción se vaya a 20. Y a la semana, cuando perdió hasta las zapatillas, anunció que dejarían de publicar sus posiciones en corto, algo que llevaban haciendo 20 años. Ha sido una jugada de manual”, sentencia Fernández Vidal.
Estaba tan seguro de que Gamestop resurgiría de sus cenizas que invirtió el 100% de su capital privado
Y es que “no tienen por qué saber todos los que están en un foro gratuito -explica Roberto Moro- con que sepa uno o varios es suficiente”. El resto les sigue. Además, “a diferencia de los informes de los grandes operadores o publicaciones salmón, en algunos foros puedes encontrar análisis reflexivo e independiente”, afirma Adrián Godas, un joven emprendedor que comenzó a invertir en bolsa cuando tenía 15 años. Hoy tiene 22, cursa el último año de economía y es el fundador de Godás Research, un servicio de formación de análisis financiero. @the_godas cuenta en Twitter con 7.391 seguidores y lidera, junto su socio Paco Lodeiro, uno de los podcast más reconocidos en el panorama nacional digital, Value Investing FM. “Yo me especialicé en el sector minero y de materias primas porque vi muchas asimetrías y barreras de información. Alguien que le dedique tiempo y estudio, contacte con directivos y se esfuerce, puede obtener buenos retornos y encontrar ideas de inversión muy interesantes”, explica.
“A diferencia de los informes de los grandes operadores, en algunos foros puedes encontrar análisis reflexivo e independiente”
A Freddy Vega, CEO de Platzi y considerado como una de las mentes más innovadoras de América Latina en 2020 por el MIT Technology Review, le siguen en Twitter 150.000 personas y más de un millón en YouTube. El 29 de enero subió un video a las redes explicando lo ocurrido en el caso WSB que supera las 596.200 visualizaciones. En su opinión, “toda revolución económica de la historia ha ocurrido gracias a una disrupción tecnológica. Esto simplemente es la aceleración y democratización de la información. Pero también la masificación de la manipulación.
El ‘influencer’, que dirige una de las mayores escuelas de tecnología online de habla hispana, constata el aumento de la demanda de estudios financieros y, en general de todas las áreas de la economía del conocimiento. “Los jóvenes actuales son la primera generación en un siglo que tienen menos dinero que sus padres. No es que la cultura financiera aumente, es que no tienen otra”, señala. “¿Te imaginas un mundo donde cualquier graduado de secundaria sepa leer el reporte de ingresos por trimestre de una compañía pública? Yo quiero vivir en ese mundo”.
Game over.