El golf nunca ha sido un deporte «para todos». El enorme coste que supone el montaje y mantenimiento de este tipo de instalaciones, junto con ese romanticismo y elitismo que envuelve la práctica de este deporte, justifican los costes a pagar por los socios y usuarios puntuales de los principales clubes de golf del planeta.
Pero lo que está ocurriendo en Florida es algo absolutamente desorbitado. Incluso para las principales fortunas de Estados Unidos y del resto del planeta pero que tienen casa en este estado de privilegiado clima. Tal y como apunta una información publicada por el diario Expansión, la culpa la tiene la oleada de adinerados neoyorquinos procedentes de Nueva York y Florida, que decidieron establecerse aquí como consecuencia de la pandemia.
Según la información ofrecida por esa misma publicación, los principales clubes de golf de Florida han duplicado e, incluso triplicado sus cuotas de afiliación, hasta llegar a cifras de seis y siete dígitos. Es decir, incluso más de un millón de dólares (unos 940.000 euros).
El caso es que Florida, que es el lugar de Estados Unidos con mayor concentración de campos de golf, se ha quedado «pequeña» para quienes quieran pertenecer a este selecto grupo. Así que, animadas por la demanda (a pesar de contar con más 1.250 instalaciones para la práctica de este deporte), varias empresas están acudiendo a la «llamada del golf» de los nuevos floridanos, afrontando ambiciosos proyectos.
Un nuevo y esperado proyecto
Uno de los más relevantes es el de la promotora neoyoquina Witkoff, que está construyendo el primer club de golf (Dutchman’s Pipe) que va a abrir en la zona de Palm Beach en 25 años. A este nuevo complejo, cuya apertura está prevista para este mismo otoño, solo se podrá acceder por invitación y previo pago de una cuota entre los 280.000 y los 360.000 euros.
Al norte de Miami este grupo tiene también Sell Bay de Witkoff y PPG Development, club al que como en el caso anterior solo se puede acceder por invitación y cuyo coste de afiliación asciende a la estratosférica cifra de 1,35 millones de dólares. Es decir, más de 1.260.000 euros.
Lo cierto es que, sin llegar a esas cantidades, lo que ha ocurrido en Florida en los últimos años es digno de estudio: los clubes que en 2019 cobraban afiliaciones en torno a los 200.000 dólares (187.000 euros), ahora piden 700.000 dólares (657.000 euros). Ocurre, por ejemplo, con clubes como The Breakers (en Palm Beach) o Emerald Dunes, también en esa zona.
