La invasión rusa de Ucrania ha generado volatilidad en los mercados y eso provoca incertidumbre a muchos inversores ante las inciertas perspectivas del mercado para los próximos meses. Eso sí, si el pasado sirve como referencia para el futuro, normalmente los eventos de naturaleza geopolítica tienden a tener una duración corta en los mercados financieros. Además, las últimas sanciones impuestas a algunos bancos rusos para impedir su acceso al sistema SWIFT deberían ser bien digeridas por el mercado, ya que Rusia aporta alrededor del 3% de la producción económica mundial.
Las consecuencias económicas del conflicto podrían moderar el crecimiento global, y pensamos que los bancos centrales tendrán en cuenta que un endurecimiento demasiado agresivo podría poner en peligro las todavía decentes perspectivas económicas actuales. Por lo tanto, creemos que la política acomodaticia está aquí para quedarse, y que las actuales expectativas exageradas de subida de tipos probablemente se moderen.
En este contexto, los bonos corporativos de los mercados desarrollados deberían ofrecer, en general, un buen lugar para los inversores que buscan un perfil de riesgo-rentabilidad medido para el resto del año. Para ello, hay cinco factores que creemos que deben tenerse en cuenta:
1. Diferenciales más amplios. Los diferenciales de crédito se han ampliado debido a la volatilidad del mercado, consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, el perfil hawkish de los bancos centrales y los temores de endurecimiento de la política monetaria. Los diferenciales de crédito también parecen atractivos dados los sólidos fundamentales crediticios existentes.
2. Mayores ingresos de carry. Los tipos libres de riesgo han aumentado en torno a 50 puntos básicos en lo que va de año, tanto para los bonos del Tesoro estadounidense como para los bunds alemanes, ofreciendo ahora mejores ingresos de carry para los inversores.
3. Escasez de oferta de bonos. Las empresas europeas tienen grandes saldos de caja y no necesitan emitir mucha deuda en 2022. Además, los préstamos bancarios son ahora una opción de financiación más barata para las tesorerías y los volúmenes de préstamos también van a aumentar este año. Todo ello, combinado con las compras totales del programa de compras del sector corporativo (CSPP) de 5.000 millones de euros al mes, en promedio, nos lleva a esperar una baja oferta neta, lo que representa un fuerte factor de apoyo técnico para los mercados de bonos corporativos.
4. Sustitución de los bonos que vencen. Los bancos centrales esperan importantes vencimientos en sus carteras de crédito y unos fondos que se reinvertirán en el futuro, lo que será algo positivo para este activo.
5. Un buen punto de entrada. Los diferenciales de crédito se han revalorizado y los yields han subido, ofreciendo un buen punto de entrada. Los diferenciales ajustados por opciones (OAS) en el universo del crédito corporativo europeo se han ampliado en torno a un 30% en lo que va de año.
No esperamos un nuevo paradigma ni un mundo de tipos de interés mucho más altos de forma permanente. Cada ciclo de tipos ha alcanzado un nivel más bajo que el anterior y creemos que esta tendencia ha llegado para quedarse, especialmente teniendo en cuenta la nueva dinámica descrita. Factores determinantes como los altos niveles de endeudamiento, el envejecimiento de la población y las tecnologías disruptivas, que son desinflacionistas, siguen favoreciendo unos rendimientos y tipos más bajos. La desigualdad también se ha acelerado debido al covid y los gobiernos europeos tendrán que prepararse ahora para una nueva y considerable ola de refugiados que huyen de Ucrania. En general, los bancos centrales podrían hacer un acto de equilibrio para garantizar que las economías sean más equitativas.
**Claudia Fontanive Wyss, portfolio Manager y Mondher Bettaieb-Loriot, head of Corporate Bonds de Vontobel.