Jimmy Carter, 39º presidente de Estados Unidos y Premio Nobel de la Paz en 2002, ha fallecido este domingo 29 de diciembre a los 100 años en su hogar de Plains, Georgia. Carter, quien dejó una huella indeleble en la historia estadounidense, era el presidente más longevo del país.
Nacido en Plains en 1924, Carter pasó de administrar la granja de cacahuetes de su familia a la política, logrando convertirse en gobernador de Georgia en 1970. Su ascenso a la presidencia en 1976 ocurrió en un contexto de desilusión nacional tras el escándalo de Watergate. Se presentó como un outsider que prometía honestidad y renovación, venciendo al entonces presidente Gerald Ford.
Durante su único mandato, Carter se enfrentó importantes desafíos, como la inflación, la crisis energética y el secuestro de rehenes en Irán. Sin embargo, también logró destacados éxitos en política exterior, incluyendo los históricos Acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel y la normalización de relaciones con China.
Pese a dejar el cargo con bajos índices de aprobación, Carter redefinió el papel de los expresidentes con su prolífica labor humanitaria. A través del Centro Carter, se dedicó a promover la paz, los derechos humanos y la lucha contra enfermedades. Además, trabajó activamente con Habitat for Humanity, contribuyendo a la construcción de más de 4,300 viviendas para familias necesitadas.
Carter recibió el Premio Nobel de la Paz en 2002, un reconocimiento a su dedicación a resolver conflictos internacionales y promover el desarrollo sostenible. «El tiempo de la discriminación racial ha terminado», declaró durante su mandato como gobernador, marcando el inicio de su compromiso por la igualdad.
Le sobreviven sus hijos Jack, Chip, Jeff y Amy, 11 nietos y 14 bisnietos. Los homenajes en su honor tendrán lugar, según detalla la Fundación que lleva su nombre, en Atlanta y Washington D.C., antes de realizarse su entierro privado en Plains. La familia ha solicitado donativos al Centro Carter en lugar de flores.
