La vacuna es clave para acabar con la pandemia del covid-19. Es de las pocas certezas que podemos tener después de un año de incertidumbre y grandes desafíos tanto científicos como económicos y sociales. Lo que en marzo de 2020 era un gran desafío, desarrollar una vacuna eficaz, nueve meses después se materializó como un gran hito para la humanidad. Ahora, es necesario acelerar la producción y fortalecer las cadenas de suministro y distribución a nivel mundial para “acabar con una situación tan grave” como la crisis sanitaria, económica y social que vivimos.
Así lo ha expresado Ana Pérez, Directora Médica y de Asuntos Regulatorios de AstraZeneca en España durante su intervención en el Forbes Summit Healtcare 2021. “Sin duda, tenemos que vacunarnos. Cuanto antes y siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Se ha demostrado que la vacuna es la única vía para acabar con la pandemia”, ha añadido la experta en su conversación con el periodista y curador del evento, Alipio Gutiérrez.
Eficacia de la vacuna y grupos de riesgo
Pérez ha aprovechado la ocasión para destacar el éxito científico que ha supuesto el contar con un fármaco capaz de frenar el avance del virus en tan poco tiempo. Un “hito para la humanidad” que ha demostrado que “que las muertes por coronavirus se están reduciendo en aquellas comunidades donde se produce una vacunación masiva”. La experta ha insistido en que todas las vacunas que actualmente están siendo suministradas a la población han superado ensayos clínicos y son seguras, subrayando la necesidad de despejar las dudas que pueda causar recibir su administración. “Los beneficios de la vacuna superan, con mucho, a los riesgos que puedan aparejar. No lo digo yo, que puede sonar a parte interesada, lo dicen las autoridades sanitarias”, ha afirmado la Directora Médica de AstraZeneca con rotundidad.
Pérez ha explicado también que a la hora de hacer ensayos clínicos se determinan grupos concretos de la población donde hacer las pruebas. En el caso del fármaco de AstraZeneca, los ensayos comenzaron primero con población más joven y después con la de mayor edad, razón por la que su administración a los distintos rangos etarios ha sido revisada y aprobada con distintos plazos.
De hecho, las autoridades españolas tenían vetada su administración a mayores de 55 años pero esta semana se ha elevado la horquilla hasta los 65 años. Una de las claves ha sido un estudio clínico que la compañía está realizando en Estados Unidos, que ha confirmado los datos observados en otros estudios. Según este ensayo, la vacuna ofrece una eficacia estadísticamente significativa del 76% en la prevención del covid-19 sintomática y una eficacia del 100% en la prevención de la enfermedad grave y la hospitalización.
Pérez ha avanzado además que la compañía no tardará en tener datos concluyentes sobre la eficacia en la población pediátrica, y que se iniciarán ensayos en mujeres embarazadas y otros segmentos de riesgo como personas con enfermedades crónicas y que son especialmente vulnerables. “Cuanta más información tengamos, antes podremos asegurar una distribución segura de la vacuna”, ha señalado.
Además, la experta ha señalado que las compañías y las autoridades sanitarias están también impulsando estudios de intercambiabilidad entre vacunas. Su objetivo es “comprobar cómo pueden combinar los distintos fármacos” que ya están aprobados y siendo administrados, “si es posible realizarlo con las garantías de seguridad y eficacia”.
El desafío de la producción y distribución
Si en marzo de 2020 el desafío era lograr desarrollar una vacuna en un plazo menor al que este tipo de procesos requiere, ahora el reto es asegurar que su producción no solo no se interrumpa, sino que aumente y pueda distribuirse de forma efectiva en todo el planeta.
Solo así, apunta Pérez, se logrará “acabar con la pandemia”. En este sentido, la directiva de AstraZeneca destaca que el objetivo de la farmacéutica siempre ha sido “el acceso asequible y equitativo a la vacuna para toda la población”. Por eso, apunta, se han firmado acuerdos en todo el mundo para garantizar esta meta y que logren aprovechar su capacidad industrial para apuntalar su producción y facilitar el suministro en cadenas paralelas en Europa y el resto del mundo.
“Producir las vacunas, a este nivel, es un reto enorme. Requiere un aprendizaje”, sostiene Pérez
“Producir las vacunas, a este nivel, es un reto enorme. Requiere un aprendizaje, no es lo mismo al inicio que cuando depuras el proceso. Por eso la capacidad de producción va a ir incrementando”, asegura con confianza Pérez. “Trabajamos para optimizar la producción y para llegar a cuanta más población mejor. Si no acabamos con la propagación del virus en determinadas zonas, no lograremos frenar la pandemia. Todos tenemos que contribuir a este objetivo: que llegue su fin”.
La vacuna desarrollada por AstraZeneca en alianza con la Universidad de Oxford recibió la autorización por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y de la Comisión Europea el pasado 29 de enero. Es uno de los tres fármacos que actualmente se utilizan en la campaña de vacunación en España, que comenzó el 27 de diciembre de 2020. Desde entonces, según los datos del Ministerio de Sanidad, España ha recibido 8,5 millones de dosis en total, repartidas entre los fármacos de Pfizer, Moderna y AstraZeneca. Se han administrado más de 6,6 millones y ya están inmunizadas, han completado el ciclo de vacunación, casi 2,3 millones de españoles.
El ritmo en España es lento si se compara con el de otros países de la región o del mundo, aunque desde el Gobierno mantienen que la meta de llegar al 70% de la población inmunizada en verano se logrará. España ha recibido esta semana 538.900 nuevas dosis de la vacuna de AstraZeneca, apunta Pérez, y su compromiso es “seguir suministrando a gran escala en los próximos meses”. “Seguimos trabajando junto con las autoridades españolas para proporcionar datos y agilizar el suministro de la vacuna en España”, agrega la Directora Médica de AstraZeneca.