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La tercera temporada de ‘And Just Like That’ ya está aquí: ¿por qué la vida y la moda de este grupo de amigas no caduca?

Siempre con el armario actualizado, las tres amigas neoyorquinas vuelven a la pantalla con nuevas aventuras y mucha historia en sus tacones.

Los fans incondicionales de la serie (y saga de tres películas) que narra sus escenas como si fuera un desfile de moda, «no podíamos evitar pensar» (couldn’t help but wonder…) cuándo podríamos seguir disfrutando de la vida de estas tres icónicas neoyorquinas -cada una de su padre y de su madre, pero mejores amigas- que han acompañado a tantas generaciones femeninas con sus aventuras en la Gran Manzana. Sí, hablamos de la serie And Just Like That, el spin-off de la trascendental Sexo en Nueva York, obra que además de abrir las puertas de unos de los armarios más recordados de la historia de las pantallas, también fue de las primeras cuyas ‘personajas’ pisaron fuerte con sus fabulosos tacones el asfalto de la realidad femenina en cuestión tanto de relaciones amorosas y sexuales, como en el ámbito laboral y de empoderamiento.

Para responder a las ansias de estos fanáticos, decimos que: ¡ya están aquí!

Hoy, 30 de mayo, las historias de las fashionistas Carrie, Miranda y Charlotte continúan, 28 años después de su estreno, en la tercera temporada del show que ha reformulado la dinámica de este grupo de amigas a un ambiente más actual. Tal y como predijo Carrie en el primer episodio de la quinta temporada: «Tal vez hay que dejar atrás quién fuimos para convertirnos en lo que seremos«, y esto es justo lo que ha pasado en esta nueva producción, también de HBO Max. Atrás se han quedado los Mac con la manzanita al revés donde el personaje de Sarah Jessica Parker perdió todas sus columnas y las llamadas que sonaban desde teléfonos fijos pegados a la pared.

La mujer imperfecta en pantalla

Desde su estreno en 1998 de la mano del creador televisivo Darren Star, la adaptación audiovisual del libro de Candace Bushnell dejó atrás desde un principio el ‘tópico manual que tenía que seguir una señorita’ y se mostraron cuatro historias diferentes para que la mujer imperfecta del presente -de ese entonces- y del futuro, se pudiera ver reflejada. A través de preguntas que la columnista se preguntaba a sí misma alto y claro en cada episodio se representaban cuestiones sobre lo carnal y lo espiritual, donde, por supuesto, coexistían muchos hombres, pero que en su mayoría acababa siempre con una misma conclusión: tus mejores amigas son lo primero.

Como buena descendiente de Las chicas de oro, llegó esta serie de ‘chicas siempre a la modapara poder alzar la voz de aquellas mujeres que descaradamente hablaban de todo con sus mejores amigas -la pura realidad-, como si es en un brunch con mimosas o en un nuevo club nocturno que tiene camas por mesas, liberándose de esta manera de la red de arrastre que consistía la perspectiva masculina en cuanto al amor y sexo, expresada en la mayoría de producciones culturales hasta entonces.

En su estreno, la serie revolucionó la televisión al empoderar a la mujer para tomar la iniciativa sexual, rompiendo con la idea tradicional de que el hombre “manda” y disponía. En el universo de Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda, ellas imponían sus deseos, narraban sus propias aventuras, exponían a los hombres de forma inédita y hablaban de su éxito laboral en sus charlas servidas con un cóctel Manhattan en mano. Fue la primera serie en cable en ganar un Globo de Oro y, aunque recibió 50 nominaciones a los Emmy, obtuvo siete premios, incluido el de Sarah Jessica Parker como mejor protagonista.

Un grupo de amigas perenne

Es como si estas cuatro amigas -no nos olvidamos de la irreverente y radiante Samantha Jones (Kim Cattrall), aunque ya no forme parte de estas nuevas historias- fueran la fusión de un alma constituida por cuatro corazones -en latín Cor Cordium-, eso sí, con estilos y caracteres muy distintos. Carrie la incomformista sobre Manolos; Charlotte la idealista vestida con un vestido de Carolina Herrera; Miranda la escéptica estructurada en un Giorgio Armani; y finalmente, Samantha la libertina de gran corazón arrasando en un cuerpo Valentino.

Su ‘pequeña familia’ ha servido de acompañante en la vida de un gran espectro de mujeres, en sus distinta facetas y etapas vitales, consistiendo en uno de los shows que más ha trascendido de la cultura contemporánea. En sí, es como si esta serie hablara en las conversaciones de cada grupo de amigas, reflejando que una historia contada en 2001 por cualquier mujer puedes ser la misma que una contada en 2025. Además, demuestra que en cada situación, todas nosotras somos una Charlotte o una Carrie, y en ocasiones, todas a la vez.

La moda, nuestra mejor amiga

Si pudiéramos nombrar al quinto personaje esencial de esta producción, no serían los magníficos amigos gays Standford y Anthony, o los grandes amores de las protagonistas, como Big y Steve, sino la moda. Este símbolo distintivo catapultó a la serie a un nivel en el que se imitaba en la calle. El carácter de cada una era representado visualmente con su ropa y dependiendo de quién fueras, te susurraba un armario u otro. Por ejemplo, era imposible ver a Samantha con Prada, y los Dior de Galliano solo los defendía Carrie.

En cada episodio de la serie, más de 50 estilismos desfilaban como parte esencial del guion visual, mientras que la primera película alcanzó un despliegue de más de 300 combinaciones de vestuario, todo bajo el genio creativo de Patricia Field. Además, Sarah Jessica Parker reafirmó su trono como icono de estilo gracias a su personaje y sus icónicas combinaciones.

En conclusión, esta serie además de brindar lecciones amorosas, sexuales, amistosas y laborales, también adoctrinaron estilo a las calles, y no solo a las de Manhattan. Y a muchas, incluido el diseñador Harris Reed, nos enseñó la palabra ‘Manolos’.

Como bien dice Carrie: «Me gusta tener mi dinero donde pueda verlo… colgado en mi armario«.

Todo sobre la tercera temporada

La segunda temporada de And Just Like That cerró los créditos del último episodio con varias tramas abiertas. Carrie retoma su relación con Aidan, pero las cosas no salen como esperaba: tras comprar una mansión con vistas a Gramercy Park, descubre que su romance tendrá que congelarse por cinco años. Miranda, por su parte, se distancia definitivamente de Che y parece abierta a nuevas oportunidades amorosas, posiblemente con una presentadora de la BBC. Charlotte se enfoca plenamente en su carrera ahora que sus hijos son más independientes, al igual que Lisa, quien podrá dedicarse a su serie documental. Seema, aunque firme en no dejar su carrera por ningún hombre, muestra señales de estar realmente enamorada por primera vez.

El reparto principal regresa casi completo: Sarah Jessica Parker (Carrie), Kristin Davis (Charlotte) y Cynthia Nixon (Miranda), también como productoras. Nicole Ari Parker y Sarita Choudhury retoman sus papeles de Lisa y Seema, y Mario Cantone gana peso como Anthony. Sin embargo, hay dos personajes a los que no volveremos a ver pasear por Nueva York: Che Díaz, cuya presencia resultó divisiva para el público, y Nya Wallace (Karen Pittman).

Sin embargo, la gran ausencia desde el comienzo del spin-off es el de Kim Cattrall, quien menos mal que apareció en un breve momento de la segunda temporada, demostrando que también es otra chica a la moda y recordándonos esto: «No olvides enamorarte de ti misma primero«.

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