En tan solo cuatro meses se han producido cambios irrevocables en la economía, el mercado laboral y la desigualdad de la riqueza provocados por la crisis por coronavirus que ha azotado al planeta.
El Gobierno tomó decisiones que afectaban a todos los niveles para reducir los contagios entre la población, y hubo ganadores y perdedores. Gigantes tecnológicos como Google, Apple, Amazon, Microsoft, Zoom, Facebook y Netflix se han beneficiado de la situación, ya que pudieron continuar con su actividad como de costumbre.
Por el contrario, hay negocios –considerados no esenciales– que se vieron obligados a cerrar o reducir su actividad de forma significativa. En consecuencia, 51 millones de estadounidenses solicitan ayudas de desempleo, mientras que marcas como J.C. Penney, Hertz, Neiman Marcus, Pier 1, Brooks Brothers and J. Crew se han declarado en quiebra.
Las grandes fortunas de los “ganadores”
Los CEO, ejecutivos y grandes accionistas de los “ganadores” han incrementado sus fortunas. Hace una semana, el patrimonio de Jeff Bezos, fundador de Amazon, marcaba un nuevo récord, que ya apunta a los 200.000 millones.
En el punto álgido de la pandemia, la riqueza de Jeff Bezos, Bill Gates, Mark Zuckerberg –su patrimonio neto se disparó en unos 15.000 millones de dólares (12.945,3 millones de euros) en 2020–, Warren Buffett y Larry Ellison aumentó en 101.700 millones de dólares (87.755,7 millones de euros) entre el 18 de marzo y el 17 de junio, según ha apuntado The Guardian.
Y también la de Elon Musk. En los últimos cuatro meses, la fortuna del CEO de SpaceX y Tesla casi se ha triplicado pasando de los 25.000 millones de dólares (21.700,5 millones de euros) a 74.200 millones de dólares (64.031 millones de euros).
Por contra, la mayoría de las familias ni siquiera cuentan con un fondo de emergencia de tres meses de ahorros para superar los tiempos difíciles.
Sin embargo, no es la riqueza en sí misma lo que es preocupante, sino el hecho de que un pequeño grupo de personas controle la mayor parte de esa riqueza, el poder o la política.
América, ¿país medieval y feudal?
Si esta tendencia continúa, América podría convertirse en un país medieval y feudal. Habrá una oligarquía de élite dirigiendo el país, apoyada por un grupo de abogados, contadores y gerentes de alto nivel. En la base de la pirámide se situará la clase trabajadora desempeñando los empleos peor valorados por un salario bajo, y poniendo en riesgo su salud.
Esto no significa que tengamos que quitarles la riqueza. Los políticos tienen que llevar a cabo estrategias que aseguren que el otro 99% de la población americana puedan tener una vida exitosa para ellos y sus hijos.