El columnista de moda de The New York Times, Jacob Bernstein, llamó —en su artículo ¿Es usted un Bezos?— «hacer un Bezos» a los gestos desesperados de hombres acomodados de entre 45 y 55 años para parecer jóvenes, dinámicos y atrevidos. Un Bezos es un dentista conduciendo un Corvette descapotable, pero también lo es ponerse un gorro tejano, un reloj de un millón de dólares encima de la manga y vestir botas de vaquero cuando te subes a un cohete espacial como ha hecho el propio Jeff Bezos, fundador de Amazon y hombre más rico del mundo.
El vuelo al espacio de 10 minutos de este multimillonario ha costado sólo 23 millones de dólares (19,55 millones de euros), según ha informado The New York Times. Más o menos la mitad de lo que cuestan los vuelos espaciales en los que pone en órbita a astronautas que viajan a la Estación Espacial Internacional para hacer ciencia. La estimación total del programa espacial privado de Jeff Bezos (Blue Origin) ronda unos 5.000 millones de dólares (algo más de 4.248 millones de euros) y se prevé que el fundador de Amazon siga gastando dinero en él. En concreto, unos 1.000 millones de dólares al año (849,78 millones de euros).
Con los 23 millones de dólares que ha costado el lanzamiento a 100 kilometros de la tierra de Bezos, puedes —por ejemplo— hacerte para toda la vida con el Rolls-Royce Boat Tail, el coche más caro del mundo, hecho a mano con todo lujo. Este modelo de la legendaria marca británica, limitado a tres unidades, imita a un yate en su parte trasera, que se puede abrir para extraer una mesa, sillas plegables, una sombrilla y una vajilla de lujo, además de tener una nevera especial para viandas y un refrigerador exclusivo para champán. También podrías tener 10 Aston Martin DB11 aparcados en tu garaje. Sí, suena a algo que Bernstein llamaría «hacerse un Bezos».
¿Y con los 5.000 millones que se ha gastado hasta ahora en su programa espacial? Si los hubieras tenido en el 2009, podrías haberte hecho con Marvel, un emporio de cifras millonarias, y te habría sobrado dinero: a Disney le costó 4.000 millones la compra del gigante de los cómics. Es también el precio de la nostalgia de los años heroicos de Internet, pues es lo que ha ganado la “teleco” Verizon por dos de sus olvidados gigantes, AOL y Yahoo.
Pero dejemos de comprar empresas estadounidenses y veamos qué se puede conseguir en España con esa cifra. Entre otras cosas, se podría sufragar íntegramente el plan de reconstrucción que piden 10 municipios españoles para hacer frente a la crisis derivada de la pandemia (y con el que podrían reforzar sus servicios sociales, su transporte público, y sus ayudas directas a negocios y personas).
El coste del programa espacial de Bezos es superior al dinero que Bruselas transfirió a España en noviembre de 2020 (4.000 millones de euros) como parte de los fondos europeos de reconstrucción para combatir el desempleo derivado de la crisis provocada por el coronavirus. Y, hablando de desempleo, es similar a la cifra destinada por el Gobierno para combatir el paro juvenil. Dinero con el cual se podría contratar a más de un millón de jóvenes durante tres años. Por comparar, Blue Origin, la empresa de cohetes de Bezos, emplea tan solo a unas 3.000 personas.
Lamentablemente, el dinero que Bezos destina a ser astronauta no llegaría a cubrir el coste que suponen los ERTE a los que se ven abocadas muchas empresas españolas (el Gobierno ha cifrado el coste mensual de los ERTE entre 4.500 y 5.000 millones de euros). Sin embargo, sí ayudaría a varias empresas a pagar sus deudas. Los millones que ha costado Blue Origin no le vendrían mal a Repsol, que en este momento tiene debe algo menos de 5.000 millones de dólares. Igualmente, ayudarían a El Corte Inglés a liquidar su deuda, que asciende a 3.500 millones de euros.
Esto son solo algunos ejemplos de lo que se podría conseguir con todo ese dinero: comprar grandes empresas, ayudar a otras, salvar puestos de trabajo y hasta generar otros. Pero si Bezos lo hubiera gastado en eso, no habría podido disfrutar durante 10 minutos de ver las estrellas.