Europa ha sido pionera en la adopción y promoción de energías renovables, estableciendo objetivos ambiciosos para combatir el cambio climático y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Sin embargo, a medida que el continente avanza en sus metas de descarbonización, el camino hacia una transición energética sostenible afronta diferentes desafíos muy vinculados a los retos de la propia velocidad del despliegue, situando a Europa ante una década crucial en su transición hacia un futuro energético sostenible.
Con la creciente generación de energías renovables intermitentes, como la solar y la eólica, la integración en la red eléctrica se convierte en un desafío y hace que sean necesarias y urgentes nuevas soluciones enfocadas al almacenamiento, la gestionabilidad de la demanda eléctrica, el aprovechamiento de toda la capacidad existente y la modernización de la red eléctrica.
El sector de las energías renovables está entrando en una fase de transformación material en la que la dinámica del mercado es muy distinta a la del pasado reciente. Si históricamente las renovables vivieron un primer boom fundamentado en ayudas públicas y subvenciones, con la adjudicación de tarifas fijas a largo plazo, la situación hoy es muy distinta.
Actualmente, las renovables compiten sin ayudas, en un mercado liberalizado, y son las tecnologías más económicas, más rápidas en cuanto a su velocidad de despliegue, y también, las que aportan mayor independencia energética al sistema. Pero también es cierto que su entrada masiva viene de la mano de nuevos fenómenos y retos.
Como ejemplos de ello, la extrema volatilidad de precios en un mismo día o semana, o la gran variabilidad en la tecnología que opera en un momento dado, dependiente del recurso solar, eólico o hídrico. Factores que determinan nuevas necesidades en el sistema, así como habilidades en las empresas que quieran competir en esta nueva época.
Dentro de los nuevos retos se encuentra, entre otros, el riesgo de canibalización, especialmente en proyectos fotovoltaicos. Debido a la gran capacidad de energía solar que se espera que entre en la red, en el medio y corto plazo, se prevé que exista durante muchas horas ofertas de generación muy superior a la demanda, que puede resultar en precios capturados muy bajos.
Este reto se puede convertir en una oportunidad para plantas de generación que cuente con capacidad de almacenamiento y también es un riesgo que se puede mitigar por compañías que estén diversificadas tecnológica y geográficamente. Adicionalmente, se empiezan a observar saturaciones en nudos de la red eléctrica que están empezando a ocasionar vertidos de energía, lo que conlleva una necesidad urgente de inversión; tanto en la adecuación de la infraestructura de la red o como en la instalación de proyectos de almacenamiento que permitan integrar la nueva generación renovable intermitente.
Otro reto en el sector está siendo el retraso de los proyectos y las dificultades en la tramitación de los permisos de los proyectos de energía renovable, resultando en un riesgo de consecución de hitos regulatorios, de financiación y, en última instancia, del cumplimiento de los objetivos del PNIEC y objetivos de descarbonización.
Europa compite con otras regiones en términos de tecnología, experiencia y exportaciones en el sector de las renovables, por lo que mantener una posición de liderazgo exige inversiones, innovación y visión de futuro, además de la armonización de las políticas y regulaciones de los diferentes países europeos.
PREPARADAS PARA EL FUTURO
Hay compañías que han sabido adaptarse mejor a la evolución y cambios del sector, estando muy bien posicionadas para transformar los retos en oportunidades y mitigar los riesgos que se presentan en el mercado hoy en día. Son aquellas compañías que han podido diversificar en tecnologías, desarrollar sistemas de almacenamiento, proyectos de hibridación tecnológica o implantar procesos de gestión de la energía más activa.
Algunos de los principales actores estratégicos, bien posicionados en este mercado, además de las utilities, son compañías ya consolidadas como Acciona Energía o Repsol Renovables, o productores independientes (IPPs) emergentes como Altano Energy y Greenalia, que han sabido desarrollar una visión, estrategia y capacidades adaptadas a estos nuevos retos. Sus estrategias, en muchos casos diferenciales, les puede permitir jugar un papel clave en la transformación del sector y aprovechar las oportunidades que se van a generar debido a estos cambios estructurales del mercado.
Repsol Renovables ha conseguido en poco tiempo crecer hasta convertirse en una empresa muy bien posicionada en la transición energética. La transición de una empresa del negocio del petróleo y el gas, hacia un negocio de energías renovables es un reto enorme, y es una transformación que convertirá a la histórica petrolera en una compañía muy distinta.
El objetivo de la compañía en cuanto a inversión en generación de proyectos renovables es tener 6 GW de potencia instalada en 2025 y 20 GW en 2030. Además de un crecimiento en diferentes tecnologías, como son la eólica, hidroeléctricos y fotovoltaica, Repsol Renovables también ha crecido en nuevos mercados, expandiendo su cartera a Chile y EE. UU. Adicionalmente, la compañía está centrando muchos de sus esfuerzos en nuevos vectores energéticos como el hidrógeno verde.
Acciona Energía es una compañía energética global que, desde hace más de 30 años, opera exclusivamente en tecnologías renovables. Sin legado fósil en su trayectoria, la compañía se ha situado en vanguardia del proceso de descarbonización, y en la actualidad opera cerca de 13 GW de proyectos de diferentes tecnologías en todo el mundo.
Apuesta por soluciones de generación a partir de fuentes renovables, por nuevas soluciones energéticas como el almacenamiento en baterías o el hidrógeno verde, y por servicios como la recarga inteligente de vehículos eléctricos. Acciona Energía se ha posicionado como líder del sector energético por su visión para adelantar y anticipar los nuevos retos del mercado y centrarse en soluciones del futuro, respaldada por su capacidad técnica y su excelencia operativa.
Altano Energy ha emergido recientemente como una plataforma independiente enfocada en la diversificación tecnológica, la flexibilidad que ofrece el almacenamiento y las hibridaciones. Una estrategia que le diferencia de la mayoría de las plataformas en el sector que han crecido con una única tecnología. Altano ha conseguido algunos hitos muy destacados en este ámbito, como son la primera financiación híbrida para hidro y solar con Banco Santander; o el primer contrato híbrido de compraventa de energía (PPA) con Engie.
Actualmente presente en España e Italia, Altano cuenta con una cartera de cerca de 2 GW en diferentes fases, incluyendo proyectos eólicos, solares y mini-hidráulicos, combinados con proyectos híbridos y de almacenamiento. Esta cartera, combinada con un enfoque industrial, y con un equipo directivo de primer nivel y con amplia experiencia internacional, posicionan a Altano Energy en una situación privilegiada para liderar la transformación del sector.
Otra compañía bien posicionada en este nuevo mercado es Greenalia, compañía que tiene como actividad principal la generación y venta de energía eléctrica con fuentes renovables. Actualmente la compañía está presente en seis tecnologías: eólica onshore, eólica offshore, solar fotovoltaica, biomasa, almacenamiento e hidrógeno. Es un productor independiente de energía con actividad en España y EEUU y también tienen perspectivas muy ambiciosas para el corto y medio plazo. En su Plan de Negocio para el periodo 2024-2028, centra su estrategia en la diversificación tecnológica y la ampliación de nuevos mercados.