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Forbes Funds | Triplicar objetivos: de 40 a 120 millones

Con Crescenta, Eduardo Navarro y Ramiro Iglesias buscan educar y habilitar a los inversores medios para alcanzar rentabilidades comparables a las de los grandes patrimonios.

Con paso firme, Crescenta irrumpió en el panorama financiero en junio de 2023. Sin embargo, parece que llevan operando toda la vida. En febrero de este año, la compañía, cofundada por Ramiro Iglesias y Eduardo Navarro, debutó con el lanzamiento de sus dos primeros fondos: Crescenta Private Equity Buyouts Top Performers I y Crescenta Private Equity Growth Top Performers I.

Motivados por el éxito y el gran apetito demostrado por parte de los inversores, la empresa, que tenía un objetivo anual de gestionar cuarenta millones, planea terminar el año gestionando 120, triplicando el objetivo inicial.

«Estamos dedicados a la constante innovación y al lanzamiento de nuevas oportunidades que sean únicas e inmejorables. Actualmente gestionamos dos fondos y nuestro plan es introducir dos más tras el verano. la estrategia se basa en dirversificar la oferta, con un ritmo de lanzamiento de uno por trimestre», señala su CEO, Ramiro Iglesias.

Crescenta es una plataforma que hace accesible el Private Equity mediante un negocio 100% digital, convirtiéndose en una de las pocas gestoras que se acogen a la rebaja del mínimo que hizo posible la Ley Crea y Crece.

La compañía permite invertir en fondos de Private Equity a partir de 10.000 euros; ahora mismo es el ticket más bajo a nivel mundial para un producto con estas características. Según afirma Iglesias, el objetivo es dar un 15% de rentabilidad anual o incluso más. Explica que, tradicionalmente, esta metodología de inversión es la que más rentabilidad ha dado a lo largo de los años, por ello siempre ha estado muy demandada por las grandes fortunas y los grandes imperios institucionales, haciendo que hasta ahora no hubiera espacio para los minoristas.

«Nuestro modelo permite que desde 10.000 euros puedas entrar en estos fondos internacionales de altísima calidad. Había gente esperando algo así. En Estados Unidos esta tendencia lleva diez años y aunque el regulador español llega tarde, lo ha hecho de forma contundente apostando por tickets muy bajos. Hay una gran diferencia entre poner 20.000 euros al año o 2.000 euros», apunta.

Eduardo Navarro, presidente de Crescenta, destaca que los inversores más sofisticados del mundo invierten en capital privado entre el 30% y el 50% de su patrimonio, mientras que la gente de a pie, normalmente, no invierte nada. «esto que estamos contando, la gente no lo sabe, y aunque lo sepa, hasta ahora tampoco ha tenido capacidad de acceder”. “Queremos que puedas replicar la cartera que tiene un inversor institucional, ultra rico, independientemente de quién seas y de tu poder adquisitivo. Por ello nos centramos en hacer mucha formación financiera para que la gente sepa todo esto y, por otro lado, darles una plataforma para que tengan acceso a estos productos”, aclaran.

Después de años trabajando en la industria del Private Equity, los fundadores subrayan que con Crescenta querían ser “un facilitador de acceso” a fondos que llevan treinta años consistentemente dando aproximadamente un 20% de rentabilidad anual a sus inversores.

Al éxito acumulado en pocos meses, se suma que en este corto periodo también han conseguido formar un consejo asesor de excepción. Lo componen figuras prominentes en distintos sectores clave: Sebastián Albella, Carlos Paramés, Iñaki Arrola, Salvador Mas, Enrique Tellado, Marta Echarri y, recientemente, Oriol Pinya.

Invertir mal no es lo normal

Crescenta nace con una gran vocación: educar en finanzas mediante la innovación y poder transformar la forma en que las personas invierten, mejorando el acceso a las oportunidades de alta calidad. En este sentido, han invertido mucho en formación, creando una plataforma educativa con masterclass, guías, entrevistas… El contenido es para todo tipo de inversores, explicando desde conceptos básicos hasta más técnicos. Navarro destaca lo ilógico de normalizar la rentabilidad y los riesgos asociados a las inversiones convencionales en bolsa, donde las ganancias modestas de un año pueden transformarse en pérdidas significativas al siguiente: “Es como si tú compras un Ford Fiesta, el coche no arranca, pero te vuelves a comprar otro Ford Fiesta. Puede parecer absurdo, pero esto es lo que pasa. ¿Por qué? Porque la gente considera que esto es lo normal y que no hay alternativas para conseguir mejor rentabilidad”.

Ambos fundadores coinciden en la carencia que hay de educación financiera y en la importancia de empezar a hablar de finanzas a edades tempranas. “La gente no invierte bien. Mucha gente pierde dinero de manera sistemática y, sin embargo, sigue invirtiendo igual. Esto sucedía porque hay una falta para el inversor minorista de acceso a productos de calidad”, afirman contundentemente.

Por ello, desde Crescenta quieren asentar las bases para acabar con las desigualdades de inversión, eliminando el contraste entre los inversores profesionales y los ‘no profesionales’, construyendo un punto de encuentro donde puedan invertir en un producto imbatible y con décadas de historia.

*Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Para más información, visite www.crescenta.com/ es/condiciones

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