Podría ser perfectamente la trama de una producción original de Netflix -plataforma que también emite The Crown, la serie sobre la casa real británica-, pero ya sabemos que la realidad suele superar a la ficción. La historia acontecida hace unos días, concretamente el domingo 13 de octubre, -y cuyos detalles se han hecho públicos los últimos días- lo tiene todo para ser un thriller made in England.
A saber: un grupo de ladrones enmascarados irrumpe en los terrenos del castillo de Windsor, concretamente una noche mientras los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, dormían junto a sus tres hijos en su residencia cercana, Adelaide Cottage. Es más, según informaciones de The Sun, los dos hombres escalaron una valla de 1,80 metros y utilizaron un camión robado para forzar la puerta de seguridad de la finca real. Eso sí, la policía de Thames Valley confirmado que, en el momento del robo, el rey Carlos III no se encontraba en la residencia y que, afortunadamente, no hubo heridos ni se hizo contacto con los residentes.
Tras el asalto, los ladrones en cuestión se llevaron una camioneta Isuzu negra y un quad rojo que permanecían guardados en un granero, huyendo después hacia la zona de Old Windsor y Datchet. Como resultado, las puertas de seguridad quedaron dejaron visiblemente dañadas por la salida de los cacos en dicha camioneta. Los agentes locales no han dado demasiados detalles, fuera del comunicado que se ha emitido acerca del altercado: «A las 23:45 horas del domingo 13 de octubre recibimos una denuncia de robo en una propiedad en los terrenos de la Corona, cerca de la A308 en Windsor. Luego se dirigieron hacia la zona de Old Windsor/Datchet».
Según cuentan los testigos al periódico, los ladrones de la Shaw Farm debieron de haber vigilado el castillo de Windsor antes de entrar a robar y salir luego destruyendo una puerta por la que es habitual ver a los príncipes de Gales con sus tres hijos, ya que es la más cercana a su vivienda. Así, varios testigos han apuntado que se trata de un plan con conocimiento de causa, en que los asaltantes conocían los vehículos y su ubicación, junto con el mejor momento para llegar y escapar sin ser atrapados.
Así que la conclusión más unánime es que deben de haber estado vigilando el castillo de Windsor por un tiempo. «Hay alarmas en el castillo de Windsor, pero cuando se supo que había ocurrido el robo fue cuando les vieron saliendo y atravesando la barrera de seguridad”, según publicó The Sun.
Como consecuencia, en la últimas horas, el incidente ha generado preocupación por la seguridad en las propiedades (y las personalidades) reales, subrayando la vulnerabilidad de una zona así como se han cuestionado las medidas de seguridad de la finca, cuyos sistemas de vigilancia no pudieron evitar este acto delictivo. Por el momento, las autoridades han abierto una investigación, pero todavía no se han realizado detenciones.