Se han introducido cambios en el lenguaje de varios libros infantiles muy queridos del fallecido autor Roald Dahl, entre ellos Charlie y la fábrica de chocolate, Las brujas y El fabuloso Sr. Zorro, para hacerlos más inclusivos, pero algunos autores y críticos han tachado estas reediciones de censura: esto es lo que hay que saber sobre las revisiones.

El viernes, The Telegraph informó de que se habían cambiado «cientos» de palabras en los libros de Dahl; el personaje Augustus Gloop de Charlie y la fábrica de chocolate se describe ahora como «enorme», en lugar de «enormemente gordo», como era en la versión original de 1964, y en Los Twits, la señora Twit es simplemente «bestial» en lugar de «fea y bestial», como escribió Dahl en 1980.

La Roald Dahl Story Company (RDSC) dijo que trabajó con la editorial Puffin Books y el grupo Inclusive Minds para hacer los cambios «pequeños y cuidadosamente considerados», y que lo hizo para asegurarse de que «las maravillosas historias y personajes de Dahl sigan siendo disfrutadas por todos los niños de hoy».

Asimismo, la RDSC aseguró que «no es inusual revisar el lenguaje utilizado» cuando «se publican nuevas tiradas de libros escritos hace años», y tomó la decisión de hacer las revisiones antes de que fuera adquirida por Netflix con los planes de convertir las historias de Dahl en contenido de streaming.

«Nuestro principio rector en todo momento ha sido mantener los argumentos, los personajes y la irreverencia y el espíritu afilado del texto original», dijo la RDSC.

En contra

El escritor Salman Rushdie –que se ha enfrentado a una fatua por su libro Los versos satánicos y fue atacado el año pasado– tuiteó que Dahl «no era un ángel, pero esto es una censura absurda», y dijo que sus herederos deberían estar «avergonzados», llamando a los que editaron los escritos de Dahl «la Policía de la sensibilidad extorsionadora».

Suzanne Nossel, directora ejecutiva de PEN America, un grupo dedicado a la literatura y los derechos humanos, declaró que la organización está «alarmada» por los cambios, ya que «la edición selectiva para hacer que las obras literarias se ajusten a sensibilidades particulares podría representar una nueva arma peligrosa», y al no permitir a los lectores la capacidad de «recibir y reaccionar ante los libros tal y como están escritos, corremos el riesgo de distorsionar la obra de grandes autores y nublar la lente esencial que la literatura ofrece sobre la sociedad».

El Primer Ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, declaró el lunes que «no deberíamos andarnos con chiquitas con las palabras» –haciendo alusión al lenguaje inventado utilizado a menudo en las historias de Dahl– «creo que es importante que las obras literarias y de ficción se preserven y no se aireen».

Otras polémicas

No es la primera vez que Dahl se ve envuelto en polémica tras su fallecimiento. En 2020, la RDSC se disculpó por el antisemitismo del autor. «Esos comentarios prejuiciosos son incomprensibles para nosotros y contrastan notablemente con el hombre que conocimos y con los valores que están en el corazón de las historias de Roald Dahl, que han impactado positivamente a los jóvenes durante generaciones», escribió la compañía en su web.

Dahl se había mostrado abiertamente antisemita en entrevistas concedidas a los medios de comunicación a lo largo de su vida, y en 1983 declaró al New Statesman: «Hitler no se metía con [los judíos] porque sí».

Según las estimaciones de Forbes, 513 millones de dólares fue lo que ganó Dahl en 2021 –a pesar de que murió en 1990–, convirtiéndose en la celebridad muerta con mayores ingresos de ese año. Netflix pagó 684 millones de dólares por la RDSC.