Tecnología

Por qué los adolescentes están perdiendo la fe en la tecnología

Un nuevo informe de Common Sense Media revela que la confianza en las grandes empresas tecnológicas entre los adolescentes estadounidenses se está erosionando de forma constante. Si bien los adolescentes siguen siendo usuarios habituales de plataformas como Instagram, TikTok y Snapchat, su confianza en las empresas que están detrás de estas tecnologías se ha desplomado.

Según el informe, menos de uno de cada diez adolescentes cree que las empresas tecnológicas priorizan su bienestar. Mientras tanto, casi la mitad expresa poca o ninguna confianza en la capacidad de las empresas tecnológicas para tomar decisiones responsables sobre inteligencia artificial, y la inteligencia artificial está a la vanguardia de las preocupaciones de los adolescentes sobre la tecnología.

Si bien reconocen su potencial creativo y educativo, también son muy conscientes de sus riesgos. Para muchos, la IA representa un arma de doble filo: ofrece nuevas herramientas para la productividad y la innovación, pero también plantea inquietudes sobre la ética, la transparencia y el uso indebido.

Una de las principales preocupaciones es el papel de la IA en la desinformación y el engaño. Los adolescentes se encuentran cada vez más con ejemplos de deepfakes, imágenes generadas por IA y campañas de desinformación, lo que deja a muchos inseguros sobre en qué confiar en línea.

Según el informe, el 60% de los adolescentes afirma que ahora cuestiona la veracidad de la información que encuentran en línea. Esta desconfianza se extiende a las empresas que implementan la IA, ya que casi el 70% de los adolescentes quieren transparencia sobre cuándo y cómo se utiliza la IA en el contenido que consumen.

Además, los adolescentes están lidiando con el impacto que la IA está teniendo en la creatividad. Las herramientas de IA generativa como ChatGPT y DALL·E de OpenAI han facilitado la producción de arte, música y contenido escrito. Si bien estas herramientas empoderan a los jóvenes creadores, también plantean cuestiones espinosas sobre la propiedad intelectual. La Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos ya ha dictaminado que las obras generadas exclusivamente por IA no pueden estar sujetas a derechos de autor , lo que deja a los adolescentes que dependen de las herramientas de IA preocupados por cómo proteger sus contribuciones.

“Lo que resulta frustrante es que quiero usar la IA para ser más creativo, pero siento que el sistema no está preparado para respetar o proteger mi trabajo”, dijo un adolescente encuestado por Common Sense Media. Muchos jóvenes creadores ahora piden pautas más claras para garantizar que conservan la autoría cuando la IA forma parte de su proceso creativo.

Además de la IA, los adolescentes también están profundamente preocupados por la forma en que las empresas manejan su información personal. Durante años, las plataformas de redes sociales han enfrentado críticas por sus prácticas de recopilación de datos, y los adolescentes son cada vez más conscientes de estos riesgos. Según el informe, solo el 15% de los adolescentes confía en las empresas de redes sociales para proteger sus datos privados.

En respuesta, muchos jóvenes están adoptando estrategias defensivas para protegerse en línea. Esto incluye el uso de cuentas desechables, limitar la información personal que comparten y evitar plataformas que perciben como demasiado intrusivas. Por ejemplo, algunos adolescentes prefieren aplicaciones de mensajería entre pares como Discord, que consideran menos comercializadas, en lugar de redes impulsadas por algoritmos como Instagram o TikTok.

Los adolescentes también están prestando más atención a cómo los algoritmos moldean sus experiencias en línea. Muchos se muestran recelosos de cómo las plataformas utilizan sistemas automatizados para orientar el contenido, lo que genera inquietudes de que las plataformas prioricen la interacción por sobre el bienestar del usuario. Esto refleja un cambio en la forma en que los adolescentes ven la tecnología: no solo como una herramienta, sino como un sistema que moldea activamente su comportamiento, a veces de maneras en las que desconfían.

Lo que destaca en este informe es cómo los adolescentes se están adaptando a un mundo en el que sienten que no pueden confiar plenamente en las grandes empresas tecnológicas. En lugar de desentenderse, se están volviendo más inteligentes en su forma de navegar por los espacios digitales. Según la investigación:

  • Escepticismo y verificación: los adolescentes cuestionan cada vez más la veracidad del contenido que encuentran y son más proactivos a la hora de verificar su autenticidad. Muchos están aprendiendo a contrastar información y a utilizar recursos de verificación de datos para evitar caer en la desinformación.
  • Consumo crítico: muchos adolescentes han adoptado un enfoque más selectivo sobre qué plataformas utilizan y cómo interactúan con ellas, priorizando los servicios que enfatizan la privacidad y la transparencia.
  • Defensa creativa: los creadores adolescentes lideran conversaciones sobre propiedad intelectual en la era digital y abogan por reglas más claras y prácticas éticas de IA.

Este cambio de comportamiento pone de relieve la creciente sofisticación de una generación que se niega a aceptar la tecnología tal como es. Como dijo un adolescente en el estudio: “Todos usamos las redes sociales, pero también las odiamos. Nunca se sabe qué es real”. Este informe debería servir de referencia para la industria tecnológica. La generación Z no confía tanto como las generaciones anteriores y su escepticismo está determinando su forma de relacionarse con la tecnología. Para las principales plataformas, esto podría significar perder una cuota de mercado considerable de un grupo demográfico clave (los adolescentes) si no logran evolucionar.

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