Diez años en la vida de una pareja, diez Nocheviejas, diez capítulos. Esta fue la premisa que Rodrigo Sorogoyen trasladó a las guionistas Paula Fabra y Sara Cano para que concibieran Los años nuevos, una producción original de Movistar+ que se estrena el 28 de noviembre (aunque antes hará una breve incursión en cines). Ellas han escrito una serie para quedarse a vivir en ella.
Óscar (Francesco Carril) y Ana (Iria del Río) se conocen la Nochevieja de 2016. Ambos cumplen 30 años el 31 de diciembre y el 1 de enero, respectivamente: ella arrastra una maleta gigante por Madrid con la que pretende viajar a Vancouver y él puntúa su año con un seis en plena ruptura con una novia volcánica. «Él es inseguro e inmovilista; ella está en un viaje personal», explica Sara Cano.
Sorogoyen ha trabajado en sus mejores creaciones con Isabel Peña, escribiendo juntos los guiones. Sin embargo, para esta serie ha decidido sorprender a todos eligiendo a otras dos mujeres como las guionistas de este proyecto, Paula Fabra y Sara Cano. El director madrileño explico en una entrevista con RTVE como el guion de esta serie es una mezcla de las experiencias de cada uno, creando un «un material riquísimo a la hora de escribir».
Es la primera vez que ambas escriben mano a mano con otra mujer: hasta ahora, siempre habían sido la chica del equipo de guionistas. No son las únicas. Esta es una producción especialmente femenina: la directora de fotografía, las ayudantes de dirección, las responsables de producción y una de las directoras, Sandra Romero, son mujeres. «El desafío era resumir en cada capítulo lo que había pasado los 364 días antes de cada Nochevieja. La serie está escrita en dos partes: lo que ocurre en el capítulo y una voz en off donde se cuenta lo que pasa en el lapso de tiempo que no aparece en pantalla», explica Paula Fabra.
Los años nuevos es una historia de etapas, epifanías, propósitos y miradas: los personajes se expresan con los ojos. «Incluimos la intención emocional en las columnas de acción para que los actores entiendan qué les está pasando por dentro a los personajes», cuenta Sara Cano. Fabra, añade: «El actor tiene que entender la intención que hay en la mirada, lo que trasciende a la acción».
Los diálogos agilísimos, sutiles y muy humanos son la puerta de entrada a una historia tan extraordinariamente corriente como la vida misma. «Escribimos con honestidad, sin forzar nada. No importaba si acababan juntos o no, tenía que merecer la pena el viaje», asegura Cano. Las guionistas describen el proceso de escritura como un repaso a sus propias experiencias personales y un acompañamiento a los personajes: “A medida que avanzábamos madurábamos con ellos”, recuerda Fabra.
A la pregunta ¿En el amor se gana, se pierde o solo se juega? Sara explica entre risas: «Somos antirresultistas«. Y Paula añade: «Las cosas se deben medir por el viaje y el aprendizaje».
Y en este viaje, la banda sonora juega un papel fundamental: McEnroe, Nacho Vegas, Holgado, Iván Ferreiro o Joe Crepúsculo son algunos de los artistas que animan musicalmente la trama. La serie se cierra en el capítulo diez, pero lejos de terminar, solo acaba un poco. La vida sigue su devenir. El amor, quién sabe.
