El titular no es del todo verdad, pero tampoco es una mentira. Si piensas en un coche, has fallado, pero si explicamos que el fabricante alemán por antonomasia de coches deportivos ha creado una cometa de kitesurf con su tabla imprescindible, las cosas empiezan a cuadrar…
Porsche no se ha pasado al sector de los deportes náuticos, pero en 2022 inició una colaboración de diseño con el más reconocido fabricante de cometas y tablas de kitesurf de competición del mundo, la firma italiana Duotone. Aquella primera cometa Porsche de Duotone se agotó casi inmediatamente, y a finales de 2023, aprovechando que el kitesurf está incluido en el programa olímpico de los deportes de vela durante los Juegos Olímpicos de París 2024, se presentó en la playa de Valdevaqueros, uno de los mejores destinos de kitesurf del mundo, a escasos kilómetros de Tarifa, una evolución de aquel primer modelo. Las nuevas cometas y tablas fueron presentado con una demostración sobre el mar realizada por un equipo de kitesurfistas profesionales, liderado por los españoles Liam Whaley (nacido en Ibiza, aunque de padre inglés y madre neerlandesa) y Rita Arnaus, dos de los principales representantes de la categoría freestyle de kitesurf.
Lo curioso es que el diseño de las nuevas cometas y tablas está inspirado en el sorprendente diseño de uno de los coches de competición más famosos de la historia de Porsche: el 917/20, al que se dio en llamar “Pink Pig” (cerdo rosa).
Un poco de historia
El Porsche 917 fue un prototipo deportivo de carreras desarrollado por Porsche para aprovechar la normativa relativa a la construcción de coches deportivos de motores de cinco litros de cilindrada, con el que llegó a dominar las carreras de coches deportivos en 1970 y 1971. Con ese modelo Porsche obtuvo en 1970 su primera victoria en las 24 Horas de Le Mans, una hazaña que repetiría en 1971. Sería el principal responsable de que Porsche ganara el Campeonato Internacional de Marcas en 1970 y 1971.
Para las 24 Horas de Le Mans de 1971 los ingenieros de Porsche, en colaboración con el ingeniero aerodinámico francés Robert Choulet, que trabajaba para la empresa francesa Société d’Études et de Réalisations Automobiles (SERA-CD), intentaron desarrollar un coche experimental único, que combinara las características de dos modelos previos, la baja resistencia aerodinámica del Langheck y la estabilidad del Kurz. El diseñador de Porsche, el letón Anatole Lapine, presentó un diseño que fue desdeñado por los franceses, pero para desagraviar a su empleado, los directivos de Porsche le permitieron diseñar el aspecto externo del coche. Para Lapine, la carrocería desarrollada por Choulet, extremadamente ancha y con unos cortes de rueda muy redondeados, dijo que le recordaba a un cerdo, y para ridiculizarlo completó el trabajo pintando el bólido con pintura rosa, simulando el dibujo de los cortes que utilizan los carniceros para trocear un cerdo. De ahí su popular apodo en inglés [en alemán lo llamaron “Sau”: puerco].
El “Pink Pig” sólo corrió esa vez, con el equipo Martini International y pilotado por Reinhold Joest y Willi Kauhsen. Ganó la sesión de clasificación a pesar de no haber sido probado en absoluto y en carrera llegó a rodar en tercera posición, pero se retiró de la carrera tras un accidente causado por un fallo de los frenos mientras conducía Joest.
360 unidades de costillas, codillo, lomo, papada…
Sin embargo, lo llamativo de su aspecto hizo que nadie se olvidara de él. Hasta el punto de que, más de cincuenta años después, Porsche, con el beneplácito de Duotone, decidiera recuperar su memoria con ese diseño desenfadado para la creación de esta nueva incursión en el terreno del diseño de cometas y tablas de kite-surf, incluidos los nombres de las partes del cerdo: “Lende”, “Rückenspeck”, “Haxen”, “Wamme”, “Schulter”, “Hals”, “Hirn”, “Schwanz”, “Ohrlappen” o “Rippe”, [“lomo», «tocino dorsal», «codillos», «papada”, “hombro”, “cuello”, “sesos”, “cola”, “oreja” y “costilla”]. Como explica Florian Panther, diseñador y director creativo de Duotone: “Hoy en día, estamos en contacto con una enorme variedad de diseños, colores y formas diferentes en la arquitectura, el diseño de productos y la moda. Pero en los años 70, los coches de carreras solían tener una decoración patrocinada: Martini y Gulf Racing son probablemente los ejemplos más famosos. Y entonces llegó Porsche con este diseño loco, fuera de lo común, que nunca antes se había visto en un circuito”.
Acompañando a las cometas y tablas Porsche no estuvo presente en Valdevaqueros con el mítico “Pink Pig”, que se conserva a buen recaudo en el Museo Porsche de Zuffenhausen, el barrio de Stuttgart en el que se encuentra también la fábrica de Porsche.
En su lugar, el coche que pudimos ver, serigrafiado como si se tratase de aquel mítico 917/20, fue una versión especial de su modelo eléctrico Taycan, para poder hacernos una idea del aspecto que podía tener aquel coche en el circuito de Le Mans
“No existe un juicio general sobre el buen diseño –sigue explicando Panther sobre la elección del aspecto de esta edición especial–. La opinión personal y las impresiones subjetivas juegan un papel muy importante. Pero cuando se crea algo que se convierte en un diseño icónico, no se produce sin razón. Es un buen diseño, te guste o no. Y éste es, sin duda, un diseño icónico. Ye gusta porque es atrevido, pero también por ser fruto del azar».
Lo que no es fruto del azar es el número de unidades de cometas y tablas que han salido a la venta, 360, un número que hace referencia a la velocidad máxima que alcanzaba el famoso “Pink Pig” original, 360 km/h…