La Constitución de 1978 se olvidó de una mujer cuando fue redactada. Elena de Borbón y Grecia (Madrid, 60 años), la primogénita de los reyes eméritos, Juan Carlos I y Sofía de Grecia, nació durante la dictadura de Franco, en un reino sin rey, y en un momento de la historia española crucial tanto para el país como para su familia.
Hija del hombre que Franco designó para ser rey de España cuando él ya no estuviera en el mundo de los vivos, lo más lógico es que esta niña rubia, de ojos marrones y carácter tímido, que llegó al mundo el 20 de diciembre de 1963 en la clínica madrileña de Nuestra Señora de Loreto, fuera la sucesora de su padre en la línea dinástica al trono. Sin embargo, la Carta Magna de 1978, esa norma suprema del ordenamiento jurídico español a la que están sujetos todos los poderes públicos y los ciudadanos de España, fue bastante clara en su ejercicio: sólo el primer hijo varón nacido dentro del matrimonio real asumirá la jefatura del Estado. Por tanto, dicha norma jurídica que entró en vigor el 29 de diciembre de 1978 dejaba sin la posibilidad de reinar a la hija mayor de Juan Carlos I y Sofía de Grecia.
Su hermano Felipe, el hijo menor de los tres que tuvo el matrimonio, sería el sucesor de su padre como rey de España. Así se escribió en 1978 y así sucedió en 2014, cuando Juan Carlos concluyó su reinado abdicando en su favor. Una ley que no ha experimentado reformas y que sigue sin contemplar a la mujer en la línea de sucesión al trono 45 años después de ser redactada, y que beneficia a Leonor [hija de Felipe VI] únicamente por no contar la princesa de Asturias con hermanos varones. Su tía, por el contrario, tuvo que ser relegada del paseo al trono por el simple hecho de haber nacido mujer.
‘Te deseamos TODOS, cumpleaños feliz’
Volviendo a ella, a esa primogénita que con 15 años tuvo que asumir que su futuro se dictaría como infanta y no como reina, Elena María Isabel Dominica de Silos de Borbón y Grecia, nombre con el que fue bautizada una semana después de su alumbramiento, cumple hoy 60 años. Seis décadas que la hermana mayor del rey actual ha llevado en la más estricta discreción, acorde con su carácter: tímido, llano, noble y, en contadas ocasiones, indómito, según han comentado fuentes cercanas a Casa Real a lo largo de los años. Aunque sonados hayan sido algunos de los encontronazos que ha mantenido con la prensa en estos 60 años.
Hoy, con motivo de su 60 cumpleaños, la infanta Elena celebra uno de sus cumpleaños más especiales. Una reunión familiar hará rememorar su infancia y adolescencia a la hija mayor de los reyes eméritos. Quienes la conocen aseguran que era su época favorita del año, por el espíritu navideño que se respiraba ese día: soplaba las velas, la Navidad estaba a la vuelta de la esquina y Zarzuela quedaba impregnada de un aire festivo. Esto ha cambiado un poco, pero este año a la mesa del cumpleaños también se sentarán su padre y su hijo Froilán, quienes viajará desde Abu Dabi para cantarle el ‘cumpleaños feliz’.
A escasas horas del brindis de buenos deseos por Elena de Borbón, la ceremonia constará de una comida y entre los invitados están sus hijos, sus padres, su hermana y sus sobrinos, su tía y primos, y los reyes Felipe y Letizia con sus hijas. Una comida que bien podría reunir a la familia al completo, ya que a fecha de hoy ninguno de los invitados a confirmado no poder asistir. Un cónclave que revivirá al mediodía los recuerdos de los tiempos de concordia que una vez vivió esta familia.
Elena de Borbón, la ‘royal’ de la primeras veces
Pero si hubiera que resaltar algo de la biografía de esta infanta, es su disposición para ser la royal europea de las primeras veces. Alejada de la vida pública y sobre todo de los actos oficiales como miembro de una familia real, la infanta Elena guarda en su currículum un par de hechos que en su momento fueron sinónimo de esa normalidad que Casa Real ha querido dar a sus integrantes.
Ese primer ejemplo que igualó a la infanta con el común de los mortales sucedió en 1983, cuando inició la carrera de Magisterio en la Escuela Universitaria ESCUNI de Madrid. Su matrícula en la universidad no fue un hecho sin importancia. Ella fue la primera mujer de la familia real española en ingresar en una universidad.
De manera que es diplomada en Magisterio –en la especialidad de Filología Inglesa y Lengua Española, con un máster en Sociología y Educación– y licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad Pontificia de Comillas. Un éxito académico para una joven que nunca mostró un gran cariño por los estudios y que contó con profesores de refuerzo en su época de formación básica.
Casada con Jaime de Marichalar en 1995 y madre de dos hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, en 2010 volvió a protagonizar otra de sus primeras veces cuando ese 21 de enero, en el Registro Civil de la Casa Real, se efectuó la inscripción de la sentencia de divorcio de Elena de Borbón y Jaime de Marichalar, convirtiéndose así en la primera infanta de España en romper su matrimonio de manera legal dentro de su propio país.
Como también le mereció este calificativo su pasión por el riesgo. No sólo la hípica ha sido el deporte favorito de Elena de Borbón, una amazonas que lleva perfeccionándose desde su adolescencia y que como aficionada ha competido en torneos y viajado por el mundo tras los pasos de los caballos. Es una apasionada de los barcos [aseguran que por estar más cerca de su padre, apasionado de la navegación] del snowboard y de los kart, con estos últimos hizo peligrar su vida en más de una ocasiones, como aquel día que se lanzó con uno, sin dominar la técnica, por los jardines de Palacio.
Y hoy, día de su cumpleaños, puede que sea la primera royal española en conseguir lo que desde hace décadas parecía imposible: Sofía de Grecia y Juan Carlos I, la reina Letizia y sus cuñadas, el rey Felipe y su padre, bajo un mismo techo. Todos juntos celebrando las seis décadas de vida de una mujer que nació para ser reina pero se quedó sin reinado por una norma jurídica que su propio padre firmó, manifestando así estar de acuerdo con su contenido.
Esta es la carta de presentación de esta alteza real, duquesa de Lugo y tercera en la línea de sucesión a la Corona. De una infanta de España que podría haber sido reina de España de no ser por una Constitución que se obvio que algún día las mujeres deberían tener los mismos derechos que los hombres en el liderazgo de la jefatura del Estado. Gran paradoja si tenemos en cuenta que la Carta Magna fue dictada para asegurar de alguna manera la igualdad entre ciudadanos y su democracia, como final rotundo a la dictadura de la que veníamos.
Aunque Elena de Borbón pase a los anales de la Historia como la reina que nunca fue, teniendo en cuenta que su padre refrendó la ley de sucesión dinástica, la pregunta es: ¿por qué Juan Carlos I no quiso que su hija mayor reinara?