El mundo entero quiere ser verde, azul y digital. No importa el orden. La economía, y el dinero en general, tienen claro que el futuro y los dividendos por venir están en esos ámbitos, en los de la sostenibilidad, en el mar y en las tecnologías de la información y la comunicación. Y como la historia es cíclica, a la pequeña ciudad de Ceuta, los tiempos y el empeño de todos los que tienen algo que decir en su desarrollo, la han vuelto a colocar en la posición geoestratégica que, en realidad, lleva ocupando desde los tiempos mitológicos de griegos y fenicios. Si una empresa está pensando en crecer en esos ámbitos y aún no ha mirado a Ceuta, va con retraso en sus planes de crecimiento.
En apenas cuatro años, en la ciudad se han implantado las principales casas de juego online de Europa, atraídas por la baja fiscalidad para todo el sector de servicios tecnológicos, pero también, por las facilidades que han encontrado para su instalación en la ciudad más allá de las fiscales. Esas ventajas pasan por el funcionamiento de facto de una maquinaria bien engrasada en la que están colaborando de forma muy eficaz todas las administraciones y organismos como la Cámara de Comercio. En apenas un día, si se organiza bien la visita, el potencial inversor no sólo puede conocer la ciudad, sino irse con una agenda de contactos vitales con plena disponibilidad y un portafolio de información que en otras latitudes requeriría de la contratación de una consultora y un trabajo de semanas. Lo dicen los responsables de las administraciones, pero lo refrenda cada inversor que acaba desembarcando en la ciudad o los que pasan para interesarse por las opciones que ahora mismo ofrece Ceuta.
Al juego online le están siguiendo otros nichos del sector tecnológico: call center y próximamente los data center. El primer proyecto que se ha anunciado en este sentido, es pionero, plenamente azul y verde, además de tecnológico. Su creación irá acompañada de una planta fotovoltaica que alimentará todo el consumo energético que necesita la instalación (6.500 placas). Y prevé a su vez en una segunda fase, construir una planta para generar hidrógeno y más electricidad. Todo en terreno portuario.
Ayuda la baja fiscalidad, pero también la posición geoestratégica de la ciudad. El data center de Avangreen (diez millones de inversión), mira al sur con la seguridad jurídica del norte, y tras él, se cuecen ya otros proyectos similares. Se busca ofrecer soporte a todo el continente africano en suelo africano, pero con las plenas garantías jurídicas que ofrece la Unión Europea. Esa es la posición ideal que sólo puede ofrecer Ceuta junto con Melilla. A la que suma, conviene no olvidarlo nunca, no sólo una baja fiscalidad del 0,5% en IPSI (el equivalente al IVA) para las ventas, sino todo un Régimen Económico y Fiscal que tiene además un horizonte de afinación y mejora por llegar. Se paga la mitad en casi todo: cuotas de seguridad social, IRPF e Impuesto de Sociedades.
Para garantizar y afianzar que el denominado ecosistema tecnológico sigue ganando músculo en la ciudad, se está construyendo la conexión mediante cable submarino a la red eléctrica peninsular. 221 millones de euros de inversión para el cable submarino más moderno del mundo que estará operativo si no hay ningún retraso en 2024. Y por el momento va en plazo.
A ese cable submarino se suman otros, pero en este caso de fibra óptica, para dotar a la ciudad y a todo el sector tecnológico de mayor capacidad aún de conexión y de máximas garantías y velocidad a la hora de hacer circular los datos.
El Puerto de Ceuta es además una rareza en el Mediterráneo. La saturación de otros complejos no se da en Ceuta. El cierto atraso que ha acumulado durante años ofrece ahora mismo una ventaja estratégica para el propio puerto y para cualquier inversor. Lo sabe la actual dirección del Puerto que acelera inversiones y procesos para dar un salto hacia el futuro y convertir toda su estructura en un modelo de referencia en sostenibilidad y tecnología, propiciando las condiciones ideales para la llegada de inversores con ganas de sacar partido a las muchas oportunidades que aún ofrece. Todo con el respaldo inversor del Gobierno de la Nación a través de Puertos del Estado, volcado en la estrategia que está siguiendo la actual dirección de la Autoridad Portuaria.
Y a todo eso se suma otro aspecto fundamental para cualquier negocio, Ceuta tiene mano de obra disponible. A pesar de que en la última década el número de afiliados a la Seguridad Social no ha parado de crecer, la juventud de su población sigue propiciando una tasa de paro elevada, un hándicap aparente para la sociedad ceutí que es a su vez oportunidad para el inversor que encontrará una bolsa de recursos humanos ávida por trabajar y formarse para hacerlo.
En los tiempos del nomadismo digital, la ciudad ofrece una calidad de vida envidiable para cualquiera que quiera instalarse. Una ciudad con un clima privilegiado, que le permite no sufrir los rigores del calor en verano que se dan en la orilla de enfrente del Estrecho gracias a estar rodeada del mar y de su brisa. La temperatura media oscila entre los 14 grados de enero y los 24 de agosto. Hay playas urbanas, prácticamente toda la ciudad es accesible andando y los servicios de todo tipo están en constante progresión en un tejido empresarial que durante siglos ha tenido en el comercio su punto fuerte y que compite a cara descubierta con los grandes centros comerciales orientados al turismo de la Costa del Sol.
Con esos datos, otra de las líneas estratégicas por las que se está apostando con fuerza es la de hacer despegar de una vez por todas el sector turístico con un enorme potencial y sin nada que envidiar al modelo turístico que funciona a sólo unas millas náuticas al norte. En este ámbito, se apuesta, de forma decidida por proyectos sostenibles y tecnológicos y que –es imposible de otro modo en el bello jardín en medio del mar que es la ciudad– mira al azul y a las olas en cada esquina y en cada centímetro que se avanza hacia el futuro.
Verde, azul y digital, así se está construyendo ya hoy la Ceuta del futuro, no como lema sino como realidad. Lo importante como sucede en cualquier inversión, no es tanto lo que ya existe, sino las oportunidades que ofrece, lo que se está construyendo sobre lo que aún falta. El terreno de juego ideal para cualquier inversor ambicioso y con ideas. Un mar de oportunidades en el que se cuenta además con ventajas fiscales, el apoyo decidido de todo el tejido productivo y administrativo a los nuevos proyectos y una importante bolsa de recursos humanos por explotar. Si ahora mismo cualquier inversor, maneja algún proyecto de inversión en estos sectores, lo mejor es que reserve ya plaza en el helicóptero que une la ciudad con Málaga y Algeciras en línea regular y acto seguido llame a Procesa y a la Cámara de Comercio para pedir asesoramiento y anunciar su llegada. Está casi garantizado que se irá de aquí habiendo estrechado la mano de todas las personas que pueden ayudarle en su futuro proyecto, con más ideas de las que llegó y con el compromiso de regresar para instalar una empresa. No falla.
*Pablo Matés, director de Ceuta al Día.