Lucas Chancel y Thomas Piketty son los economistas que encabezan el proyecto del grupo de investigadores del Laboratorio de Desigualdad Mundial que aboga por la creación de una tasa climática internacional sobre las mayores fortunas del planeta.
En concreto, la propuesta se basa en que a las 65.130 personas que tienen un patrimonio mayor a los 100 millones de dólares (unos 92 millones de euros), que suponen el 0,001% de la población adulta mundial, se les imponga un gravamen comprendido entre el 1,5% y el 3% de su fortuna para ayudar a los que menos tienen a adaptarse al calentamiento global ya protegerse de esta crisis.
En el caso de que se impusiera esta tasa, se llegarían a recaudar 300.000 millones de dólares, según los datos del Informe de Desigualda Climática 2023, firmado por Chanel, Philipp Bothe y Tancrède Voituriez, que recoge El País.
Por otro lado, se estima que los flujos de financiación para la adaptación hacia los países en desarrollo en la actualidad rondan los 29.000 millones de dólares, frente a los 200.000 millones a los que ascienden las necesidades reales.
Varias propuestas para cerrar la brecha de financiación
La creación de un fondo de compensación para los países más pobres –todavía se desconoce cómo se nutre este instrumento y a quién debe ir dirigido– fue acordada en la última cumbre del clima, celebrada a finales de 2022 en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij.
Además, el secretario general de la ONU, António Guterres, propone que se graven los beneficios extraordinarios de la empresas energéticas, sector considerado el principal emisor de gases de efecto invernadero.
Ahora, este grupo de economistas da un paso más allá y propone, entre otras medidas, el establecimiento de la comentada tasa.
Mayores impactos en los países de ingresos bajos
Otro de los puntos que se analiza en el informe es la desigualdad de la crisis climática y las causas, entre las que se encuentra un desequilibrio gigantesco.
Del estudio se desprende que si bien todos los individuos «contribuyen a las emisiones», no todos lo hacen de igual manera. Por ejemplo, «el 10% de los mayores emisores mundiales de dióxido de carbono genera casi la mitad de todas las emisiones de gases de efecto invernadero» del planeta.
Asimismo, el informe detalla que la lucha climática y la batalla por terminar con la pobreza mundial no son incompatibles y realiza algunas recomendaciones a los Gobiernos que el grupo de economistas considera que están al alcance de los dirigentes y son relativamente fáciles de aplicar: impuestos sobre le exceso de beneficios o las ayudas a financiar la adaptación y la mitigación del cambio climático «sin perjudicar desproporcionadamente» a los grupos de población con ingresos bajos…
Por último, el estudio también apunta a otra de las asignaturas pendientes contra el calentamiento global: la eliminación de las ayudas públicas a los combustibles fósiles, resaltando el ejemplo positivo que ha llevado a cabo el Gobierno de Indonesia en este aspecto.