Tiemblan las bolsas ante la posible quiebra del Evergrande, la segunda inmobiliaria china en ventas. Existen serias dudas de que el jueves (23 de septiembre) pueda afrontar los 83,5 millones de dólares en intereses de su bono que vence en marzo de 2022. Y luego, el miércoles 29 de septiembre, debe desembolsar otros 47,5 millones en intereses por un bono que expira en marzo de 2024. En ambos casos existe un periodo de gracia de 30 días adicionales para hacer los pagos.
La enorme deuda del Evergrande, equivalente a 305.000 millones de dólares, se ha convertido en el mayor riesgo financiero para la segunda economía del mundo. Y también podría serlo para la economía global si la gigantesca inmobiliaria entra en default. De momento, no está claro si cumplirá con sus obligaciones y si el gobierno chino le ayudará en caso de insolvencia. ¿Rescatará China al Evergrande o lo dejará caer como EE UU. a Lehman Brothers en 2008?
Cómo hemos llegado a este punto: la burbuja inmobiliaria china
El sector inmobiliario en China ha vivido una fuerte década expansiva. Entre junio 2019 y junio 2020, en propiedades residenciales chinas se invirtieron unos 1,4 billones de dólares, una cantidad similar al PIB de España. Esos 1,4 billones son un 180% más que los 500.000 millones invertidos entre junio 2010 y 2011, según datos de FactSet citados por el Wall Street Journal.
La ola especulativa dificulta a muchos chinos la posibilidad de acceder a una vivienda. Por ello, el gobierno ha aprobado una serie de medidas durante el último año para tratar de enfriar el sobrecalentamiento que experimenta el sector residencial.
Entre otras medidas, el Partido Comunista ha establecido restricciones a los préstamos y a la compra de terrenos para que los promotores controlen su deuda, además de límites en los alquileres y los créditos hipotecarios para que los consumidores tampoco tomen demasiados riesgos.
Qué es el Evergrande y por qué está en problemas
Antes de las medidas anti-burbuja, las inmobiliarias recurrían a créditos o emitían deuda a corto plazo para refinanciar sus pasivos. Esa opción ya no existe, por lo que ahora tienen que buscar nuevas fórmulas para generar cash para hacer frente a los intereses de su deuda.
Para mantener el negocio a flote, el Evergrande y otras inmobiliarias han puesto a la venta muchas de sus propiedades a precios reducidos en un intento de conseguir liquidez. En este contexto, la sostenibilidad de la empresa está en riesgo de insolvencia si no paga los intereses de sus bonos.
La compañía viene enfrentando problemas de liquidez desde 2020. Así, el precio de sus acciones ha caído desde los 25,8 dólares de Hong Kong en julio de 2020, hasta los 2,27 actuales.
El sector inmobiliario chino podría verse gravemente afectado si el Evergrande quiebra. Es una de las compañías más grandes del sector, con más de 1.300 proyectos en 280 ciudades, y si hace default los bancos podrían restringir aún más el acceso al crédito a las inmobiliarias y a los consumidores por miedo a nuevas quiebras.
Es importante tener en cuenta que Evergrande es mucho más que un desarrollador inmobiliario. Tiene también un negocio de vehículos eléctricos (Evergrande New Energy Auto), un parque temático (Evergrande Fairyland), un club de fútbol (Guangzhou F.C.) y una empresa de alimentación (Evergrande Spring).
Dejarlo caer vs. rescate
El dilema chino es parecido al de Estados Unidos en 2008 con Lehman Brothers, entonces el cuarto banco de inversión del país. En septiembre de ese año, Lehman entró en crisis tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. El gobierno estadounidense dejó caer al banco, sin embargo, sí que rescató a Fannie Mae y Freddie Mac, dos instituciones enfocadas en créditos hipotecarios, además de a otros bancos.
En China, si el gobierno ayuda al Evergrande, otras empresas pueden interpretarlo como un mensaje de tranquilidad de que el Estado estará ahí para ayudarles en caso de insolvencia.
Eso supone un peligro porque puede impulsar a las empresas a tomar mayores riesgos. Y eso es justo lo contrario que ha intentado conseguir el gobierno chino para reducir la burbuja en el sector inmobiliario.
Pero dejarlo caer también conlleva riesgos. Los mercados temen un posible contagio que afecte a la renta variable global o al mercado inmobiliario de otros países. También una desaceleración de la economía china podría impactar a algunos de sus principales socios comerciales, como Estados Unidos o los países del Sudeste Asiático.
Miedo a un contagio global
El miedo en la renta variable mundial es evidente. El S&P500, el principal índice de la bolsa estadounidense, registra una caída cercana al 3% desde el viernes 17 de septiembre. Es de momento la caída más pronunciada de todo 2021, un año con fuerte tendencia alcista.
Lo mismo ocurre con el índice alemán DAX (-3%) o el británico FTSE 100 (-1,5%). En España, los bancos BBVA y Santander acumulan una caída del 7% y del 6,5%, respectivamente, desde el viernes 17 de septiembre. Por su parte, el IBEX 35 cerró la jornada del lunes 20 de septiembre con una corrección del 2% tras un fin de semana repleto de noticias negativas alrededor del Evergrande.
Mientras tanto, el precio del bitcoin se ha hundido desde 47.600 dólares el viernes hasta los 43.300 el martes. China es uno de los principales mercados de la criptomoneda, por lo que cualquier evento económico en el gigante asiático impacta a la moneda digital.
¿Un Lehman Brothers chino?
¿Estamos ante un posible Lehman Brothers? Es imposible de saber. En septiembre de 2008 se desconocía los efectos que tendría la caída de Lehman. De hecho, esa quiebra es una pieza más dentro la recesión financiera global que inició en 2006 en Estados Unidos con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, pero que en Europa continuó hasta 2012 con la crisis del euro.
En principio, parece difícil que en el corto plazo haya un contagio a nivel global. El mercado inmobiliario chino está bastante aislado del resto del mundo y las principales empresas que participan son locales. Eso es una gran diferencia con Lehman, ya que Estados Unidos es el corazón financiero del planeta y muchas grandes multinacionales están ligadas a esa economía.
"No se trata de un evento sistémico del tipo Lehman Brothers", explica Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G Banca Privada en un análisis sobre la situación del Evergrande.
"Esta crisis ha sido inducida principalmente por las medidas reguladoras del gobierno introducidas en agosto de 2020. La emergencia ha sido en parte intencionada por parte de Pekín para evitar la burbuja en el sector inmobiliario", añade. En su opinión, el sistema financiero puede dirigir el posible colapso del Evergrande, ya que el gobierno chino puede gestionar una reestructuración de ese tamaño.