La actividad manufacturera de Estados Unidos repuntó en febrero al situarse en los 52,2 puntos desde los 50,7 anteriores, lo que se ha traducido en el avance más rápido desde julio de 2022 y en la consolidación de la expansión que se anotó el sector en enero, según el índice de gerentes de compras (PMI) manufacturero elaborado por S&P Global.
La agencia ha explicado que la mejora se deriva de la ampliación de la producción y en la aceleración de los nuevos pedidos. En este sentido, la demanda de los clientes nacionales y extranjeros se fortaleció, especialmente, en Europa y Canadá, e impulsó las ventas totales al mayor ritmo desde mayo de 2022.
A su vez, la mayor recepción de nuevos encargos empujó la creación de empleo y el aumento de las compras de insumos, al tiempo que la constitución de inventarios pasó a ser un nuevo objetivo por parte de las empresas.
La mayor disponibilidad de materias primas y la «sólida» mejora del rendimiento de los proveedores aliviaron la presión sobre los costes, lo que derivó en que los precios de los insumos subieran a un ritmo más lento. No obstante, los precios de venta aumentaron al ritmo más pronunciado desde abril de 2023.
«La industria muestra signos alentadores de estar saliendo de las dificultades que han aquejado al sector de producción de bienes durante gran parte de los dos últimos años», ha explicado el economista jefe en S&P Global Market Intelligence, Chris Williamson.
El analista también he hecho hincapié en que el deseo de reponer inventarios está disparando la demanda de insumos, así como de los bienes de consumo gracias, en parte, a la suavización de la inflación.