El Instituto Español de Analistas ha comunicado este martes que respalda la recompra de acciones como una herramienta para «generar valor en la coyuntura actual», de acuerdo a las conclusiones que ha extraído del estudio ‘Buybacks: Cuándo crean valor las recompras de acciones’, editado por el propio instituto y realizado por miembros de la dirección de análisis del Banco Sabadell.
El Insituto ha detallado en un comunicado que algunos de los factores que avalan estas operaciones en la coyuntura actual son el exceso de liquidez acumulado en la pandemia, el rápido incremento de los tipos de interés, la presión macroeconómica y la infravaloración bursátil de determinados sectores y compañías.
En esencia, se trataría de elementos que «añaden incertidumbre a la tasa de retorno de la inversión en procesos o nuevos activos» y que harían conveniente la recompra de acciones, herramienta que consiste en comprar un paquete de acciones propias -normalmente en mercado abierto- y amortizarlas (esto es, eliminarlas) con el objetivo de elevar el precio de las restantes, de tal manera que, indirectamente, se retribuye al accionista.
El informe presentado este martes ha explicitado que se han de dar dos premisas para que la recompra de acciones genere valor: que la operación no impida a la sociedad atender a sus necesidades operativas y de crecimiento futuro, así como que el precio de mercado al que se efectúan las recompras suponga un descuento significativo respecto a su valor intrínseco.
Con todo, también hay que atender las posibles diferencias sectoriales, ya que en las empresas industriales el elemento esencial de creación de valor es la generación de caja, mientras que en las financieras la monitorización de la creación de valor reside en la rentabilidad obtenida sobre un capital que viene determinado por exigencias regulatorias.
Para la autora del estudio, María Paz Ojeda, las recompras son positivas para la empresa y el accionista «si el equipo gestor está orientado a la creación de valor y usa las recompras para tal fin», en tanto que, en términos generales y estadísticos, han podido confirmar una actitud positiva hacia la creación de valor para los accionistas por parte de la administración de la empresa, así como la capacidad de generar excesos de caja que pueden usarse para recomprar acciones.
De su lado, la presidenta del Instituto, Lola Solana, ha expresado su confianza en que el estudio contribuya a un «debate constructivo» sobre la utilidad de estas operaciones.
La recompra de acciones es cada vez una herramienta más habitual para recompensar al accionista y, en ese sentido, el estudio ha señalado que es una práctica «muy habitual» en Estados Unidos desde que en 1982 la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC, en sus siglas en inglés) flexibilizase la regulación y estableciese las condiciones para que los programas de recompra no incurriesen en abuso de mercado.
En esa línea, han aducido que, en el caso europeo, el volumen de recompras en 2022 alcanzó los 161.000 millones de euros, el doble que en el año previo.
Por su parte, Bolsas y Mercados Españoles (BME) cifró que en 2023 las compañías cotizadas -especialmente las entidades bancarias- amortizaron acciones por un valor de mercado situado entorno a los 12.000 millones de euros, más de un 7% respecto al ejercicio anterior.
LA CNMV CUESTIONA LAS RECOMPRAS DE ACCIONES
El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura, pidió el pasado octubre que las recompras de acciones no se presenten como remuneración al accionista, puesto que solo beneficiarían a una parte de los accionistas, al tiempo que cuestionó la generación de valor para el colectivo de accionistas que decide no acudir a la recompra.
Buenaventura analizó entonces que estos programas de recompras están siendo cada vez más utilizados por las empresas de todo el mundo y que están siendo «especialmente intensas» en el sector bancario, en tanto que son «legales, están asentadas» y cuentan con «el beneplácito» de los accionistas.
Con todo, el jefe del supervisor bursátil español criticó que se utilice la expresión de ‘remuneración al accionista’ ligado a estas recompras y explicó que la lógica tras este uso es que, cuando se recompran acciones para amortizar a un precio bajo, si ese precio es inferior a la valoración contable de la compañía, es decir, está infravalorado en Bolsa, se consigue una plusvalía.
En esa línea argumental, señaló que esa plusvalía sería para los accionistas que se mantienen en la compañía, es decir, que deciden no acudir al programa de recompra: «La cuestión es por qué entonces, si beneficia solo a los accionistas que deciden no aceptar la recompra que ofrece la compañía, se presenta como una remuneración para todos los accionistas, en genérico», se preguntó Buenaventura.