El jefe de estrategia de Lazard, Ronald Temple, ha previsto este martes en un encuentro con los medios que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos y el Banco Central Europeo (BCE) recorten los tipos de interés en 100 puntos básicos y ha expresado que está en el «lado optimista» en cuanto al desarrollo económico de 2024.
En concreto, el BCE (ahora tiene los tipos de interés en el 4,5%) daría inicio a las bajadas de tipos a lo largo del segundo trimestre y la Fed podría situarse cerca de ese plazo temporal, aunque según Temple se moverá con pies de plomo ya que «empezaron tarde» el ciclo de endurecimiento y ahora tendrán «miedo de adelantarse».
A la hora de explicar estas previsiones, que dibujan un contexto que pueda sonar muy positivo por la suma de caída de la inflación, desaceleración suave y recortes de tipos, Temple ha dejado claro de primeras que «siempre es peligroso cuando alguien dice que esta vez va a ser diferente», pero que, ciertamente, cree que «esta vez lo es».
En ese sentido, ha reflejado que es difícil extrapolar otros episodios en la historia acerca de elevados tipos de interés y sus efectos, como la entrada en una recesión brusca, cuando se viene de unos años como los pandémicos, en los que hubo un importante impulso de políticas fiscales expansivas.
«Creo que hay una buena oportunidad de evitar la recesión a pesar de todos los aumentos de precios, así como de que la inflación pueda bajar rápidamente», ha apuntado el ejecutivo de la entidad, que ha apuntado en el caso estadounidense a la bajada de precios en los alquileres y en el sector servicios, lo que demuestra «cómo efectiva ha sido la política monetaria en reducir la inflación».
Ligado a esto, ha previsto que se conseguirá ese escenario de ‘aterrizaje suave’ -eso sí, de mejor manera en Estados Unidos que en Europa- mediante datos como el descenso de los precios de la energía o la fortaleza laboral, que «sigue muy fuerte», a ambos lados del Atlántico, si bien ya han dejado mostrar signos de debilitamiento.
Con todo, Temple ha apuntado que la inflación se mantendrá estructuralmente algo elevada en los próximos años, situándose entre el 2,5% y el 3% para Estados Unidos y más próximo al 2% en el caso de la eurozona, por los cambios en las cadenas de suministros y la transición energética, que ha advertido que «será muy cara y aumentará los precios».
En cambio, ha señalado que no ve la «desglobalización» como un fenómeno en sí, como señala la mayoría de la industria, ya que lo modera a una reorganización del entramado actual global.
Por otra parte, el directivo ha puesto el foco en la senda fiscal de las economías occidentales a la vista de unos déficits públicos cada vez más elevados, especialmente en Estados Unidos -«los déficits estadounidenses son insostenibles», ha llegado a expresar-, mientras que en Europa hay al menos establecido un camino en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
En lo referente a China, Temple ha apuntado que «hay problemas estructurales», como el estado del sector inmobiliario, y la falta de confianza de los consumidores chinos toda vez que su gobierno no les auxilió en términos financieros durante la pandemia como sí hicieron los gobiernos occidentales, y se precisará de un «par de años» para resolveros, en tanto que el crecimiento del gigante asiático se estabilizaría en los próximos años en torno al 2% y el 5%, lejos de las cifras de los años anteriores a la pandemia.
Así, espera que el gobierno chino ofrezca más estímulos y, desde el punto de vista de las empresas, ha considerado que el mercado chino podría hacerlo bien este año.
GEOPOLÍTICA
En su ponencia, Temple se ha explayado con profusión acerca de los riesgos geopolíticos en este 2024 y ha apuntado a la expansión del conflicto en Oriente Medio, la reelección como presidente en EEUU de Donald Trump y sus consecuencias, así como un posible pulso de China sobre Taiwán.
«Estoy muy preocupado de que todos estemos viendo una expansión de esta guerra», ha señalado sobre el conflicto palestino-israelí, y ha expresado sus temores acerca del papel de Irán, estado clave que apoya a los hutíes de Yemen y que podría torpedear aún más el paso de mercancías por el Mar Rojo y el Estrecho de Ormuz.
Además, ha citado a un reporte de la Agencia Internacional de Energía (AIE) divulgado en diciembre que apuntaba a la expansión del programa nuclear iraní, que dispondría de material para la construcción de tres bombas nucleares.
«Así que creo que esa situación es extremadamente peligrosa; es de baja probabilidad, pero creo que los inversores deberían estar pensando sobre esto, en términos de lo que pueden hacer para protegerse de un escenario negativo y qué significaría para sus carteras», ha remachado Temple.
Sobre el hipotético regreso de Trump, Temple insiste en que uno de los principales problemas, gobernase él o Biden, recae sobre el «insostenible» déficit público, pero que los riesgos en política exterior serían mayores, ya que una salida o alejamiento de la OTAN tendría sus consecuencias para la resolución final de conflictos como el de Ucrania.
De vuelta con China, ha aducido también que «el mundo es mejor, en mi opinión, si China crece un 3% a 5% al año» y que «no quiero una mala recesión en China» ya que el gobierno de ese país podría activar la carta del nacionalismo para desviar la atención de los problemas económicos y eso podría traducirse, llegado el momento, en un conflicto abierto por el control de Taiwán.
Por otra parte, Temple ha llamado la atención sobre el papel, todavía desconocido -«podría totalmente cambiar la historia»-, que interpretará la Inteligencia Artificial (IA) en la economía.
«Si quieres ser positivo, significa que seremos personas increíblemente productivas, si quieres ser negativo, habrá mucho menos de nosotros con los trabajos», ha señalado como propuesta.
ACTIVOS
En lo que respecta a las estrategias de inversión a seguir, Temple ha apuntado, en lo referente a la renta fija, a su preferencia por la deuda de mercados emergentes y los bonos de ‘investment grade’ frente a los de ‘high yield’ (que ofrecen mayor rentabilidad a costa de asumir más riesgo), así como a los bonos convertibles (CoCos, en la jerga del sector).
Dentro de las bolsas, desde Lazard han expresado que se decantan por las compañías de calidad y las ‘small caps’ (compañías de pequeñas capitalazación), en las que Temple ha insistido con fuerza, especialmente en las estadounidenses, aunque ve potencial en todas las geografías.
Asimismo, Temple ha apuntado respecto a las acciones a la necesidad de seleccionar temáticas de manera estratégica, como la que ahora ofrece la transición energética.
De su lado, dentro de las inversiones alternativas, el ejecutivo ha puesto el foco en infraestructuras y fabricantes de activos reales en detrimento de las fórmulas que ofrece la industrial del capital riesgo.