La bodega española Pradorey elevó un 2% sus ventas en 2023 e impulsa su internacionalización con la entrada de sus vinos en nuevos mercados como Portugal e Irlanda del Norte y refuerza su presencia en Estados Unidos.
«El 2023 ha sido convulso, pero por encima de todo, ha sido un año en el que hemos hecho muchas cosas muy bien, pero todavía tenemos un margen
de mejora. El mejor vino de Pradorey aún está por llegar», ha asegurado el consejero delegado de Pradorey, Fernando Rodríguez de Rivera Cremades.
Respecto a las ventas, en el segundo trimestre se produjo una gran contracción del mercado y la firma se planteó llevar a cabo acciones comerciales más agresivas, pero finalmente apostó por reposicionar la marca, aunque implicase perder volumen. «Creo que este final de año nos está dando la razón», ha precisado el directivo.
Un 2023, donde la bodega de Ribera de Duero, que está presente actualmente en 43 países, ha impulsado su presencia a nivel internacional, llevando sus vinos a nuevos mercados como Portugal e Irlanda del Norte, además de reforzar su presencia en Estados Unidos con su entrada en cinco nuevos estados, según datos de la compañía a los que ha tenido acceso Europa Press.
De esta forma, Pradorey concluye un año en el que ha llevado a cabo una nueva gestión del viñedo, acometiendo grandes inversiones y una reestructuración integral. «Todo lo que nos propusimos en diciembre de 2022, se ha llevado a cabo, y, viéndolo con perspectiva, impresiona, pero es sólo un primer paso», ha indicado Rodríguez de Rivera Cremades.
Para acompañarlo, la firma invirtió en 2023 alrededor de 430.000 euros que se destinaron básicamente en el viñedo, incluyendo las nuevas plantaciones: Hoyo del Espino y una parte nueva en Finca Valdelayegua, en maquinaria para el viñedo y en la bodega.
Un 2023 en el que sus vinos han logrado importante reconocimientos, la salida al mercado de la gama Salgüero -un proyecto en el que llevan trabajando siete años-, y en el que se ha convertido en la primera bodega de Europa en usar corchos ecológicos, reforzando su compromiso de sostenibilidad, así como la nueva plantación de Hoyo del Espino, un viñedo de garnacha y tempranillo en vaso y en ecológico. «Soy consciente de que cuando ese viñedo alcance su plenitud a nivel cualitativo, yo estaré casi en edad de jubilarme, pero esa visión trascendente de legado para generaciones futuras, de dejar huella, es lo que hace de mi trabajo algo tan especial», ha indicado.
PREVÉ UN 2024 «APASIONANTE»
De cara a 2024, Fernando Rodríguez de Rivera cree que será un ejercicio «apasionante», en un año que prevé difícil por el contexto económico actual.
Así, la bodega española seguirá apostando por el viñedo con nuevas plantaciones productivas y experimentales con varietales tintos minoritarios del Duero, trabajando en la adaptación climatológica. Además, ampliará el viñedo ecológico avanzando así con su compromiso medioambiental.
De esta forma, prevé invertir un millón de euros durante este ejercicio, de los cuales el 80% se destinaría para el viñedo tanto en maquinaría como en nuevas plantaciones, un 15% para la maquinaria de la bodega y un 5% en su alojamiento La Posada de Pradorey.
«En 2024 seguiremos haciendo lo que debemos -invertir, crecer, proyectar la compañía hacia el futuro- en un momento en el que todo te anima a estarte quieto y ser muy conservador. Pero como decía Churchill, ‘nunca desaproveches una buena crisis’. Aspiro a que el año que viene os pueda decir lo mismo que éste: qué cantidad de cosas hemos hecho y cuántas han salido bien», ha concluido el directivo, que lleva al frente de la bodega desde 2008.