La Comisión Europea ha lanzado este martes dos convocatorias de contribuciones sobre la competencia en los mundos virtuales y la inteligencia artificial generativa (IA), que estarán abiertas hasta el 11 de marzo, y ha enviado solicitudes de información a varios grandes actores digitales.
El Ejecutivo comunitario invita a todas las partes interesadas a compartir su experiencia y a proporcionar información sobre el nivel de competencia en el contexto de los mundos virtuales y la IA generativa, así como sus puntos de vista sobre cómo el Derecho de la competencia puede ayudar a garantizar que estos nuevos mercados sigan siendo competitivos.
Bruselas revisará cuidadosamente todas las aportaciones recibidas a través de las convocatorias y, acto seguido, organizará un taller en el segundo trimestre de 2024 para reunir todas las diferentes perspectivas que surjan de las contribuciones para continuar esta reflexión.
La vicepresidenta responsable de Competencia de la Comisión, Margrethe Vestager, considera «fundamental» que estos nuevos mercados sigan siendo competitivos y que «nada se interponga en el camino de las empresas para crecer y ofrecer los mejores y más innovadores productos a los consumidores».
Por ello, ha invitado a empresas y expertos a que informen a Bruselas de cualquier problema de competencia que puedan percibir en estos sectores, al tiempo que se vigila de cerca las asociaciones de IA para «garantizar que no distorsionen indebidamente la dinámica del mercado».
La Comisión estudia actualmente algunos de los acuerdos que se han celebrado entre grandes actores del mercado digital y desarrolladores y proveedores de IA generativa e investiga el impacto de estas asociaciones en la dinámica del mercado.
Asimismo, Bruselas está comprobando si la inversión de Microsoft en OpenAI podría ser revisable con arreglo al reglamento de concentraciones de la UE.
La inversión de capital riesgo en IA en la UE se estimó en más de 7.200 millones de euros en 2023 y se calcula que el tamaño del mercado de los mundos virtuales en Europa superará los 11.000 millones de euros en 2023, según datos UE, mientras que se espera que ambas tecnologías crezcan exponencialmente en los próximos años y es probable que tengan un gran impacto en la forma de competir de las empresas.