El Gobierno de Bolivia ha valorado positivamente que el país haya mantenido la estabilidad económica en el último año, lo que permite esperar un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,7% durante este 2024.
Así lo ha sostenido el ministro de Economía y Finanzas de Bolivia, Marcelo Montenegro, en una rueda de prensa para hacer balance económico de 2023 y analizar las perspectivas para 2024. En este sentido, ha definido como «complejo» el contexto internacional y como «conflictivo» el interno.
En relación a las dificultades externas que Bolivia ha afrontado, Montenegro se ha referido a los precios de la energía que se han descontrolado por los efectos de la guerra en Ucrania, al incremento de los precios de los alimentos y a nuevas amenazas como la paralización del comercio en el Mar Rojo.
Además, la quiebra de varios bancos en Estados Unidos, la subida de tipos a nivel internacional y la crisis inmobiliaria de China son factores que han generado «un fuerte temblor» a nivel mundial, con sus correspondientes efectos en la economía de Bolivia.
«Aún así, en ese entorno complicado, Bolivia ha sabido mantener la estabilidad de precios y el crecimiento económico, frente a las bajas perspectivas para 2024», ha defendido el ministro.
DIFICULTADES INTERNAS
No obstante, desde el Gobierno no quieren crear un ambiente que mire únicamente al éxito, sino que son conscientes de que podría haber ido mucho mejor sin este contexto internacional y sin el bloqueo y «sabotaje» al que se ha visto sometido el poder legislativo para sacar adelante la aprobación de varias medidas económicas de calado y de distintos acuerdos internacionales de financiación.
«Es un dato evidente que se está generando una intención generalizada de poner la zancadilla a la gestión económica del presidente de Bolivia, Luis Arce», ha criticado el ministro.
Las previsiones del Ejecutivo son que la economía boliviana crezca más de lo que calculan los organismos internaciones, llevando al país a ser una de las economías de mayor crecimiento de Sudamérica. Del mismo modo, seguirá destacando la situación laboral, con una recuperación «muy importante» en el último año.
Además, para el ministro, desde otras partes del mundo hay una visión positiva de Bolivia, especialmente por la estabilidad de precios, tras dos años, 2022 y 2023, en los que la inflación ha marcado la agenda económica de varios países.
«Al final del día la economía tiene su volatilidad y fluctuación, pero la tendencia general es el descenso de precios. La economía se ha mantenido estable y eso es un elemento que debemos resaltar», ha defendido en firme.
Del mismo modo, el Gobierno cree que el sistema financiero se ha mantenido sólido y solvente, pese a la crisis que atravesó la pasada primavera, cuando el Banco Fassil, el tercero más importante del país, fue intervenido, llevando al modelo bancario a una situación complicada pero para la que ya se han tomado previsiones para que no se repita.