Schroders ha apuntado este viernes en un informe de mercado que los inversores en renta variable tienen que «cambiar el chip» y ha apuntado en dirección a temáticas estructurales a largo plazo tales como la descarbonización, la demografía y la desglobalización, conocidas popularmente en el sector como las «3D».
De manera más concreta, el responsable de renta variable global de la entidad, Alex Tedder, ha apuntado que la descarbonización «ya ha superado los costes y el exceso de capacidad» en algunas áreas del universo de las energías renovables, por lo que ahora «parece un momento idóneo» para que los inversores sopesen invertir en la transición energética.
Respecto al reto demográfico (inversión de la pirámide en las economías desarrolladas), Tedder ha apuntado que sus soluciones pasan por los avances médicos, la automatización y la inteligencia artificial (IA), ámbito este último que tiene «un riesgo importante de estar generando demasiadas expectativas; no obstante, la lógica que hay detrás de la emoción del mercado es irrefutable».
Ligado a esto, desde la entidad han remarcado que PwC estima el valor económico potencial de la IA en 17 billones de dólares para año para 2030, lo que supone una «cifra extraornaria», según Tedder, si se compara con que el PIB global ronda actualmente los 110 billones de dólares.
En cuanto a la automatización, Tedder ha apuntado que es una tendencia que lleva largo tiempo en el sistema y se ha expandido con rapidez desde algunos procesos industriales hasta el sector servicios en su conjunto, mientras que se verá reforzada asimismo por el avance de la IA.