España lideró en 2022 las inversiones extranjeras en proyectos de nueva creación con un 17,2% del total de la Unión Europea en 2022, seguida de Francia y Alemania, con un 14% y un 11,4%, respectivamente, según revela el tercer informe anual sobre control de las inversiones extranjeras y las exportaciones publicado este jueves.
Aunque el número de transacciones extranjeras por país de la UE destinatario registra un descenso generalizado en 2022 en comparación con 2021, Alemania, con una cuota del 17,2% de todas las adquisiciones, siguió siendo el primer destino de las inversiones extranjeras directas seguido de España, que a pesar de una disminución del 17,5% en el número de adquisiciones en comparación con 2021, mantuvo el segundo puesto con una cuota del 13,5%.
Mientras que Francia experimentó un aumento del número de inversiones en proyectos de nueva creación recibidas en comparación con 2021 (+20,4%), en el caso de España y Alemania se produjo un descenso del 13,8% y del 6,5%, respectivamente.
El informe identifica que, a lo largo de 2022, las seis principales fuentes de esas inversiones extranjeras directas (IED) en la UE fueron Estados Unidos, Reino Unido, China, Japón, las Islas Caimán y Canadá.
Los Estados miembro de la Unión Europea bloquearon solicitudes de exportación de bienes de doble uso –que pueden utilizarse con fines civiles o militares– por riesgos de seguridad en 560 casos a lo largo de 2022, por un valor total de 7.000 millones de euros.
Además, la Comisión Europea analizó más de 420 inversiones extranjeras directas en la UE durante el año pasado, aunque menos del 3% llevaron a Bruselas a emitir un dictamen.
El número de países de la UE con un mecanismo de control ha aumentado de 11 a 21 desde que entró en vigor el reglamento de control de la IED de la UE en octubre de 2020, y hay más en camino.
En lo que respecta a los bienes de doble uso, los Estados miembro examinaron un total de 38.500 solicitudes de exportación en 2022 de bienes por valor de 45.500 millones de euros de las que bloquearon 560, por un valor total de 7.000 millones.
La mayoría de los casos se referían a la manufactura (59%), abarcando un conjunto diverso de industrias que incluyen energía, aeroespacial, defensa, semiconductores, salud, procesamiento y almacenamiento de datos, comunicaciones, transporte y ciberseguridad.