El crecimiento de la actividad del sector servicios de España mantuvo en junio un ritmo de expansión sólido, aunque sustancialmente inferior al de meses anteriores, según el índice PMI, que bajó a 53,4 puntos desde los 56,7 de mayo, lo que representa la peor lectura del dato desde enero ante la incertidumbre de la cita electoral del próximo 23 de julio y las presiones salariales.
«El sector servicios español, que ha mostrado un ritmo de expansión muy robusto en los últimos meses, está perdiendo impulso gradualmente», ha expuesto Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank, quien señala que algunas empresas encuestadas han citado las recientes elecciones autonómicas, así como las elecciones generales que se celebrarán a finales de julio «como una de las razones por las que se ha frenado el ritmo de expansión».
En cuanto a la evolución de los precios, la encuesta refleja que las tasas de inflación de los precios de compra y de los precios de venta se mantuvieron históricamente elevadas, aunque continuaron atenuándose, subrayando que las fuertes presiones salariales siguieron siendo el principal impulsor de la última ronda de inflación.
De su lado, la continua resiliencia de la demanda respaldó un nuevo repunte de los nuevos pedidos, que aumentó por octavo mes consecutivo, aunque el ritmo de expansión fue el menos pronunciado en cinco meses. Este nuevo aumento de la demanda animó a las empresas en sus esfuerzos de contratación al final del segundo trimestre del año.
Por otro lado, el índice PMI compuesto, que además del dato del sector servicios también tiene en cuenta el dato manufacturero, que en junio empeoró a 48 puntos desde los 48,4 de mayo, se sittuó en los 52,6 enteros, frente a los 55,2 del mes anterior, lo que supone el menor ritmo de expansión desde el pasado enero.