El 51% de la población española desconoce o tiene un concepto muy vago de lo que significa la transición ecológica, según el estudio titulado «Percepción social sobre la transición ecológica en España, 2022, 2023», encargado por Fundación Cepsa y Red2Red.
El estudio también revela que, en términos generales, el proceso de transición ecológica entre la población española se asocia a conceptos con connotaciones «negativas» que apuntan sobre todo al desconocimiento y falta de información al respecto (impotencia, incertidumbre, desconfianza); no obstante, una parte relevante de la población alude a la «esperanza» que abre su implantación.
En este sentido, el 53% cree que el proceso de transición energética podría tener un impacto positivo. No obstante, el estudio advierte de que la desinformación es el caldo de cultivo para la intoxicación a partir de discursos simplistas y negacionistas organizados.
En términos de impacto directo en el entorno de vida de las personas, poco más de la mitad de la población cree que va a tener un impacto positivo, mientras un 26% cree que no le afectará directamente y un 20% estima que puede tener un impacto negativo. Los hombres, las personas de más edad y con menor nivel educativo son menos optimistas.
Las mujeres y las personas jóvenes (entre 18 y 34 años) tienen una visión más optimista del proceso de transición energética y muestran una alta disposición a adoptar conductas responsables medioambientales.
«Estos datos revelan la imperiosa necesidad de trabajar con más exhaustividad en la transmisión de mensajes que trasladen confianza y seguridad a la población en torno a los beneficios que acarrea el proceso de transición energética, con evidencias y efectos demostrativos claros, comprensibles y aplicables a la vida», reza el informe.
LA PERCEPCIÓN SOBRE LAS ENERGÍAS RENOVABLES
Los ciudadanos españoles muestran un apoyo «teórico» muy alto hacia las energías renovables (solar y eólica), ya que más del 85% está de acuerdo con su fomento. Además, la gran mayoría de la población encuestada muestra también una actitud positiva y favorable a
tener en su entorno más cercano una instalación de energías renovables (83%).
Entre las principales motivaciones del 17% de los encuestados que se resiste a tener próxima una instalación de energía renovable se concentran cuestiones relativas al impacto ambiental y sobre la fauna en primer lugar, mientras que en segundo se encuentra el impacto visual que estas pudieran tener. Apenas se aluden motivaciones económicas y relacionadas con el conflicto por el uso de tierra.
IMPACTO DE LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA EN EL EMPLEO
En cuanto a percepción personal, el 20% de la población encuestada -3.019 personas mayores de 18 años- ve amenazado su empleo en España debido al proceso de transición ecológica. Por el contrario, el estudio señala que un 60% de la población considera que el proceso puede contribuir a generar nuevas oportunidades de empleo y desarrollo económico.
En la misma línea, el nivel de preocupación en términos de preparación frente a los cambios en los empleos es bajo, dado que solo una cuarta parte de los encuestados considera que no están bien preparados en términos formativos para adaptarse a los posibles nuevos empleos o cambios que estos requieran.
LA EXISTENCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO ES UN TEMA ZANJADO
Entre la población española encuestada, la existencia de cambio climático es un tema zanjado: la inmensa mayoría (85%) cree que existe y es una realidad. Tan solo el 6% estaría negando la existencia de este fenómeno.
«Sin duda, el reconocimiento del problema hace más probable el apoyo a los procesos necesarios que implica la transición energética», señala el estudio.
No obstante, la lucha contra el cambio climático no es una prioridad para todos. Si bien para el 65% de los encuestados sí lo es, hay un 35% para el cual hay otros asuntos más importantes, «lo que sin duda puede generar resistencias y restar apoyos a las actuaciones en esta materia».
La priorización de este tipo de políticas es más probable conforme disminuye la edad de la población. Se observa una diferencia de 12 puntos porcentuales entre las personas de menos de 34 años que considera que el cambio climático debe ser una prioridad (72%) y las personas de más de 65 años (59%).
Además, un 35% de las personas de más de 65 años considera que existen otras prioridades más importantes, frente al 25% de las personas más jóvenes.
Esta brecha generacional también se refleja en la percepción de que el cambio climático existe y es algo que les está afectando. El grupo de edad más joven (de entre 18 y 34 años) es el que mayor nivel de seguridad muestra, un 89%, siete puntos más que el grupo etario de 65 años o más.
Por último, el estudio señala que en este ámbito es relevante señalar la proporción de mujeres que priorizan las actuaciones en la lucha contra el cambio climático es superior a la de los hombre, un 69,4% frente al 60,2%.