Las reservas de gas alemanas probablemente estarán llenas para el próximo invierno, según ha asegurado este jueves Klaus Müller, director de la Agencia Federal de Redes (Bundesnetzagentur, o BNetzA, por sus siglas en alemán), organismo regulador de las infraestructuras energéticas del país.
«Estamos saliendo del invierno con unas reservas relativamente llenas, y esto nos ayudará a recargar los depósitos a lo largo del verano», ha dicho Müller a la agencia de noticias ‘dpa’.
Normalmente, en abril se introducen en los depósitos más gas del que extrae, y el objetivo de esta reserva estratégica es servir de muro de contención ante las fluctuaciones en la demanda del gas.
En los últimos años, Rusia había sido el principal proveedor de gas de Alemania a través, por ejemplo, de gasoductos como el Nord Stream. Sin embargo, Moscú detuvo los envíos en agosto de 2022 en respuesta a las sanciones impuestas por la Unión Europea tras al estallido de la guerra de Ucrania.
No obstante, gracias a los esfuerzos de ahorro y sustitución del hidrocarburo ruso por gas natural licuado, las reservas de gas estaban al 100% en noviembre de 2022.
Además, un invierno suave en Europa central ha ayudado a que se consumiera menos gas del esperado y así, el 17 de marzo, las reservas se encontraron en su punto más bajo, del 63,7%, a pesar de que justo un año antes estas se encontraban en el 24,6%.
Las tensiones geopolíticas actuales, aun así, han provocado un cambio en el consumo de los alemanes, pues el uso de gas de la semana pasada fue un 33,5% inferior a la media registrada entre 2018 y 2021, si bien las temperaturas también han sido más elevadas durante este periodo. En concreto, las industrias recortaron su consumo en un 30%, mientras las familias y los comercios hicieron lo propio en un 38%.