El banco holandés ABN Amro se anotó en el conjunto de 2022 unos beneficios netos atribuidos de 1.867 millones de euros, lo que implica una mejora del 51,3% respecto a las ganancias de 1.234 millones de euros de 2021.
Los ingresos, de su lado, se situaron en 5.422 millones de euros y representan un incremento del 4,1% comparado con el volumen de negocio de 5.210 millones de euros del año previo, mientras que los gastos se redujeron un 6,6%, hasta los 5.425 millones de euros.
En cuanto al cuarto trimestre del ejercicio, el beneficio neto alcanzó los 354 millones de euros, frente al saldo positivo de 552 millones de euros de un año antes, un 35,9% menos interanual, según ha informado la entidad.
Los ingresos trimestrales fueron de 1.564 millones de euros, lo que supone un alza del 16,8% comparado con la facturación de 1.339 millones de euros de 2021.
Mientras tanto, los costes operativos disminuyeron un 3,3% y sumaron 1.343 millones de euros a pesar de los cambios anunciados por el Banco Central Europeo sobre las operaciones de financiación a más largo plazo con objetivo específico (TLTRO III) y efectivos a partir de noviembre. Estos cambios le generaron pérdidas de 319 millones de euros.
Además, la entidad financiera suscribió un nuevo convenio colectivo que incrementó la masa salarial en 34 millones de euros en el cuarto trimestre.
El banco ha informado asimismo de un programa de recompra de acciones por valor de 500 millones de euros de hasta el 10% de las suscripciones en circulación. La recompra comenzará este 9 de febrero.
De cara ya al 2023, ABN Amro espera que los gastos caigan a 5.300 millones de euros por el retraso en los programas de reducción de costes a causa de la inflación.
«2023 será un año en el que continuaremos nuestra transición para convertirnos en un banco digital con rostro humano», ha señalado Robert Swaak, consejero delegado de ABN Amro.