Economía

La presión normativa sobre el comercio se duplica con respecto a niveles anteriores a la pandemia

La presión normativa sobre el comercio se ha duplicado con respecto a niveles anteriores a la pandemia tras aprobarse en 2022 casi 1.000
normas que afectan al sector en los ámbitos local, autonómico, nacional
y europeo.

En concreto, esto supone una media de 2,7 desarrollos legislativos al día y duplica el número de 1,3 normas diarias -476 en total- que se registraron en 2019, año previo a la pandemia, según datos de WorldLex.

Durante 2020 y 2021 se batieron récords derivados de la normativa Covid (8,9 y 7,5 normas diarias, respectivamente), pero la vuelta a la normalidad sanitaria no ha supuesto una relajación de la presión normativa sobre los establecimientos comerciales con respecto a los años anteriores a la crisis sanitaria.

Asedas ha señalado que esta situación preocupa por el gran esfuerzo económico y administrativo que supone para las empresas de distribución el seguimiento y aplicación -a veces en tiempo récord, como ocurrió el pasado mes de diciembre con el cambio temporal de los tipos de IVA a algunos productos de alimentación-.

Además han recordado que se añade la «gran presión financiera» derivada de los altos costes de energía, carburantes o materias primas, entre otros, que está soportando el sector.

«La carga normativa sobre el sector del comercio sigue siendo muy alta una vez superada la pandemia. Cada desarrollo legislativo supone un coste de adaptación para los establecimientos comerciales y, además, algunos de ellos vienen asociados a una presión fiscal adicional para el sector, como es el caso del nuevo impuesto a los plásticos de un solo uso», ha subrayado el director general de Asedas, Ignacio García Magarzo.

Por otro lado, la patronal de los supermercados ha indicado que un reciente estudio del Instituto de Estudios Económicos para la Comisión de Competitividad, Comercio y Consumo de CEOE titulado ‘La mejora de la calidad institucional del comercio en España. Cuantificación de su impacto económico y social’ señala las consecuencias económicas que la alta presión normativa está sometiendo al sector.

De esta forma, destacan, entre ellas, la no creación de 88.000 empleos, un incremento del IPC de 1,7 puntos, un impacto negativo en la inversión de 770 millones de euros anuales y, una reducción de la recaudación fiscal de la administración de 870 millones de euros anuales.

Entre las medidas que se proponen para hacer frente a esta situación, destaca la adopción del silencio administrativo positivo, la sustitución de la autorización previa por la declaración responsable, la racionalización fiscal o la digitalización de la Administración pública.