La empresa japonesa de productos electrónicos y videojuegos Sony anotó entre abril y diciembre de 2022 unos beneficios netos atribuidos de 808.968 millones de yenes (5.726 millones de euros), lo que se traduce en una mejora del 4,3% respecto a las ganancias de 775.435 millones de yenes (5.489 millones de euros) de 2021.
En cuanto a los ingresos, estos alcanzaron 8,48 billones de yenes (60.027 millones de euros), lo que representa un incremento del 10,7% comparado con la facturación de 7,66 billones de yenes (54.223 millones de euros) del año previo.
Por el contrario, los costes empresariales ascendieron a 7,41 billones de yenes (52.453 millones de euros), esto es, un 12,1% más que en el periodo analizado anterior.
Sin embargo, solo en lo que Sony considera su tercer trimestre del ejercicio (de octubre a diciembre), el beneficio neto alcanzó 326.809 millones de yenes (2.313 millones de euros), frente al saldo positivo de 347.924 millones de yenes (2.463 millones de euros) de un año antes, un recorte del 6,1% interanual, según ha informado la compañía.
Por su parte, los ingresos trimestrales fueron de 3,41 billones de yenes (24.138 millones de euros), lo que supone un alza del 12,5% comparado con la facturación de 3,03 billones de yenes (21.448 millones de euros) de 2021 gracias a las ventas de videojuegos, que crecieron un 53% interanual.
Para el próximo ejercicio fiscal [abril de 2023-marzo de 2024], Sony anticipa que deberá encarar con «vientos en contra».