La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ha cifrado en 225 millones de euros el impacto que el impuesto a la banca tendrá sobre sus resultados de 2022 y que tendrá que abonar en este 2023.
Así lo ha manifestado durante la presentación que la entidad ha realizado ante analistas de sus cuentas de 2022, cuando Santander obtuvo un beneficio atribuido récord de 9.605 millones de euros en 2022, un 18% más en euros corrientes con respecto a 2021, gracias al fuerte crecimiento de la actividad comercial, una buena calidad de los activos y el control de costes.
El pasado año el Ejecutivo de coalición que lidera Pedro Sánchez aprobó un impuesto temporal a la banca por el que se gravará durante dos años los márgenes netos de interés y las comisiones netas de aquellas entidades que operan en España y que facturaron más de 800 millones en 2019. En el momento de anunciar la medida, el Gobierno justificó el impuesto en los beneficios «extraordinarios» que la banca estaría consiguiendo por la subida de tipos aplicada por el Banco Central Europeo (BCE) desde el pasado mes de julio.
Durante su presentación, Botín ha señalado que el «trágico retorno» de la guerra en Europa, en referencia al conflicto en Ucrania, ha tenido un «gran impacto en el entorno macroeconómico» y ha afirmado que la inflación y los tipos se van a mantener «altos» durante bastante tiempo.
Sin embargo, ha defendido los resultados del banco en este contexto y ha señalado que se han conseguido los compromisos adquiridos para 2022, con aumentos en créditos y depósitos, siete millones de clientes nuevos y una rentabilidad a doble dígito.
Por otro lado, la ejecutiva ha destacado a España como un mercado inmobiliario muy «resiliente» y ha apuntado que la exposición al sector en el país está más relacionada con hogares, mediante hipotecas, que con promotores. Por esto, no esperan que haya ningún impacto «material» que afecte a sus previsiones o su rendimiento en el mercado español.