La economía sueca se contrajo un 0,6% en el cuarto trimestre de 2022, a pesar de haberse expandido los dos trimestres anteriores, después de que la subida de tipos de interés, la alta inflación y la incertidumbre económica resintiera la capacidad de gasto, ha afirmado la Oficina Central de Estadísticas de Suecia este lunes.
Esta es la primera contracción registrada desde el segundo trimestre de 2021. En términos anualizados, la caída fue también del 0,6%. Sin embargo, en el conjunto del año, el país escandinavo vio crecer su PIB un 2,4%.
«Una gran recesión parece estar en camino», ha afirmado Andrew Kenningham, economista de Capital Economics consultado por dpa-AFX.
En diciembre, el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas sueco rebajó la previsión de crecimiento por el empeoramiento del consumo y del mercado laboral, la subida de tipos y la inflación. Así, el organismo pronostica una caída del PIB del 0,9% para 2023 y un crecimiento del 1,3% en 2024.
Suecia se suma a Alemania en las perspectivas macroeconómicas negativas, pues el país germano se contrajo también en el cuarto trimestre de 2022 un 0,2% respecto a los tres meses anteriores, cuando creció a un ritmo del 0,5%, ha desvelado la Oficina Federal de Estadísticas (Destatis).
Igualmente, este mismo lunes la Oficina Central Estadística de Polonia ha hecho público que, a pesar del crecimiento del 4,9% en 2022, en el cuarto trimestre vio una merma del PIB del 0,5% que se mantendrá a principios de 2023. La Oficina estima que Polonia registrará en 2023 un crecimiento cero.
Asimismo, las ventas minoristas en Estonia se desplomaron un 7% en diciembre, después de ya haber caído un 2% en noviembre. Al igual que ha ocurrido en Portugal, que se resintieron un 1,8% en diciembre, tras la caída de 0,9% de noviembre.
Sin embargo, la confianza de los consumidores portugueses ha mejorado en enero hasta el -35,4 frente al -37,1 de diciembre. Las exportaciones portuguesas crecieron, además, un 16% interanual en el cuarto trimestre.
En el otro lado de la balanza, Irlanda creció en 2022 un 12,2%, lo que la convierte en la economía de la Unión Europea que avanzó con más fuerza. La fortaleza del sector manufacturero, farmacéutico y de equipamientos médicos son las responsables de este alza.
No obstante, la demanda doméstica sufrirá en 2023 por el mayor coste de la vida y el encarecimiento de las hipotecas.