Las empresas industriales, al igual que han hecho recientemente las de otros sectores como las tecnológicas o las ‘fintech’, han anunciado nuevos recortes laborales, con el objetivo de adaptar sus plantillas a la nueva realidad económica.
Este es el caso de la compañía química Dow, que ha anunciado este jueves que despedirá 2.000 trabajadores y ha reconocido que ha tenido que «encarar la ralentización del crecimiento económico mundial, los desafíos del mercado energético y la reducción de existencias».
Además, el fabricante de productos industriales y consumo 3M dijo que prescindirá también de 2.500 trabajadores por ser una «decisión necesaria para alinearse con los volúmenes de producción ajustados», mientras que el fabricante de automóviles Ford estudia hacer lo propio con 3.200 empleados, según ha publicado la prensa esos días
SANGRÍA DE DESPIDOS
Estos movimientos se han desencadenado tras la sangría de despidos en el mundo tecnológico y de las ‘fintech’ tras el fin del ‘boom’ de contrataciones impulsado por la pandemia.
Alphabet, la matriz de Google, anunció la semana pasada 12.000 despidos y explicó que en los dos años anteriores se vivió una ola de contrataciones para «igualar y alimentar» el crecimiento espectacular experimentado en ese periodo. «Contratamos para una realidad económica diferente a la que enfrentamos hoy», reconoció Sundar Pichai, consejero delegado de la compañía.
Una historia similar a la vivida por otras tantas empresas que han tomado la decisión de aligerar sus plantillas en búsqueda de la rentabilidad perdida tras los cambios macroeconómicos postcovid y por las consecuencias derivadas de la guerra de Ucrania, como el espectacular incremento de la inflación que, a su vez, ha requerido de la intervención de los bancos centrales mediante la subida de tipos de interés.
Este es el caso de una de las principales compañía de software del mundo, la alemana SAP. Esta ha justificado en la invasión de Ucrania y en el cese de sus operaciones en Rusia y Bielorrusia el despido de 3.000 trabajadores.
Y a SAP se han unido, por ejemplo, Microsoft, con 10.000 despidos; Amazon, con 18.000 en total después de una primera ronda en noviembre del año pasado; Meta, con 11.000 ceses; Salesforce, con 7.000; o la sueca Spotify, con 600 personas que pasarán a engrosar las listas del desempleo.
De hecho, para principios de diciembre de 2022, solo en Europa, las tecnológicas habían despedido a 14.000 personas, esto es, al 7% de los 200.000 trabajadores que tenían en nómina por el encarecimiento de la financiación y la inestabilidad económica.
Según el informe anual de Atomico sobre el estado del sector tecnológico, en 2022, las ‘startups’ europeas captaron 85.000 millones dólares (78.240 millones de euros) frente a los más de 100.000 millones de dólares (92.040 millones de euros) del año anterior, un 15% menos.
Por si fuera poco, según el diario ‘Financial Times’, el sector financiero podría sumarse a esta tendencia, pues bancos como Credit Suisse, Goldman Sachs, Morgan Stanley y Bank of New York Mellon han prescindido de 15.000 empleos en los últimos meses. Además, Citigroup, con 240.000 trabajadores, no ha aclarado cuántos despedirá tras ver sus beneficios recortados en un 22%.