Reino Unido debe reducir su dependencia de los microchips taiwaneses ante el riesgo de interferencia o invasión china en Taiwán, advierte un documento provisional de uso interno del Gobierno británico de Rishi Sunak.
Este documento gubernamental no publicado y al que ha tenido acceso Bloomberg señala que una incursión china en la isla autogobernada comprometería el suministro de chips, «vitales» para la industria automovilística y electrónica.
En Taiwán se manufacturan hasta el 90% de los chips de alto rendimiento del mundo, con la firma local TSMC ocupando una posición preeminente en el mercado.
Además, China se ha mostrado proactiva y ha invertido en industrias del chip en otros países. Tal es el caso que el Gobierno británico obligó a la empresa holandesa de capital chino Nexperia a desprenderse en 2022 del 86% de la inversión que había realizado en la inglesa Newport Wafer Fab amparándose en motivos de seguridad nacional.
Sin embargo, sustituir los componentes taiwaneses no es sencillo por la falta de alternativas.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han puesto sobre la mesa planes millonarios de inversión para crear una industria del microchip competitiva dentro de sus fronteras.
A tal efecto, Washington ha creado a través del US Chips Act un plan de inversión de 53.000 millones de dólares (48.900 millones de euros), y Bruselas aspira a fabricar el 20% de los chips mundiales con un fondo de 43.000 millones de euros.
Reino Unido, por contra, aún no cuenta con una hoja de ruta clara al respecto.