Durante una peculiar competición en el distrito tecnológico de Yizhuang, en el sur de Pekín, robots humanoides y corredores humanos compartieron la pista en un evento que evidenció los avances de la robótica… pero también sus límites. Aunque los androides han logrado imitar la forma y los movimientos del ser humano, todavía están lejos de igualar su rendimiento físico en pruebas como una media maratón.
La Fiesta de Primavera celebrada en Pekín este año tuvo un invitado muy especial: la ciencia. En el marco de esta celebración, se organizó una inusual media maratón donde humanos y robots humanoides participaron juntos, aunque no revueltos, recorriendo la misma distancia, pero en carriles separados para evitar colisiones y asegurar el desarrollo fluido de la competencia.
¿Pero qué es realmente un humanoide? El término se aplica a cualquier entidad con rasgos o características similares a los de un ser humano. En robótica, hace referencia a autómatas diseñados para replicar nuestra forma física y habilidades motrices. Su meta es clara: moverse, interactuar y responder como lo haría una persona.
El protagonista tecnológico de esta edición fue Tiangong Ultra, el robot humanoide más grande y rápido de la competición. Este prodigio de la ingeniería cruzó la meta tras 2 horas, 40 minutos y 42 segundos de carrera, un logro que su equipo celebró como una muestra del progreso alcanzado en inteligencia artificial y mecánica avanzada. Según Tang Jian, director tecnológico del centro que lo diseñó, los objetivos estaban claros: “Quedar primeros entre los robots, completar la media maratón con un solo ejemplar y hacerlo en menos de tres horas. Y lo conseguimos”.
A pesar del logro, Tiangong Ultra tuvo que cambiar de batería hasta tres veces, algo permitido por el reglamento, y sufrió una caída por un fallo energético. Aun así, logró completar la prueba sin abandonar.
Por otro lado, el ser humano más veloz del día, el etíope Elías Desta, cruzó la meta en apenas 1 hora, 2 minutos y 32 segundos, duplicando en eficacia a su rival robótico. Una muestra de que, por ahora, el cuerpo humano sigue siendo insuperable cuando se trata de correr.
En cuanto al proceso de entrenamiento de los humanoides, los técnicos explican que, inicialmente, estos robots fueron diseñados para caminar. Sin embargo, a través de la repetición de movimientos, han aprendido a trotar, mantener el equilibrio e incluso adaptarse a distintas superficies. Se estima que serán necesarios al menos cinco años más para que puedan acercarse al nivel atlético de un ser humano.
Aunque en la ciencia ficción hemos visto a androides como C3-PO de Star Wars correr junto a humanos sin dificultad, en la vida real el running sigue siendo terreno exclusivo de la carne y el hueso. La velocidad, el equilibrio y la resistencia todavía son virtudes humanas que la tecnología, por ahora, sólo puede admirar… y perseguir.