Inspirado en el ex golfista estadounidense Jack Nicklaus, este campo de golf está regentado por la élite nacional e internacional. Desde Bill Gates hasta el ganador del Oscar, Robert De Niro, juegan en este campo creado y diseñado por el arquitecto mexicano Agustín Pizá.
Pero, ¿cómo ha llegado a ser piedra angular en este proyecto? El interés deportivo le viene heredado de familia pero, tras graduarse en 1997 trabajó en la construcción de una nave en Tijuana donde el gerente se percató de la pasión que profanaba por el golf. Su sobrino trabajaba con Nicklaus, la leyenda viva de este deporte y, que en su tiempo libre, se dedicaba a diseñar campos de golf. Dos meses después, Pizá estaba trabajando en la constructora de Nicklaus para los campos Palmilla y El Dorado, en Los Cabos.
La especialización
El arquitecto mexicano tenía que conseguir introducirse en el mercado estadounidense y la competencia era altísima, teniendo en cuenta que la mayoría de las personas dedicadas a eso habían sido ex jugadores de golf con muchos galardones. Por eso, la única alternativa que vio para conseguir su sueño era estudiar el golf.
Encontró el único master del mundo en arquitectura de golf en la Universidad de Edimburgo en Escocia. Esta zona es la cuna del golf y, en el siglo XVIII, los escoceses jugaban en campos naturales de las regiones montañosas. Allí pudo aprender que mientras en países como México o Estados Unidos se mueve la naturaleza para crear estos espacios, había una posibilidad de ser amigable con el ecosistema.
Hoy, con su despacho Pizá Golf Design, está detrás del diseño de los clubes campestres de Tampico, Chihuahua, Veracruz y el campo de Huatulco. Atendiendo a las declaraciones que hizo en Forbes México, asegura que tiene los ojos puestos en uno de los mercados con más potencial de la región latinoamericana.
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Retos con Trump
Los números no alentan nada bueno. En los últimos 5 años en Estados Unidos se han cerrado más campos de golf de los que se han abierto y se estima que, al menos, 100 han dejado de operar. Eso sí, el arquitecto tiene claro que esto ha sido debido a que no se planificó la construcción de campos durante la década de los 90 y los 2000. Además, asegura para la revista mexicana que los jugadores pertenecen a un nivel socioeconómico y educativo elevado y no se dejarán llevar por propuestas ni comentarios del futuro presidente de Estados Unidos.