Foto: Laura Hidalgo García
Para Mireia Badia (Esparreguera, Barcelona, 1990) hay un “componente emocional” muy importante en el trabajo que desempeña. La CEO y co-fundadora de Grow.ly, plataforma de financiación participativa, parece haber asumido un compromiso con las pymes. “Generan una gran parte del empleo de España, son las que han sustentado el país durante estos años”, declara la emprendedora. “Son las grandes olvidadas”. Grow.ly pretende así conectar a inversores y empresas españolas en una misma plataforma con el objetivo de apostar por la economía local y favorecer el crecimiento de las pymes españolas. Pese al reciente despegue del ‘crowdlending’ en España, Badia es consciente del camino que queda por recorrer. Uno de los retos más importantes es generar interés y conocimiento en torno a estos nuevos modelos de financiación.
-España no está en los primeros puestos en lo que al panorama ‘fintech’ se refiere. ¿Qué nos hace desconfiar más de estos nuevos modelos de financiación?
No creo que sea un tema de desconfianza, sino del problema que tenemos las propias ‘fintech’ para acceder a la financiación. Si se miran los números en Reino Unido o Francia, se puede ver que allí las empresas ‘fintech’ están realizando rondas de financiación por importes muy elevados, y esto les permite darse a conocer. En España generalmente las rondas de financiación son mucho más pequeñas. Además, el ‘fintech’ no se entiende todavía por el lado del ‘venture capital’. En definitiva, el problema no es tanto la desconfianza como que no nos conocen. Cuesta atraer al inversor, pero cuando nos conoce se queda, es muy fiel. Los medios en los que hemos salido han sido aquellos que se han interesado por nosotros, en cambio en Reino Unido se están publicitando a través de televisión. Eso ahora para nosotros es inalcanzable.
-Pese a ello, el informe ‘Sustaining Momentum’ (2016), elaborado por la Universidad de Cambridge con la colaboración de KPMG, revela el importante crecimiento del ‘crowdlending’ en España en los últimos tres años. ¿Qué ha cambiado entonces?
El aumento ha sido muy considerable porque antes no existía nada. Sin embargo, los volúmenes de los que hablamos todavía son pequeños si los comparamos con los de cualquier entidad bancaria. El crecimiento ha sido tan grande, por un lado, porque han ido surgiendo más plataformas y, por otro lado, porque las empresas y los inversores están más interesados en ello. Mientras que al principio nos llevó casi 16 meses conseguir el primer millón de euros de financiación, tardamos seis y medio en alcanzar el segundo. Tenemos un margen brutal para seguir creciendo y seguir generando muchísimo más volumen.
-La banca tradicional parece mostrar especial interés por las ‘fintech’. Las instituciones financieras han terminado por aliarse con ellas como parte de su estrategia de transformación digital. ¿Se plantean ustedes una colaboración con los bancos?
Tenemos muy buena relación con la banca, para nosotros siguen siendo un complemento fundamental. La entrada en nuestro accionariado es como todo, depende mucho del banco que te lo proponga, de las condiciones, etc. En España sigue habiendo muchos bancos con misiones e ideas completamente distintas. Algunos encajan más con Grow.ly y otros menos. No es una cosa que a día de hoy nos planteemos, pero si surgiese al final se estudiaría si tiene sentido para los accionistas de Grow.ly.
La banca parece haber tenido la culpa del éxito de plataformas como la suya tras la pérdida de confianza de muchos de sus clientes durante la crisis. ¿Todavía es demasiado benevolente el pequeño empresario con los bancos?
No es cuestión de benevolencia. Nosotros creemos que la financiación bancaria es fundamental. De hecho, aquí en España supone todavía casi el 100% de la financiación. Al final la pyme tiene sus necesidades de financiación y busca cubrirlas. Lo que está empezando a hacer es encontrar alternativas complementarias a la banca, puesto que todas las empresas a las que estamos financiando tienen también financiación bancaria.
-La transparencia, o la mayor rentabilidad para el inversor son algunos de los puntos fuertes de Grow.ly. ¿Qué otros beneficios obtiene el empresario?
Para empezar, consigue diversificar sus fuentes de financiación y reduce su dependencia de los bancos. Otra ventaja es la transparencia absoluta en cuanto a las tarifas y tipos de interés a los que se financia. No tenemos ningún producto añadido, en contraste con lo que ocurre en la banca. Además, otra ventaja es la agilidad. Nosotros en menos de 48 horas damos una respuesta y con muchísimos menos trámites al ser todo online.
-Un importante número de empresarios dice que este préstamo les sale más caro…
Todo depende. Hay plataformas que financian a tipos de interés más bajos y otras a más altos. Nuestro tipo de interés medio está en torno al 6,9%. Lógicamente es un tipo de interés más alto del que ahora mismo están ofreciendo algunos bancos, pero muchas veces la diferencia no es de más de dos o tres puntos. Al final con los costes de intermediación bancaria que tienes que añadir y el tiempo que tienes que esperar, la diferencia es prácticamente nula o muy muy baja.
Foto: Laura Hidalgo García
-Según el índice de morosidad de su empresa, inferior al 1%, todo inversor debería confiar en una pyme que trabaje con Grow.ly. Partiendo de la base de que el riesgo siempre está presente, ¿cómo “garantizan” ustedes la seguridad de la inversión?
Garantizado, efectivamente, no hay nada. Nosotros solicitamos que el propio socio avale la operación. El riesgo existe, por lo que animamos al inversor a que diversifique, es decir, que ponga pequeñas cantidades en multitud de empresas. Lo que hacemos es realizar una gestión muy medida. Nuestro análisis de riesgos es muy parecido al de un banco, lo que pasa es que hemos automatizado los procesos para dar una respuesta más rápida. Este análisis es muy importante. A una empresa a la que el banco le está diciendo que no, nosotros no le vamos a decir que sí. El 80% de lo que nos llega lo rechazamos. Somos estrictos, y eso es lo que lleva a que la morosidad en nuestro caso sea baja. Además, nuestra tarifa de administración solo la cobramos si el inversor cobra, es decir, nosotros también asumimos parte de ese riesgo; pero es que adicionalmente nosotros nos encargamos de la gestión de los préstamos, es decir, del cobro normal, pero también del recobro.
-Ha quedado bien claro que recomienda a los inversores diversificar. ¿Les da otro consejo?
No podemos dar mucho consejo sobre dónde o cuánto invertir porque la CNMV no nos lo permite, por eso siempre a lo que animamos es a diversificar. Al final cada uno tiene que estudiar sus posibles necesidades de liquidez. En base a eso cada uno construye su cartera. También damos los datos del ‘rating’ externo, que es un dato que establece una agencia que no tiene nada que ver con nosotros.
-Analizando el perfil de su inversor he visto que la media de edad es de unos 42 años. ¿Hay muchos inversores en Grow.ly por debajo de esta media?
Sí tenemos mucha gente joven, lo que pasa es que en España falta cultura financiera. La gente más joven ahorra para una cosa o por si sucede algo, pero no invierte, no piensa en el largo plazo, en crearse una cartera de inversión diversificada para generar intereses.
-Parece que se intenta poner remedio a esto. En unos meses se cumplirán dos años de la aprobación de la ley 5/2015 de Fomento de la Financiación Empresarial. ¿Cuál es su balance?
Hay mucho por hacer. Lo primero, tomar una decisión sobre las plataformas que están en el limbo y, lo segundo, ponerse a mejorar la ley. Por ejemplo, se limita la participación del inversor no acreditado a 10.000 euros en el total de plataformas de financiación participativa de España, lo cual es absurdo. Es una ley que parte desde cero, pero no por la falta de preparación del Ministerio, sino porque es que antes no había nada así. En general estamos bastante contentos de cómo ha salido. Podía haber sido mucho peor, pero tiene muchas cosas buenas.
-¿Qué me dice del recorrido de la mujer en el sector ‘fintech’?
Si miras los datos relativos a los emprendedores, se ve que la mayoría son hombres, y en el sector financiero todavía más. Y ya no es solo cuestión de emprendedores o no, en general los empleados tienden a ser más hombres, porque les gusta más el sector financiero. Además, nuestros inversores tienden a ser más hombres que mujeres. Desde luego que ha habido diferencias, y es cierto que la mujer quizás tiene que hacer más fuerza en este sector para que la escuchen. Aunque creo que muchas veces las mayores saboteadoras somos nosotras mismas, porque al final es una cuestión de confiar en ti misma.
-¿Cree que cambiará esta situación a favor de una mayor inclusión de la mujer en este campo?
Creo que habrá más mujeres emprendedoras. En ‘fintech’ también subirá el número, pero creo que seguiremos siendo minoría.
-Usted trabaja con agencias de ‘rating’. ¿Qué porcentaje de riesgo daría uno de sus colegas a la posibilidad de que se cumpla su anterior afirmación?
Me darían un 7 o un 8, pero creo que porque somos tan pocas que es fácil que crezca el número.